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Qué provoca la inflamación abdominal y cómo puedes prevenirla

Tener una mala alimentación y hasta padecer estrés podrían fomentar la hinchazón en el vientre, por lo que aquí te decimos qué puedes hacer para evitarlo.

La inflamación abdominal es un problema que generalmente se presenta después de comer y se manifiesta con una hinchazón de la zona ventral, que puede tener varias causas, como la mala absorción de los nutrientes, intolerancia a ciertos alimentos y alergias.

Aunque la distensión abdominal es causada principalmente por comer en exceso más que por una enfermedad grave, puede venir acompañada por otros malestares incómodos como los eructos y las flatulencias, de acuerdo con la Clínica Mayo.

En muchas ocasiones, los alimentos precocidos ricos en grasas, los alimentos ricos en fibra, comer deprisa y el estrés pueden provocar una mala digestión, lo que lleva a tener más flatulencias. Además, muchas personas tienen el hábito de deglutir aire al comer, lo que fomenta la inflamación.

El sitio Medline Plus afirma que la distensión abdominal pasará una vez que el cuerpo haya digerido una comida pesada, por lo que para prevenirlo se pueden consumir raciones más pequeñas de alimento.

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Cuando la inflamación es causada por deglutir aire, hay que evitar el consumo de bebidas carbonatadas, evitar la goma de mascar y no beber líquidos con una pajilla, además de que comer despacio ayuda a evitar que pase aire al tracto digestivo.

Los gases en el intestino delgado y el colon se deben a la digestión o a la fermentación de alimentos no digeridos, así como a bacterias presentes en el sistema. Para reducirlos, se pueden evitar ciertos alimentos como frijoles, lentejas, chícharos, repollo, brócoli, champiñones, ciertas frutas, cerveza y refrescos.

También es importante reducir el consumo de alimentos grasos que retrasan la digestión y aumentan el tiempo de fermentación de la comida.

Cuando se han descartado la dieta y los hábitos alimenticios como causas de la inflamación abdominal, se pueden explorar otras circunstancias que podrían ser potencialmente más graves, como la mala absorción, la intolerancia y la alergia.

Estos problemas pueden tener consecuencias como un déficit nutricional, dolores abdominales más fuertes, diarreas, tos, urticaria y hasta un shock anafiláctico. 

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