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"No es momento de hacer fiestas": la zona metropolitana de México adopta nuevas restricciones por el repunte de casos de COVID-19

Ciudad de México y el Estado de México avanzan de nuevo a un semáforo rojo, que indica que los contagios, hospitalizaciones y muertes están en sus peores niveles, aunque esta vez no habrá cierre total de ciertos servicios como lo hubo en primavera.

El Estado de México y la Ciudad de México, que en conjunto componen la zona metropolitana y la región más densamente poblada del país, adoptarán a partir de este sábado nuevas restricciones debido al altísimo repunte de casos y muertes por el nuevo coronavirus.

"Al ritmo a que siguen los contagios es preocupante" eso "nos lleva a tomar medidas drásticas para frenar el contagio", declaró el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, en una conferencia de prensa conjunta con la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo.

"Necesitamos disminuir la curva de contagios [...] por eso es que se toman estas medidas y pedimos un esfuerzo extraordinario a toda la ciudadanía", dijo Sheinbaum, quien exhortó a la población a no hacer fiestas de épocas navideñas.

Los dos estados tendrán semáforo rojo a partir del 19 de diciembre hasta por lo menos el 10 de enero, lo que significa que las actividades, excepto las esenciales, deben suspenderse. 

"Lo que debemos privilegiar es la salud y el salvar vidas", agregó Del Mazo, al reconocer que tener semáforo rojo tiene muy fuertes implicaciones para la economía de los mexicanos, que en su mayoría dependen de sus ingresos día a día para comer.

A diferencia de otros países, en México no se ha establecido un sistema de ingreso universal o de cheques de ayuda para la población general; solamente hay algunos bonos de asistencia para ciertas poblaciones, como los adultos mayores.

Este viernes no se anunció ninguna ayuda económica para reducir los efectos del nuevo semáforo rojo.

Actividades que no se suspenden

Las autoridades indicaron que "no se puede suspender toda actividad económica", por lo que sí se mantendrán las "actividades consideradas esenciales" con algunos ajustes.

Por ejemplo, los restaurantes no tendrán que cerrar por completo como sucedió para algunos en el semáforo rojo previo, entre la primavera y junio. Sin embargo, la venta de alimentos solo estará permitida en servicio sea para llevar o para entrega.

También se mantendrán operantes los servicios de transporte, proveeduría de alimentos, la fabricación y venta de medicamentos, talleres de reparaciones y refacciones, servicios de salud, construcción y funerarios, así como las operaciones del Gobierno para obra pública, agua, seguridad e impuestos. 

A diferencia del previo semáforo rojo, han mejorado mucho los sistemas para intentar hacer rastreo de contactos en la zona metropolitana, como un código QR para entrar a tiendas, restaurantes o camiones de transporte público con el cual después se puede avisar a esa persona si llegó a estar en contacto con alguien infectado.

También han aumentado mucho las pruebas accesibles al público en la capital, aunque en general México sigue siendo de los países que menos pruebas de COVID-19 hace per cápita.

En algunos países ya empiezan a haber vacunas accesibles para la población, pero en México las inoculaciones todavía no comienzan. El Gobierno ya autorizó para uso de emergencia la vacuna de Pfizer, que sería inyectada inicialmente al personal de salud en primera línea en una fecha todavía no determinada.

La reticencia a cambiar el semáforo

El sistema de semáforos fue implementado en México a partir de junio, cuando había alrededor de 2,000 contagios diarios oficialmente reconocidos y las autoridades pronosticaban el pico de infecciones.

Actualmente hay unos 12,000 infecciones confirmadas a nivel nacional; casi la mitad se han reportado solamente en Ciudad de México los últimos días y en Estado de México el promedio diario es de alrededor de 700 casos.

Por el invierno "era esperable que tuviéramos un repunte" a partir de octubre, aseguró el subsecretario para la Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, quien es el vocero para la respuesta gubernamental.

Aunque desde octubre no se habían hecho cambios a las restricciones nacionales por el COVID-19, y tanto Del Mazo como Sheinbaum y López-Gatell habían evitado hablar de un posible semáforo rojo ante repetidas preguntas y exhortaciones de la población.

"Hemos llegado a la conclusión de que se requieren medidas extraordinarias que en este momento son indispensables", reconoció por fin este viernes López-Gatell.

En la capital y en el Estado de México, los hospitales están completamente desbordados, con una ocupación de al menos 75% de las camas para intubación y para atención general, así como con el personal de salud agotado, mientras las calles lucen cada vez más repletas de gente.

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La intención original de los semáforos era determinar, con base en cuántos contagios hay y cuántas camas hospitalarias están disponibles en cada estado, un mecanismo visual de registrar el riesgo de infecciones del nuevo coronavirus. 

Pero ante los llamados a las autoridades de Ciudad de México y de la Secretaría de Salud a cambiar de naranja a rojo por el aumento muy considerable de contagios recientemente, el subsecretario López-Gatell de repente empezó a decir que le parece "un poco intrascendente" qué color hay de semáforo porque, según él, la ciudadanía debe saber resguardarse sin importar qué restricciones establezca el Gobierno.

Alfredo del Mazo, Claudia Sheinbaum y Hugo López-Gatell en la conferencia de prensa en la cual anunciaron el semáforo rojo.
Alfredo del Mazo, Claudia Sheinbaum y Hugo López-Gatell en la conferencia de prensa en la cual anunciaron el semáforo rojo.Gobierno de la Ciudad de México

Hasta este viernes, solo habían dos de los 32 estados mexicanos todavía en semáforo rojo: Baja California Norte, sede de Tijuana a donde muchos estadounidenses han seguido yendo y posiblemente esparciendo el coronavirus, y Zacatecas. A partir del sábado se suman, entonces, dos más.

"No es momento de hacer fiestas" y así "evitamos sufrimiento y evitamos muerte", recalcó López-Gatell.