Por Rod McGuirk - The Associated Press
Un niño de 3 años, vestido sólo con un suéter y pañales, fue encontrado con vida este lunes en un arroyo mientras tomaba agua con sus manos, tras pasar tres días extraviado en un bosque en un bosque de Australia.
Cientos de personas buscaron a Anthony Elfalak, quien es autista y no puede comunicarse de manera verbal, desde que desapareció durante la mañana del viernes de la propiedad de su familia cerca de la localidad rural de Putty, al norte de Sydney.
La tripulación de un helicóptero de la policía lo encontró sentado en un arroyo poco profundo hacia el mediodía del lunes, a 1,540 pies (unos 470 metros) de su casa, informó la superintendente de policía, Tracy Chapman.
El menor se encontraba en buen estado pero, según los paramédicos, fue trasladado al hospital para ser sometido a observación médica.
Su padre, Anthony Elfalak, dijo que tenía picaduras de hormigas, salpullidos por los pañales y abrasiones.
"Es un milagro", dijo el padre a los reporteros, después de que él y su esposa, Kelly, se reunieron con su hijo.
"Está aferrado a su mamá. Tan pronto como la escuchó, abrió los ojos, la vio y se quedó dormido", relató.
El niño fue encontrado en una zona que ya había sido inspeccionada. La policía asume que pasó todo el tiempo en el bosque, dijo Chapman.
Su capacidad para encontrar agua potable fue clave para sobrevivir, debido al riesgo de deshidratación, añadió Chapman. Por las noches, las temperaturas en la zona descienden hasta los 43 grados Fahrenheit (unos 6 grados centígrados).
El niño estaba de rodillas en el arroyo cuando un agente del Servicio Estatal de Emergencias se le acercó y le puso una mano en el hombro, dijo el inspector de la dependencia, Simon Merrick.
El agente "dijo que el niño volteó y lo vio con una enorme sonrisa que no olvidará jamás", contó Merrick.
El paramédico que examinó al niño, Gerry Pyke, lo describió como un "pequeño sobreviviente". Su estado es "sobresaliente", explicó, "estaba muy, muy agradecido, lo noté en su mirada".
El niño durmió en una ambulancia tras reunirse con sus padres, y despertó hambriento: "Se comió tres rebanadas de pizza y un plátano, así que está muy bien", concluyó Pyke.