Han vuelto a ser noticia las radicales propuestas de políticos republicanos como Ron DeSantis, Vivek Ramaswamy y Nikki Haley por decir que apoyan el despliegue de efectivos militares estadounidenses, y el uso de drones con bombas, para combatir a los cárteles en México.
En el debate republicano celebrado el jueves por la noche, Haley volvió a referirse al problema del fentanilo en EE.UU. y la radical solución que ofrece: “México no es un buen socio si perdimos 75,000 estadounidenses el año pasado. México no es un buen socio si permite que los cárteles se salgan con la suya. Lo que haremos es asegurarnos de enviar nuestras Fuerzas Especiales [a México]”.
Los grupos del crimen organizado cuentan con unos 175,000 miembros en México, lo que los convierte en el quinto mayor empleador del país, según reveló un reciente estudio de los investigadores Rafael Prieto-Curiel, Gian Maria Campedelli y Alejandro Hope; publicado la semana pasada en la revista Science.
Más de 200,000 estadounidenses han sufrido sobredosis y fallecimientos por el consumo de opioides sintéticos como el fentanilo desde 2020, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Sin embargo, "la drogadicción en EE.UU. no se resuelve bombardeando México", afirma Prieto-Curiel, uno de los autores del estudio. "Uno también podría pensar que el problema del trasiego de drogas está en los consumidores. Entonces, ¿por qué no hacen operaciones militares en Philadelphia o en Chicago para controlar el problema del fentanilo?", agrega.
¿Por qué no hacen operaciones militares en Filadelfia o en Chicago para controlar el problema del fentanilo?"
Rafael Prieto-CUriel, investigador del Complexity Science Hub
Gian Maria Campedelli, investigador del MobS Lab de la Fundación Bruno Kessler, en Italia, y coautor del estudio, explica que están conscientes de los riesgos que implica investigar al narcotráfico, sobre todo en esta época de polarización social.
"Sabíamos que algunos líderes de uno u otro lado del espectro político pueden tomar nuestros resultados para defender sus opiniones, pero nosotros solo queremos mostrar el problema del reclutamiento de los cárteles. No tenemos ninguna agenda política", comenta Campedelli desde Trento, en una videollamada con Noticias Telemundo.
A pocas horas de su publicación, los hallazgos de Prieto-Curiel, Campedelli y Hope (quien falleció a fines de abril y fue uno de los mejores analistas de seguridad de México) captaron la atención inmediata de medios y líderes políticos debido, en parte, a que la investigación muestra que sólo empresas como Femsa, Walmart, Manpower y America Movil superan el poderío laboral de los cárteles.
"Tratamos de aproximarnos lo más posible a la realidad. Es un universo obscuro, donde no hay datos porque no hay un censo del cártel, no hay una afiliación, no tenemos dimensiones", afirma Prieto-Curiel en una entrevista con Noticias Telemundo.
El investigador especifica que tuvieron que crear un "sistema muy grande" de ecuaciones. "Cada ecuación representa a un cártel. Cada variable es el tamaño de un cártel. Y lo modelamos en función del tamaño de los otros cárteles usando los datos que tenemos de muertes, arrestos y personas desaparecidas", explica.
"Un problema que nos está rebasando"
En el estudio, titulado Reducir el reclutamiento de los cárteles es la única forma de disminuir la violencia en México, los expertos crearon un complejo modelo matemático de 150 ecuaciones que utiliza datos sobre los 150 cárteles que estaban activos en México en 2020, además de usar información sobre otros factores como alianzas y rivalidades, y los datos oficiales de homicidios, personas desaparecidas y encarcelamientos.
Vimos una gran reducción de la violencia si se disminuye el reclutamiento"
Gian Maria Campedelli
"Creo que la prevención y dar alternativas a la gente es la clave para reducir el crimen y mejorar muchos problemas sociales, pero no esperaba resultados tan diferentes para este caso mexicano, porque vimos una gran reducción de la violencia si se disminuye el reclutamiento, mientras que duplicar la represión, ni siquiera se acerca a eso", explica Campedelli.
Los investigadores afirman que, aunque los cárteles pierden a diario decenas de miembros debido a asesinatos y a la fuerza del Estado, "la violencia no ha disminuido en los últimos años" y explican con diversos cálculos que combatir el reclutamiento es la gran esperanza para acabar con la violencia del país que, sólo en 2022, registró 32,223 homicidios. Es decir, 88 asesinatos por día.
Según los expertos, la estimación de 175,000 miembros activos de cárteles incluye tanto empleados a tiempo completo como ocasionales, así que se trata de un conjunto muy diverso en el que hay campesinos que cultivan adormidera, sicarios que vigilan laboratorios de metanfetamina y fentanilo, personas que se dedican al contrabando y, por supuesto, los capos que dirigen algunos de los cárteles más poderosos del mundo.
"Para mí, el problema fundamental es que ellos están calculando una cifra aproximada y consideran a los cárteles como empresas que manejan monopolios y eso no es así. Son redes conformadas por distintas organizaciones, a veces células o grupos más grandes, y no todas funcionan igual", explica Guadalupe Correa-Cabrera, especialista en narcotráfico y migración de la Universidad George Mason, que no participó en el estudio.
Sobre esos señalamientos, Prieto-Curiel reconoce la imperfección de las conclusiones y precisa que "hicimos una conjetura informada sobre qué proporción de víctimas de asesinato y reclusos eran miembros de cárteles", aclarando que en ninguna parte del estudio se afirma que las cifras son exactas.
Sin embargo, llama la atención sobre las coincidencias. Su modelo coincide con un estudio de Lantia Consultores que también cuantifica la cifra de miembros de los cárteles en más de 170,000. Además, la directora de la Administración de Control de Drogas, Anne Milgram, declaró ante el Congreso en julio y dijo que las dos organizaciones criminales más poderosas de México -el cártel de Sinaloa y el cártel de Jalisco Nueva Generación- contaban con casi 45,000 miembros, entre asociados, facilitadores e intermediarios en más de 100 países.
"Ellos dicen que los cárteles de Jalisco y Sinaloa tienen juntos cerca de 45,000 miembros o unidades. Nosotros estimamos que son unos 46,000, pero básicamente es la misma magnitud, así que sabemos que nuestros hallazgos muestran un problema que nos está rebasando a los mexicanos", explica Prieto-Curiel quien, aunque dice que ama el universo de ecuaciones y cálculos precisos que rige su carrera, también se preocupa por las repercusiones sociales y políticas de sus investigaciones.
Nuestros hallazgos muestran un problema que nos está rebasando a los mexicanos"
RAFAEL PRIETO-CURIEL
Aunque en la actualidad es investigador posdoctoral en el Complexity Science Hub de Viena, Austria, Prieto-Curiel recuerda con orgullo su primer acercamiento a los análisis sobre la problemática delictiva en México, puesto que fue policía y vivió de cerca los estragos de la violencia en el país.
"Trabajé como policía durante cinco años, y estuve dedicado a usar ecuaciones y modelos matemáticos para pronosticar la ocurrencia de delitos en la ciudad. Honestamente fue el trabajo más increíble y soñado que alguien podría pensar, y desde entonces me interesan los temas de seguridad", afirma.
"Disparates" sobre México
El Gobierno mexicano ha reaccionado desmintiendo los hallazgos de la investigación de Prieto-Curiel y Campedelli, acusándolos de incurrir en la "exageración de cifras".
"Es una simulación matemática, cuyos resultados obtenidos son suposiciones falsas", dijo ayer la vocera Ana Elizabeth García Vilchis, en la rueda de prensa matutina del presidente mexicano Andrés Manuel López. "No es cierto que el crimen organizado sea el quinto empleador del país, como se ha difundido", afirmó.
"Como era de esperarse, los resultados no favorecen a las políticas del Gobierno y entonces atacan al mensajero y no se dedican a enfrentar el mensaje del artículo que nos dice que el cártel y el crimen organizado en México es hoy una institución gigantesca y la cual está ganando terreno, como lo estamos viendo en Chiapas o en Nuevo León", dice Prieto-Curiel sobre las críticas.
Además, López Obrador también se ha referido a las propuestas de los candidatos republicanos tildándolas como "disparates" y alertando a los casi 40 millones de mexicanos que viven en EE.UU. para que no apoyen a los líderes que formulan esos planes.
"Hablan sin tener sustento porque piensan que así van a ganar simpatía, se compiten entre ellos para ver quién dice el disparate más extravagante sobre la migración, el fentanilo y sobre México, pero no hay que tomarlos en serio", comentó López Obrador.
La presencia de México en los discursos políticos de la campaña presidencial estadounidense no es un fenomeno nuevo, sino una tendencia recurrente en la que los candidatos suelen responsabilizar al país vecino de problemas críticos como la migración irregular y el auge del tráfico de sustancias como el fentanilo. Para expertas como Correa-Cabrera, la investigación de Prieto-Curiel y Campedelli corre el riesgo de quedar atrapada en el fuego de la retórica polarizante.
"Desafortunadamente, este tipo de artículos alimentan la retórica falaz del trumpismo que propone proyectos descabellados como la construcción del muro o mandar tropas a México. Además, nadie lee las investigaciones sino que toman un titular y lo repiten sin ver que el problema de los opiáceos en Estados Unidos es una crisis de salud pública", asevera.
"A los 11 años cometí mi primer asesinato"
Los investigadores estiman que los cárteles mexicanos deben reclutar entre 350 y 370 personas cada semana para contrarrestar el impacto de las detenciones y asesinatos en sus filas, y especifican que la mayoría de las personas que ingresan en las bandas son hombres de entre 14 y 18 años.
"El Estado tiene que ofrecerle oportunidades a los chicos antes de que sean reclutados por el cártel y se unan a una de las carreras más violentas que pueden existir. En los 10 años posteriores al reclutamiento, la persona que entra al cártel tiene una probabilidad de 17% de muerte por asesinato y un 20% termina en la cárcel. Es decir, uno de cada tres reclutados va a terminar en la cárcel o muerto en un lapso de diez años", asevera Prieto-Curiel.
Uno de cada tres reclutados va a terminar en la cárcel o muerto en un lapso de diez años"
RAFAEL PRIETO-CURIEL
Mercedes Castañeda conoce a muchas de esas personas que han sido reclutadas por las mafias mexicanas, y que logran salir de sus redes para buscar una vida mejor. Cofundadora de Reinserta, una organización mexicana sin fines de lucro que desarrolla programas de protección enfocados en niños y jóvenes, dice que los hallazgos de la investigación corroboran lo que suelen decir las personas que escapan de las bandas.
"Creo que esa investigación es muy loable porque le pone números al problema y lo analiza desde una perspectiva económica que es algo que muy novedoso. México tiene un grave problema de niños, niñas y adolescentes que están involucrados en la delincuencia organizada y debemos hablar de eso", explica Castañeda.
Desde su creación en 2013, Reinserta ha atendido a más de 1,300 adolescentes que han estado en organizaciones delictivas y en la actualidad apoya a 250 jóvenes en sus programas.
"A los 11 años cometí mi primer asesinato [...] junto con dos sicarios más torturamos refeo al güey. Mi vida cambió después de eso, ya no es lo mismo con mi familia, con mi mamá, con mi papá, sientes un peso", cuenta Iván, un joven que ha participado en los programas de Reinserta, cuya historia se detalla en un informe reciente de la organización.
En 2019, la Red por los Derechos de la Infancia en México calculaba que unos 30,000 niños y adolescentes han sido incorporados a las filas del crimen organizado, sin embargo, los expertos señalan que no hay cifras exactas sobre esa problemática.
"Hemos visto un grave repunte entre los más chiquitos, niños y niñas, que el narco los mete en sus bandas. Aquí tenemos un grave problema de reclutamiento por parte de la delincuencia organizada y estamos dejando a nuestros jóvenes en total desamparo", advierte Castañeda.
