IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

El cierre de centros de ayuda a migrantes agrava los efectos de la pandemia

“La gente se desespera, porque no saben cuándo terminará esta crisis", indica una activista, "nosotros tampoco lo sabemos".
/ Source: Telemundo

Por María Peña

WASHINGTON DC.— *María Gutiérrez trabajaba vendiendo frutas y batidos en un centro comercial en Manassas (Virginia), pero la pandemia del coronavirus primero le recortó sus horas y, desde este lunes, la dejó sin trabajo. Centros de la red de ayuda a inmigrantes pobres como María han cerrado sus puertas debido a las cuarentenas, agravando su sensación de crisis.

[Nuestra cobertura completa sobre el coronavirus]

“No soy la única que está en esta situación; jamás imaginamos que esto nos iba a afectar. Mi jefe no sabe cuándo reabrirá el negocio y, ahora no sé cómo voy a pagar la renta, ni de dónde voy a sacar para mantener a mi familia en Perú”, explica Gutiérrez, quien pidió el uso de un pseudónimo para proteger su identidad.

Gutiérrez, de 48 años, se aclara la garganta porque le cuesta relatar cómo la pandemia le ha robado su único sustento, y tampoco tiene alternativas de empleo en el futuro previsible.

“Esta situación nos obliga a hacer cambios radicales, pero el problema es que no están contratando a nadie. Puedo limpiar casas, cortar grama, trabajar en lo que sea, porque necesitamos tener un colchoncito financiero, pero no hay trabajo”, se lamenta.

Su hija menor y su esposo están en Lima, de donde ella emigró al área de Washington, D.C., hace tres años, y dependen de su salario para el pago de vivienda, colegiatura, comida y demás cobros.

Gracias a la intervención de CASA de Maryland, un centro de ayuda comunitario en el área de la capital estadounidense, Gutiérrez hizo cola frente a una iglesia en Manassas, donde voluntarios repartían leche, huevos, y otros productos de la canasta básica a familias de bajos ingresos.

“No sabemos si vamos a recuperar nuestros trabajos. Toca estar viviendo el día a día”, indica.

El presidente, Donald Trump, promulgó una ley que autorizó cheques directos para individuos y familias, pero excluyó a inmigrantes indocumentados.

La Alianza Nacional de Trabajadoras Domésticas ha creado un fondo de emergencia que otorga hasta 400 dólares a niñeras y trabajadoras de limpieza afectadas por la pérdida de empleos. El grupo ha dicho que su meta es recabar un total de cuatro millones de dólares en donaciones para ayudar a 10,000 trabajadoras. 

La cifra de ayuda, explicó el grupo, se deriva de un informe federal que alertó de que el 40% de los estadounidenses no tiene con qué cubrir una emergencia de 400 dólares, y el 47% tendría que pedir dinero prestado a amigos o familiares, o vender alguna pertenencia. 

Efecto dominó del cierre de negocios

Es que la pandemia del coronavirus, que en EE.UU. ya se ha cobrado la vida de más 3,000 personas, ha puesto candado a miles de almacenes, restaurantes, sitios de comida rápida y demás negocios del sector de servicios.

Algunos, siguiendo órdenes de cuarentena o distanciamiento social, sólo abren para la entrega de comida a domicilio, o para que los clientes la recojan en sus instalaciones.

Esta crisis además ha suscitado un efecto dominó, porque los empleados de clase media que han perdido sus puestos o han sufrido un recorte de horas, ya no pueden, a su vez, costear los servicios de quienes limpian sus casas, cortan su césped, o cuidan de sus hijos y ancianos.

También los jornaleros, que trabajan como contratistas en proyectos de construcción o remodelación de viviendas afrontan recortes de horas o despidos, pese a que la llegada de la primavera normalmente garantiza una fuente de ingresos.

La pandemia ha disparado el número de personas que engrosan las filas del desempleo: para la semana que concluyó el pasado 21 de marzo, 3,3 millones de personas solicitaron subsidios de desempleo por primera vez, y una encuesta de Dow Jones calcula que otros 2,65 millones se sumarán esta semana.

En la actualidad, cerca de 67 millones de estadounidenses trabajan en puestos con alto riesgo de despidos, y de éstos, 47 millones podrían perderlos, según proyecciones de la oficina de la Reserva Federal en St. Louis (Missouri).

La tasa de desempleo subiría entonces al 32,1%, un drástico cambio respecto al 3,5% de febrero pasado, antes de que estallara la crisis.

Restricciones para centros de ayuda

Los estados de Maryland y Virginia, y el Distrito de Columbia, sede de la capital estadounidense, se sumaron este lunes a la lista de entidades con órdenes de cuarentena y el cierre de negocios no esenciales” como parte de los esfuerzos por contener la pandemia.

Eso significa que los centros de ayuda comunitarios en el área, como CASA de Maryland, han tenido que reducir sus actividades, y se las ingenian para seguir ofreciendo algunos de sus servicios por teléfono e internet.

“No sabemos si vamos a reabrir a mediados de abril, pero tratamos de ayudar de la mejor manera posible. Por teléfono logramos compartir algunos de los recursos disponibles”, explicó Juan Navarrete, coordinador de programas de inmigración en Virginia.

La organización ha preparado guías sobre lugares que ofrecen bancos de comida, ayuda para el pago de alquiler y de servicios básicos, que comparte también en su página en Facebook.

Otros servicios, como talleres de ciudadanía, clases de inglés, y cursos vocacionales, han quedado suspendidos hasta nuevo aviso.

“Buscamos maneras creativas de ayudarles, por ejemplo, por teléfono podemos ofrecer asesoría con las lecciones de ciudadanía. Estamos cerrados por obligación, pero queremos que sepan que no están solas, que les ayudamos aún con nuestras limitaciones”, enfatiza Navarrete. 

En Seattle (Washington), Casa Latina también ha suspendido su centro de trabajos, clases de inglés, talleres vocacionales, programas dirigidos al empoderamiento de mujeres y de inmigrantes, y eventos sociales.

En su página de Facebook, el grupo sin fines de lucro informa a sus clientes  sobre los servicios disponibles a través del internet, según explicó Patricia Arévalo, activista comunitaria de Casa Latina.

“El impacto ha sido tremendo en nuestra comunidad, especialmente entre los inmigrantes indocumentados, porque en esa mentalidad de ´sálvese quien pueda´, los han echado y no tienen buenas opciones”, explica Arévalo.

“Por su estatus, mucha gente trabaja en la economía informal y, con esta crisis, los trabajos de limpieza de repente se esfumaron, y eso afecta a muchas de nuestras clientes. Nadie quiere dejar entrar a nadie en sus casas, así es que ellas han quedado en el aire”, agrega

Al igual que otros centros comunitarios, Casa Latina también está solicitando al público una donación en línea, para mantener con vigencia el “Fondo de ayuda para trabajadores", además de ofrecer cupones de 40 dólares al mes para la compra de comida, y boletos semanales para el autobús.

“La gente se desespera, porque no saben cuándo terminará esta crisis", concluye Arévalo, "nosotros tampoco lo sabemos, pero procuramos tenderles una ayuda”.

Lea también:

Buque hospital USNS Comfort llega a NYC para atender a miles de infectados con COVID-19

Trump asegura que lo peor de la pandemia llegará en la próximas dos semanas

Más de 400 hogares de ancianos en todo el país reportan contagios por coronavirus