Por Nick Perry - The Associated Press
La policía de Nueva Zelanda recibió esta semana una inusual llamada al teléfono de emergencias: un niño de 4 años llamó para solicitar que una patrulla fuera a su casa a ver sus juguetes.
Las autoridades compartieron en redes sociales el audio de la conversación y una foto del niño, que aparece sonriente sentado sobre el capó de un auto patrulla.
Aunque la policía pide que los niños no usen el número de emergencias para hacer este tipo de llamadas, en esta ocasión reconoció que la anécdota era "demasiado bonita para no compartirla".
"Aquí la policía, ¿cuál es la emergencia?", pregunta una voz. Tras unos instantes de pausa, el niño dice vacilante: "Hola. ¿Señora policía?".
"Sí", contesta la voz, cambiando el tono a uno más amable. "¿Qué ocurre?".
"¿Puedo decirle algo?", indica el menor. "Tengo algunos juguetes para usted".
"¿Tienes algunos juguetes para mí?", la persona que le ha respondido al teléfono. "Sí, ven a verlos", pide el niño.
Después de que la policía confirmara que la llamada no se trataba de un error, lanzó entonces un mensaje a todas las patrullas con la dirección del menor para que alguien acudiera a su vivienda.
"Allí hay un niño de 4 años que quiere enseñar sus juguetes a la policía, cambio", se oyó a través de las radios de los vehículos policiales.
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"Sí, lo atenderé yo", respondió un oficial.
El agente Constable Kurt, que atendió la solicitud de la central, fue recibido por un arsenal de juguetes que el niño había desplegado con orgullo en su casa en la ciudad de Invercargill, en la Isla del Sur.
Además de revisar con el menor sus juguetes, también mantuvo una "buena charla educativa" sobre cómo usar correctamente el número de emergencias, que en Nueva Zelanda es el 111.
El agente Kurt informó posteriormente que, efectivamente, los juguetes del niño eran muy bonitos. "El afortunado niño también pudo ver el auto patrulla y el agente activó las luces" de emergencia para él.