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¿Existe una relación entre el colorante artificial de los alimentos y el comportamiento de los niños?

Los padres que han eliminado los colorantes sintéticos de la dieta de sus hijos lo califican de transformador. California prepara un proyecto de ley para advertir a las familias.

Por Elizabeth Chuck - NBC News

Las reglas en la casa de la familia Snow eran sencillas. Si Evan, el hijo de Emily Snow de primer grado, lograba pasar la noche sin patear, morder o golpear, podía tener su premio favorito: tres trozos de caramelo rojo masticable.

Pero Evan rara vez conseguía su premio. 

“Era volátil desde la mañana hasta la noche”, cuenta Snow, de Roy, Utah. “Siempre estábamos sobre cáscaras de huevo, sin saber cuándo iba a producirse una explosión violenta”, añade.

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Evan tomaba dos medicamentos psiquiátricos por su agresividad y había estado en terapia semanal desde el jardín de infantes.

Fue en octubre de 2020, mientras Evan estaba cursaba segundo grado, cuando un pariente sugirió a los Snow que eliminaran los colorantes artificiales de los alimentos, que habían estado presentes en los alimentos que le daban de recompensa nocturna a Evan, así como en muchos de los tentempiés, patatas fritas y bebidas que consumía. 

El cambio de dieta hizo lo que miles de dólares en pruebas neuropsicológicas, citas con el psiquiatra y terapia no habían podido hacer, según su madre. En cuatro semanas, Evan era un niño más tranquilo y feliz. 

“Teníamos un niño pequeño en lugar del Increíble Hulk”, explicó. 

Los Snow forman parte de un número creciente de familias, científicos, pediatras y legisladores que creen que hay una fuerte conexión entre los colorantes sintéticos de los alimentos y el comportamiento de los niños, algo con lo que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) no está del todo de acuerdo.

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En 2011, la FDA revisó la posible relación entre los colorantes alimentarios artificiales y la hiperactividad y determinó que no se podía establecer una relación causal para los niños que no han sido diagnosticados con trastornos de conducta. La agencia revisó el tema en 2019 y mantuvo su postura. 

Pero un senador estatal de California dice que una investigación recién compilada demuestra que los colorantes alimentarios artificiales -que aparecen en las etiquetas de nutrición como Rojo 40, Amarillo 5 y Azul 1, entre otros nombres- afectan negativamente a muchos niños, y los padres tienen derecho a ser informados.

El senador demócrata Bob Wieckowski es el autor de un proyecto de ley que pide que se coloquen etiquetas de advertencia en todos los alimentos que contengan estos colorantes que se vendan en el estado de California. 

Tiene la esperanza de que su proyecto de ley se apruebe en algún momento de 2022, con lo que las etiquetas de los envases serán obligatorias en California a partir de enero de 2023.

“¿Por qué no advertir a la gente de que esto podría tener un efecto adverso en sus hijos?”, dijo, señalando que su proyecto de ley no es una prohibición de los colorantes alimentarios, sólo un requisito para revelar más información sobre ellos. “¿Qué tipo de legislador diría ‘manténgalo en secreto?", añadió.

Lo que dice la ciencia 

Mientras que en Estados Unidos es habitual encontrar colorantes artificiales en caramelos, cereales y otros alimentos, en Europa son escasos.

Esto se debe a que los colorantes sintéticos fueron prácticamente eliminados de los alimentos después de que un estudio realizado en 2007 en el Reino Unido descubriera una relación entre las combinaciones de colorantes alimentarios artificiales y la hiperactividad en los niños, incluso en aquellos que no padecían el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

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Los colorantes no están prohibidos en toda Europa. Pero a raíz de los resultados del estudio de 2007, la Unión Europea (UE) exigió que los productos que contienen determinados colorantes lleven una etiqueta de advertencia en la que se diga que pueden tener un efecto adverso en la actividad y la capacidad de atención de los niños.

Una niña con una piruleta en la plaza Manezhnaya de Moscú, Rusia, el 9 de enero de 2020.
Una niña con una piruleta en la plaza Manezhnaya de Moscú, Rusia, el 9 de enero de 2020.Valery Sharifulin / Valery Sharifulin/TASS

Muchos fabricantes optaron por eliminar los colorantes alimentarios sintéticos para su mercado europeo en lugar de hacer que sus productos llevaran la advertencia. Como alternativa, colorearon sus alimentos con colorantes naturales, como grosella negra o concentrado de espirulina.

El proyecto de ley de Wieckowski pretende obtener resultados similares o, al menos, educar a los padres.

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Para respaldar su postura, Wieckowski ha presentado pruebas de lo que, según él, es el informe más completo sobre la conexión entre los colorantes y el comportamiento de los niños, compuesto por la Oficina de Evaluación de Peligros para la Salud Ambiental de su estado. 

El informe, revisado por expertos y publicado en abril, recopila los resultados de estudios en humanos y animales sobre los efectos en la salud de los colorantes alimentarios desde la década de 1970 hasta la actualidad. 

Los investigadores descubrieron que el 64% de los 27 estudios clínicos analizados mostraban una asociación entre los colorantes alimentarios y los problemas de comportamiento de los niños. Los estudios recientes eran más propensos a mostrar una correlación, ya que 5 de los 6 estudios realizados después de 1990 informaron de resultados estadísticamente significativos. 

La revisión se produce en un momento en el que los diagnósticos de TDAH han aumentado drásticamente: el porcentaje de niños y adolescentes estadounidenses diagnosticados con TDAH aumentó de un estimado del 6.1% en 1997 al 10.2% en 2016. 

Pero al igual que los del estudio del Reino Unido, los investigadores de California concluyeron que algunos niños demuestran más sensibilidad a los colorantes alimentarios, tengan o no un diagnóstico de TDAH.

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“Las pruebas apoyan una relación entre la exposición a los colorantes alimentarios y los resultados adversos en el comportamiento de los niños, tanto con como sin trastornos de conducta preexistentes”, decía el informe.

En una declaración a nuestra cadena hermana NBC News, la FDA reconoció que “algunos datos publicados sugieren que para ciertos niños susceptibles con TDAH y otros comportamientos problemáticos, su condición puede ser exacerbada por la exposición a varias sustancias alimentarias, incluyendo, pero no limitado a los colorantes alimentarios artificiales, debido a una intolerancia o sensibilidad única”. 

Pero la agencia mantuvo que no se había encontrado ninguna relación causa-efecto entre los aditivos colorantes y la hiperactividad en los niños de la población general, y sugirió que los padres que deseen limitar la ingesta de colorantes sintéticos en sus hijos comprueben las listas de ingredientes de los alimentos en las etiquetas.

Lisa Lefferts es una científica senior del Centro para la Ciencia en el Interés Público, una organización de defensa del consumidor y vigilante de la seguridad alimentaria que es copatrocinadora del proyecto de ley de California. Lleva años pidiendo a la FDA que revoque la aprobación de los colorantes o que informe a los consumidores de los riesgos que entrañan.

“No son vitaminas. No son nutrientes. Son cosméticos, a menudo utilizados para hacer que los alimentos poco saludables parezcan más atractivos para los niños”, explicó.

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Sin embargo, puede ser difícil determinar el efecto exacto de los colorantes, incluso en los mejores ensayos clínicos, según la doctora Sheela Sathyanarayana, profesora de pediatría y ciencias de la salud ambiental de la Universidad de Washington y del Instituto de Investigación Infantil de Seattle. Los alimentos con colorantes artificiales suelen tener otros aditivos, como el azúcar, que pueden influir en el comportamiento.

“Creo que parte del problema de los estudios que se han realizado es que no pueden separar los colorantes de los alimentos procesados o con mucho azúcar”, opinó. 

Además, añadió, hay limitaciones en la forma de llevar a cabo los estudios.

“No podemos exponer éticamente a los niños a un montón de colorantes y ver qué pasa”, afirmó.

No obstante, muchas familias creen que pueden señalar los tintes como la causa de los problemas de sus hijos.

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Françoise Dragonetti, de Shrewsbury, Nueva Jersey, eliminó los alimentos con colorantes artificiales para su hijo Oliver hace unos cinco años. Oliver tenía problemas de impulsividad e ira y le habían diagnosticado el síndrome de Tourette, una enfermedad caracterizada por tics. La eliminación de de estos aditivos le ayudó a equilibrar su estado de ánimo y también a disminuir sus tics.

Sin embargo, Dragonetti no ha retirado otros alimentos procesados. Se asegura de tener alternativas sin colorantes para Oliver, que ahora tiene 11 años.

“Mi trabajo consiste en darle dulces que pueda comer”, dice.

Excluir los colorantes requiere un poco de trabajo extra, dice Dragonetti, pero la recompensa merece la pena. Oliver recibió casi todos los honores en su última boleta de calificaciones.

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“Con los niños que tienen problemas de atención, esta es una cosa tan fácil que podría cambiar la capacidad del niño para concentrarse y aprender y socializar”, dijo. “Si están siendo agresivos, especialmente cuando son pequeños, eso realmente les quita las ganas de estar con otros niños”, añadió.

Un movimiento creciente

La concienciación sobre los posibles daños de los colorantes artificiales ha aumentado en los últimos años.

En Facebook hay numerosos grupos dedicados a las dietas sin colorantes para niños, algunos con casi 10,000 miembros. Varias marcas y cadenas, como Trader Joe’s, Whole Foods y Aldi, han pasado en gran medida a no utilizar colorantes en sus productos.

El alejamiento de los colorantes artificiales no siempre ha tenido éxito. En 2016, General Mills fabricó un cereal Trix coloreado de forma natural, cambiando sus famosos hojaldres afrutados de color neón por colores derivados de zanahorias moradas y cúrcuma.

El nuevo Trix provocó tal revuelo entre los fans acérrimos que General Mills volvió a introducir los colores artificiales. La reintroducción de las Trix clásicas tuvo una “respuesta increíblemente positiva” por parte de los consumidores, según un portavoz de General Mills. Las versiones con colorantes naturales de sus otros cereales siguieron en las estanterías.

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Lefferts cree que los colorantes naturales utilizados en el extranjero podrían tener el mismo atractivo en Estados Unidos.

“Creo que si los consumidores estadounidenses comprendieran que los colorantes alimentarios pueden causar verdaderos estragos en los niños, no estarían tan apegados a tenerlos”, afirma.

Además, no siempre es obvio que los colorantes artificiales estén presentes en los productos de EE.UU. El azul 1 se encuentra a menudo en los malvaviscos para aclarar su tono blanco. El amarillo 5 y el amarillo 6 suelen estar en los encurtidos.

Y los colorantes artificiales se utilizan habitualmente para colorear los medicamentos, incluidos los que se toman para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

Ella y otros esperan que el proyecto de ley de California tenga un efecto dominó a nivel nacional.

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“Los colorantes alimentarios sintéticos no deberían estar en el suministro de alimentos”, apuntó Lefferts, añadiendo que una etiqueta de advertencia es lo “mínimo” que debería hacerse si no se prohíben directamente. “Tenemos niños a los que les está afectando a su vida social, a sus familias y a su capacidad de funcionar en la escuela”.

Snow, la madre de Utah que eliminó los colorantes para su hijo, puede dar fe de ello. 

A los pocos meses de dejar de usar colorantes, Evan, que ahora está en tercer grado, pudo dejar de tomar uno de sus medicamentos psiquiátricos. Ya no necesita ir a terapia cada semana. En lugar de sentir que tiene que proteger a sus otros tres hijos de él, Snow ve ahora a Evan formando un fuerte vínculo con sus hermanos.

También ve diferencias en otras áreas de su vida. Antes de que cambiara su dieta, Evan había pedido una fiesta de cumpleaños. Snow no estaba segura de a quién invitar ya que Evan era tan violento en la escuela que no tenía amigos.

Ahora, “tiene amigos por todas partes. Ha sido un cambio de autoestima abrumador”, afirmó.