Por Sahil Kapur - NBC News
WASHINGTON — En su discurso sobre el Estado de la Nación del martes, el presidente, Joe Biden, pregonará sus logros y hará un nuevo llamamiento a legislar de forma bipartidista en el dividido Congreso.
Detrás de él se sentará el nuevo presidente de la Cámara de Representantes, el californiano Kevin McCarthy, el republicano que lidera una mayoría díscola y conservadora en la Cámara de Representantes con el poder de dar luz verde o frustrar los mejores planes de Biden.
Un funcionario de la Casa Blanca reveló que Biden destacará las nuevas leyes “transformadoras” que firmó en los últimos dos años y pedirá que se continúe ese progreso “trabajando juntos en el año que viene”.
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“El presidente volverá a insistir en su convicción de que demócratas y republicanos pueden trabajar juntos, como hicieron en los dos últimos años y como se ha comprometido a hacer con este nuevo Congreso, para conseguir grandes cosas en nombre del pueblo estadounidense”, dijo el funcionario de la Casa Blanca, que no estaba autorizado a hablar públicamente sobre el contenido del discurso de Biden.
El discurso pone de relieve un reto para Biden: descifrar qué puede aprobarse de forma realista en una Cámara controlada por los republicanos y un Senado liderado por los demócratas, y crear un entorno fértil para ello.
La agenda legislativa para los próximos dos años se divide en tres categorías: áreas viables para llegar a un acuerdo, objetivos ambiciosos en los que los partidos probablemente estén demasiado alejados como para llegar a un consenso, y temas imprescindibles que serán necesarios para evitar cierres del gobierno o crisis económicas.
Oportunidades de acuerdo
Cuando se pregunta a los legisladores en qué temas pueden encontrar un terreno común, la palabra más común es: China.
La cuestión ha cobrado mayor relevancia después de que Estados Unidos derribara un presunto globo espía chino sobre la costa estadounidense. Los republicanos de la Cámara de Representantes han creado un comité especial sobre las relaciones entre Estados Unidos y China.
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Su presidente, el representante Mike Gallagher (republicano por Wisconsin), y el demócrata Raja Krishnamoorthi (demócrata por Illinois), han pedido un enfoque consensuado para contrarrestar el ascenso de China. Pero aún está por ver si el tema dará lugar a una legislación bipartidista o se convertirá en un balón de fútbol político.
Un asesor republicano de alto rango de la Cámara de Representantes dijo que también puede haber oportunidades limitadas para la cooperación en materia de energía, señalando que la Cámara de Representantes aprobó una ley para frenar el uso de la reserva estratégica de petróleo a principios de este año.
Un asesor del Partido Republicano (GOP, por su sigla en inglés) en el Senado dijo que podría haber otro intento de revisar los requisitos de concesión de permisos para proyectos energéticos y de infraestructuras.
Un asesor demócrata del Senado añadió Bitcoin y las criptomonedas a la lista: “Hay muchos huevos en la cara de mucha gente y las líneas ideológicas sobre las criptomonedas no son tan firmes”.
El representante Brian Fitzpatrick, republicano por Pennsylvania y copresidente del grupo bipartidista Problem Solvers Caucus, citó tres áreas en las que ve posibilidades de acción legislativa: “Salud mental y adicción. Lucha contra China. Semiconductores e inteligencia artificial”.
El representante Josh Gottheimer, demócrata por Nueva Jersey, su copresidente demócrata, dijo que las posibilidades incluyen la adicción a los opiáceos, la salud mental y la fabricación nacional, y aprovechar la ley de competitividad con China aprobada el año pasado con una especie de Chips 2.0. Dijo que hay “una serie de cuestiones de sentido común” que presentan oportunidades.
Pero otros son más pesimistas. A la pregunta de cuáles son las perspectivas de un terreno común, un asesor del GOP en la Cámara de Representantes respondió: “No muchas”. El asesor se refirió a China y a la crisis del fentanilo.
Asuntos con pocas probabilidades
La lista de temas con pocas probabilidades de cooperación es larga, dada la fuerte tendencia conservadora de la nueva mayoría republicana, que se puso de manifiesto en las 15 votaciones necesarias para que McCarthy se convirtiera en portavoz.
Comienza con lo que queda de la ambiciosa agenda de Biden en sus dos primeros años, principalmente los temas económicos y de red de seguridad de su paquete Reconstruir mejor que se quedaron en el tintero debido a la oposición del senador Joe Manchin, demócrata por West Virginia. Esto incluye temas como el cuidado infantil, los permisos remunerados, los pagos en efectivo a las familias y los programas para eliminar gradualmente los combustibles fósiles.
Biden y casi todos los demócratas quieren subir los impuestos a las empresas y a las rentas más altas para obtener más ingresos, pero muchas de esas propuestas fueron desechadas el año pasado por la senadora demócrata por Arizona Kyrsten Sinema.
Aunque los demócratas consiguieron un 51 escaños en el Senado en las elecciones de mitad de mandato de 2022, todas esas ideas están muertas a su llegada a la nueva Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, en los próximos dos años.
El renovado llamamiento de Biden a endurecer las leyes de prevención de la violencia armada tampoco está gustando a los republicanos.
Se habla de una reforma de la inmigración, pero los dos partidos tienen prioridades muy distintas sobre cómo llevarla a cabo. La cuestión ha atormentado a los tres predecesores inmediatos de Biden, incluso en entornos menos partidistas, por lo que muchos asesores de ambos partidos son pesimistas sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo, incluso sobre un proyecto de ley limitado.
Y desde el punto de vista del GOP, la legislación aprobada por la Cámara para derogar medidas respaldadas por Biden, como la financiación adicional del IRS, no sobrevivirá al Senado liderado por los demócratas ni a la pluma de veto de Biden. Los objetivos conservadores sobre la frontera, la educación y una serie de cuestiones culturales también serán difíciles de vender sin compromisos.
Proyectos de ley imprescindibles
El proyecto de ley más importante de la agenda tiene que ver con el techo de la deuda, que el Congreso debe ampliar antes del 5 de junio, fecha límite según el Departamento del Tesoro, para actuar o arriesgarse a una catástrofe económica. Hasta el momento, Biden y McCarthy se encuentran en un punto muerto: el presidente insiste en que no es negociable y McCarthy, en su discurso del lunes sobre el límite de la deuda, volvió a no ofrecer recortes específicos del gasto.
“El impago de nuestra deuda no es una opción”, dijo McCarthy. “Pero tampoco lo es un futuro de impuestos más altos, tipos de interés más altos y una economía que no funciona para los trabajadores estadounidenses”, agregó.
También está la financiación del Gobierno, que expira el 30 de septiembre.
Fitzpatrick identificó varias otras “piezas de legislación imprescindibles” sobre las que el Congreso tendrá que encontrar una resolución: reautorizar la Administración Federal de Aviación, así como la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera y la Sección 702, que permite a EE.UU. espiar a presuntos terroristas en el extranjero.
El asesor demócrata en el Senado dijo que la política agrícola, que afecta a los agricultores y productores, es otra posibilidad, dada la necesidad de aprobar una ley agrícola, que podría estar relacionada con la competencia en China y los precios de los huevos.
Algunos ven los proyectos de ley de aprobación obligatoria como un vehículo para avanzar en las prioridades, dada la limitada legislación que se moverá desde el Capitolio a la Casa Blanca para su promulgación. “No tengo muchas esperanzas de que este sea un Congreso muy productivo en términos legislativos”, declaró el asesor demócrata, añadiendo que los próximos dos años serán más importantes en términos de protección y aplicación de las leyes de Biden.