Por Annie Nova - CNBC
Los cheques de estímulo económico enviados durante la pandemia de coronavirus fueron muy populares.
Casi 4 de cada 5 votantes apoyaron los pagos directos a las familias estadounidenses. Y tanto los demócratas como los republicanos respaldaron la política, algo cada vez más inusual en Washington.
Aún así, los cheques no estuvieron exentos de controversia. Entre las críticas se dijo que hubo demasiadas rondas de pagos, que los recursos se habrían aprovechado mejor si se hubiesen dirigido a los estadounidenses con las mayores dificultades financieras y que el dinero en efectivo contribuyó, al menos en parte, a la inflación galopante que estamos viendo ahora.
Sin embargo, la popularidad de los pagos y la evidencia de que redujeron la pobreza y promovieron el gasto significa que es probable que se conviertan en una herramienta del Gobierno en la próxima recesión, que puede llegar pronto, según los expertos.
“Espero que se vuelvan a utilizar los cheques de estímulo”, dijo Claudia Sahm, consultora de política macroeconómica y exfuncionaria de la Reserva Federal. “Funcionaron”, agregó.
Los cheques de estímulo no son una herramienta nueva
En las recesiones económicas, el Gobierno tiene varias palancas que puede usar para mantener el gasto de las familias y protegerlas de las situaciones más extremas. El gasto continuo es clave, porque si la gente empieza a comprar menos, las empresas responden a la reducción de sus ganancias despidiendo a más trabajadores, lo que se convierte en un ciclo vicioso.
Las estrategias para combatir esa situación incluyen aumentar los beneficios por desempleo, los cupones de alimentos, reducir temporalmente los impuestos y enviar cheques de estímulo.
El Gobierno empleó cheques de estímulo en las recesiones de 2001 y 2008, pero la pandemia llevó a pagos en una escala nunca antes vista, explicó Sahm: “Esta recesión del COVID-19 fue la única en la que se enviaron varias rondas”.
Hubo tres rondas de cheques en total: los que eran elegibles recibieron hasta 1,200 dólares en abril de 2020, hasta 600 en diciembre de 2020 o enero de 2021 y hasta 1,400 en marzo de 2021.
Estas son algunas de las razones por las que Sahm y otros economistas creen probable que se envíen nuevamente cheques de estímulo en caso de otra recesión.
Los cheques pueden tener un impacto ‘en cuestión de días’
Sahm señala que los cheques de estímulo tienen ventajas únicas en comparación con otras formas de ayuda.
Por un lado, llegan a la gente rápidamente.
Los estudios indican que la gente se gasta hasta la mitad de su cheque muy pronto”
Claudia Sahm analista macroeconómica
“Ningún otro programa de ayuda se le ha acercado”, dijo.
Los pagos también estimulan la economía en un período breve. “Los estudios indican que la gente se gasta hasta la mitad de su cheque muy pronto”, agregó.
El gasto puede estabilizar la demanda
Al final, los cheques de estímulo hicieron que la recesión por la pandemia fuera menos severa, dijo Zachary Parolin, científico investigador del Centro sobre Pobreza y Política Social de la Universidad de Columbia. Se descubrió que solo los dos primeros pagos sacaron a más de 11.7 millones de estadounidenses de la pobreza, incluidos más de 2 millones de adultos mayores y 3 millones de niños.
“Sin ellos, la demanda de los consumidores probablemente habría sido menor, amenazando con mayores caídas en el empleo”, dijo Parolin. Las familias gastaron el efectivo principalmente en alimentos y servicios públicos.
Por eso, también espera que vuelva a haber cheques.
“Si los shocks económicos ponen en riesgo la economía, entonces los cheques de estímulo serán sin duda una herramienta que el Gobierno federal considerará aplicar”, aseguró.
Los pagos pueden llenar otros vacíos en los sistemas de beneficios
Aunque algunas personas argumentaron que los pagos deberían haberse dirigido a aquellos que sufren más económicamente, los pagos deben ser universales por todas las excepciones que hay en los programas de ayuda, argumentan otros.
“Algunos estados han socavado activamente su seguro de desempleo al hacer que la elegibilidad sea más difícil y al financiar insuficientemente los sistemas administrativos”, indicó Sahm. “Si el seguro de desempleo y el [Programa de protección de cheques de pago] funcionaran correctamente, no necesitaríamos grandes cheques de estímulo”.
Menos voluntad de legisladores por la inflación
La decisión del Gobierno de mandar más cheques en caso de una recesión puede depender de cuál sea la causa de esa recesión, advirtió Joseph Vavra, profesor de economía en la Universidad de Chicago.
En particular, si la próxima crisis es provocada por las subidas de tipos de interés de la Reserva Federal, cuyo objetivo es frenar el aumento de los precios, muchos pueden argumentar que enviar dinero en efectivo a los estadounidenses podría ir en contra del objetivo de la Reserva Federal y permitir que la inflación permanezca fuera de control.
[La Reserva Federal eleva la tasa de interés en 75 puntos, la mayor subida en 28 años]
El hecho de que algunos crean que “la elevada inflación que estamos experimentando fue en parte una consecuencia de las considerables transferencias del Gobierno puede significar que hay menos voluntad para [los pagos] en el futuro inmediato”, precisó Vavra.
Aún así, agregó que si las cosas se ponen lo suficientemente mal, eso podría cambiar. “Creo que es probable que se usen de nueva en recesiones profundas”.