Seguramente cuando has hecho ejercicio o realizado un movimiento brusco te ha dado un dolor en la parte baja de tus costillas, abdomen o espalda. A esto, se le conoce como "dolor de caballo" o flato.
En términos médicos, se le denomina como dolor abdominal transitorio, el cual ocurre en el costado o en el área del abdomen, como respuesta a la acumulación de gases en el tubo digestivo o a la escasez de sangre en dicha zona.
Este malestar puede manifestarse en cualquier persona, sin importar su edad o sexo.
Pero, ¿por qué sucede?
1. Respiración
De acuerdo con la doctora Cristina Rodríguez Gutiérrez, directora de la Dirección General de Medicina del Deporte de la Universidad Nacional Autónoma de México, esta molestia se debe a que no tenemos una respiración correcta cuando corremos.
"Hay oxígeno de más, ya que estamos respirando mucho por la boca. Este aire entra al aparato digestivo, ya sea en el vaso o a nivel intestinal, y se manifiesta como un cólico considerable", explicó a El Botiquín.
2. Estómago
Debido a que el estómago está conectado al diafragma por ligamentos sobre el lado izquierdo, cuando éste se llena de comida o líquidos durante la actividad física, choca contra la pared del peritoneo, una membrana muy delicada que se irrita provocando malestar.
Recomendaciones
Rodríguez Gutiérrez aconseja utilizar un calzado adecuado para amortiguar el golpeteo al correr, no importando si es de manera profesional o amateur, para así evitar las lesiones musculares.
Asimismo, sugiere dejar pasar una cantidad de tiempo considerable después de haber ingerido muchos alimentos y bebidas, con la intención de que el estómago no tenga mucho peso y esas oscilaciones por correr no afecten el diafragma.
Aunque normalmente se quita de forma natural al cabo de unos minutos. Un tip para combatirlo inmediatamente es tensar el abdomen, pues ayudará a estabilizar las vísceras e impedir que sigan produciéndose dolorosos cólicos.
¿Cómo evitarlo?
1. Realiza respiraciones profundas y controladas mientras corres. De esta manera tu diafragma se estirará y tus ligamentos se relajarán.
2. Levanta tu brazo derecho y estíralo con dirección al lado izquierdo. Mantén la posición por 30 segundos y haz lo mismo con el otro brazo.
3. Mantente hidratado. Recuerda que los calambres musculares son una señal de deshidratación.
4. No comas o bebas agua en exceso antes de la actividad física, sobre todo aquellos alimentos con una alta concentración en carbohidratos.
Sigue estas recomendaciones y verás como el "dolor de caballo" cada vez será menos frecuente.
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