Por Katherine Doyle, Sahil Kapur y Monica Alba - NBC News
El presidente, Joe Biden, y el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, se reunieron etse martes en la tarde para discutir una manera de romper el atasco en las negociaciones sobre el techo de la deuda, ante los crecientes temores de que si no logran un acuerdo, ello puede resultar en una calamidad económica para Estados Unidos.
Al salir de la reunión, los lìderes del Congreso dejaron entrever que habían hecho algún progreso. McCarthy, republicano por California, dijo que ambas partes continúan "muy alejadas" pero "es posible conseguir un entendimiento para el fin de semana".
No lograr un acuerdo para elevar el límite de la deuda amenaza con llevar al país a no pagar su deuda de 31.4 billones de dólares, un escenario que sería catastrófico para la economía de Estados Unidos y daría un vuelco al escenario político.
El tiempo para lograrlo estuvo en el centro de las declaraciones de los líderes del Congreso tras la reunión. McCarthy reconoció que habrá que hacer "mucho trabajo en poco tiempo" y dijo que "era desafortunado que estemos aquí". Pero acotó: "Si esto fuera donde estábamos en febrero [...] Estaría muy optimista de que lo conseguiríamos [el acuerdo] inmediatamente".
McCarthy celebró los esfuerzos por facilitar las conversaciones y le dijo a los reporteros que Biden había seleccionado a Steve Ricchetti, un cercano asesor del presidente, y Shalanda Young, directora de la Oficina de Administración y Presupuesto, para negociar directamente con el equipo de McCarthy. (Un vocero de la Casa Blanca confirmó las selecciones). Del lado republicano, el representante Garret Graves, republicano por Louisiana, y asesores del presidente de la Cámara tendrán esa responsabilidad, dijo.
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Biden está "finalmente" aceptando el consejo del líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell, republicano por Kentucky, añadió McCarthy: "Designa a alguien del equipo del presidente que pueda trabajar con el equipo del presidente de la Cámara para ver si podemos llegar a un acuerdo", dijo. "Si hubiéramos hecho esto hace 97 días, ya tendríamos una legislación".
"No tenemos mucho tiempo"
Biden afirmó que había un "abrumador consenso" entre los líderes sobre el hecho de que dejar de pagar la deuda no era una opción. Ese escenario podría provocar una recesión, devastar las cuentas de retiro, provocar despidos y afectar seriamente la reputación del país alrededor del mundo, indicó el presidente.
Biden consideró el encuentro "una reunión buena, productiva" y pareció confiado de que el impago podía ser evitado incluso cuando el reloj sigue corriendo y él se prepara para salir de viaje.
Antes del martes, la Casa Blanca y los demócratas habían presentado a los republicanos de la Cámara como la única parte en las conversaciones dispuesta a aceptar el impago como resultado, y presionaron a McCarthy, quien se arriesgaba a poner en peligro la economía.
El líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, demócrata por Nueva York, dijo que se sentía esperanzado de que un acuerdo podía ser alcanzado en la medida que los líderes se agrupaban detrás de un plan.
"Todos llegamos al acuerdo de que tenemos que continuar las discusiones", indicó Schumer. "Tengo la esperanza de que podemos llegar a un acuerdo. No tenemos mucho tiempo. Pero el impago es la peor alternativa".
La Casa Blanca indicó que la reunión fue "productiva y directa" y que Biden espera hablar con los líderes por teléfono mientras viaja al extranjero esta semana y reunirse con ellos nuevamente cuando regrese.
Una visita más corta a Asia
Biden viajará a Japón el miércoles para asistir a una cumbre del Grupo de los Siete (G7) países más industrializados. Con las conversaciones ocurriendo y sin un acuerdo todavía al alcance de la mano, la Casa Blanca dijo el martes que Biden acortaría su viaje para regresar el domingo.
La Casa Blanca espera que las conversaciones continuarán mientras el presidente esté de viaje. Biden será informado diariamente mientras se encuentre en el exterior, de acuerdo con una fuente familiarizada con las negociaciones.
Funcionarios de la Casa Blanca dijeron antes de la reunión que no estaban esperando ningún tipo de hoja de ruta para un acuerdo, según una fuente familiarizada con las discusiones. Una de las áreas de enfrentamiento es la demanda del Partido Republicano de imponer requerimientos más estrictos de trabajo para beneficiarse de programas federales de ayuda, a lo que se oponen los demócratas.
Una propuesta aprobada por la Cámara, negociada entre los republicanos y votada de manera partidista, requeriría a los adultos hasta los 55 años trabajar un mínimo de 20 horas por semana, o cumplir con otros criterios, para poder recibir bonos de alimentos por más de tres meses cada tres años.
Pero hay potenciales áreas donde ambas partes coinciden y que han sido identificadas por miembros de los dos equipos durante conversaciones diarias en los últimos seis días, incluyendo permitir una reforma de proyectos de energía e infraestructura y la posibilidad de negociar recortes del gasto de forma paralela al aumento del techo de la deuda.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, insistió el lunes en una carta que las previsiones indican que Estados Unidos no será capaz de asumir el pago de sus facturas el próximo 1 de junio, lo que deja al Congreso tres semanas de negociación para impedir este escenario.
El impago, dijo Yellen el martes, provocaría "una tormenta sin precedentes".
"[Yellen] nos acaba de decir que el 1 de junio podríamos quedarnos sin dinero. Sólo nos quedan unos días", advirtió el lunes McCarthy, "así que no, no creo que estemos en una buena situación".
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Schumer indicó el lunes en que la posibilidad de impago debe "estar fuera de la mesa. McCarthy debe comprometerse a lo mismo", declaró, "las consecuencias son demasiado terribles".
Biden había dicho el domingo: "Sigo estando optimista porque soy un optimista congénito, creo que hay un deseo tanto por su parte [los republicanos] como por la nuestra de llegar a un acuerdo. Creo que seremos capaces de hacerlo".
La Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, exige recortar el gasto y cambiar ciertas medidas para elevar el techo de la deuda. Biden y el Senado, controlado por los demócratas, insisten en que el pago de las facturas no es negociable y que el presupuesto del próximo año debe tratarse por separado.