El expresidente Donald Trump no figuraba en las boletas el martes, pero sí participó en la campaña republicana y eligió sus candidatos favoritos para el Congreso, los gobiernos estatales y otros puestos clave, una práctica común en política que en este caso se volvió en su contra al caer derrotados muchos de sus favoritos. Aunque aún no se conocen todos los resultados de la votación, los republicanos no lograron movilizar una gran ola de apoyo como pronosticaban, y la mirada puede volverse contra Trump justo ahora que planea aparentemente anunciar su candidatura a la Casa Blanca en 2024.
En sus actos de campaña y en sus anuncios y preparativos en el día de la elección, Trump había mostrado indicios de intentar conectar un éxito republicano con su imagen, anticipando buenos resultados.
No sólo convocó una fiesta de celebración para la noche del martes en su residencia de Mar-a-Lago, Florida, sino que también publicó avisos de prensa detallando cuánto había hecho para ayudar a los republicanos en la boleta electoral. Pero la fiesta tuvo un perfil más bajo del esperado, luego de que, en estados clave en esta elección, los políticos apoyados por Trump perdieron o les fuera mal.
En Pennsylvania, el demócrata Josh Shapiro ganó la carrera por la gubernatura al republicano Doug Mastriano; y el demócrata John Fetterman derrotó al republicano Mehmet Oz y se quedó con un escaño republicano en el Senado. En Michigan, Tudor Dixon, elegido por Trump para la contienda por la gobernación, se quedó corta en su intento de derrocar a la gobernadora Gretchen Whitmer.
En Georgia, el candidato Herschel Walker, exjugador de football que tiene una relación cercana con Trump, tendrá que enfrentarse en una segunda vuelta al demócrata Raphael Warnock para definir el control del Senado, luego de que no superara el 50% necesario requerido por la ley estatal para ganar en la primera votación. Walker sufrió en campaña por las acusaciones de que pagó un aborto a su exnovia pese a oponerse en público a este derecho.
A otros candidatos de Trump les fue bien, como J.D. Vance, quien consiguió un escaño para el Senado en Ohio; pero en su discurso de victoria no mencionó al expresidente.
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Una de las victorias republicanas de la noche se produjo en Florida, donde el gobernador, Ron DeSantis, ganó la reelección que no se habían visto allí en dos décadas. Pero DeSantis se perfila como un posible candidato para las elecciones de 2024, lo que ha llevado a Trump a desacreditarle en las horas previas a la votación.
A diferencia de cuatro años antes, cuando el apoyo de Trump ayudó a DeSantis en su campaña, el gobernador no buscó su respaldo para la reelección este año, y Trump se burló de él y de su estrategia.
En su fiesta en Mar-a-Lago, Trump no parecía particularmente interesado en dirigirse a la multitud, según indicó una persona familiarizada al periódico The New York Times. Trump sí pronunció unas breves palabras, y una de las pocas personas a las que elogió fue Katie Britt, la candidata republicana al Senado de Alabama, cuya victoria se daba por descontada. “Apoyamos a Katie y lo hizo fantásticamente”, dijo Trump en un discurso de menos de cinco minutos, según informa la cadena CNBC.
Trump no mencionó la victoria de DeSantis, y se centró en la del senador Marco Rubio, quien hizo campaña con él. Mientras el gobernador de Florida reunía a cientos de simpatizantes en una fiesta de la victoria en Tampa, Trump pasó la mayor parte de la noche con ayudantes y amigos en una mesa de su club privado.
Trump respaldó a unos 300 candidatos en estas elecciones, un número inédito desde 1908, según el diario The New York Times.
Antes de la votación, Trump dijo a NewsNation: “Creo que si ganan, debería recibir todo el crédito. Y si pierden, no se me debe culpar en absoluto, está bien. Pero probablemente será todo lo contrario”.