Por Jon Schuppe y Jiachuan Wu - NBC News
El rifle semiautomático AR-15 es una de las armas más populares de Estados Unidos y una de las más vilipendiadas.
Es un emblema de las divisiones políticas de Estados Unidos, amado por los entusiastas de las armas de fuego por su versatilidad y caché y objeto de prohibiciones por parte de los defensores del control de armas que lo culpan del aumento de los tiroteos masivos.
Cada vez que se produce una masacre en la que está implicada un arma del tipo AR-15 -como el tiroteo del 6 de mayo en un centro comercial de Allen, Texas, en el que murieron ocho personas-, el arma atrae una nueva avalancha de cobertura mediática y debate público. Las apuestas y la retórica se intensifican, y las ventas, según la industria armamentística, siguen siendo rápidas.
[Un rifle AR-15 ha matado a casi el 63% de las personas muertas en un tiroteo masivo desde 2012]
Con el aumento de la frecuencia de los tiroteos masivos, también han aumentado los llamamientos para restringir las ventas de rifles semiautomáticos como el AR-15, un diseño creado originalmente para el ejército que ahora copian diversos fabricantes con distintos nombres.
Los estados de Washington e Illinois han aprobado prohibiciones este año, sumándose así a otros siete estados y a Washington D.C. que prohíben los rifles semiautomáticos como el AR-15. El presidente, Joe Biden, dice que quiere reinstaurar una prohibición nacional que expiró en 2004.
“Es un arma de guerra que en realidad sólo es adecuada para los soldados en una zona de combate”, explicó Lindsay Nichols, directora de políticas del Giffords Law Center, que aboga por la regulación de las armas. “Su capacidad para matar a mucha gente rápidamente es la razón por la que queremos que se prohíba”, añadió.
En comparación con las pistolas, los AR-15 infligen mucho más daño al tejido humano debido a la mayor velocidad a la que disparan las balas. También es más probable que esos proyectiles se rompan al atravesar el cuerpo, provocando más daño. Eso hace que las víctimas tengan más probabilidades de sufrir heridas más graves y más pérdida de sangre y más probabilidades de morir que con armas que disparan a menor velocidad.
[La masacre de Louisville se cometió con un rifle AR-15 comprado legalmente solo seis días antes]
Los AR-15 son populares en parte porque son relativamente fáciles de usar. Tienen poco retroceso y pueden personalizarse con accesorios, como ópticas, visores y empuñaduras de pistola que mejoran la comodidad y la precisión.
El tema ha dividido a la nación.
Las encuestas de opinión pública muestran que los estadounidenses están divididos casi por igual sobre la prohibición de armas como la AR-15, y encuestas recientes muestran que el apoyo a la prohibición se ha erosionado ligeramente.
“Es muy emotivo y polarizador”, declaró Jacquelyn Clark, copropietaria de Bristlecone Shooting, Training & Retail Center en Lakewood, Colorado.
Clark no solo vende AR-15; su negocio también ofrece clases sobre cómo usar las armas para competiciones de tiro y defensa doméstica, y cómo personalizarlas con accesorios que optimizarán su rendimiento.
También posee muchos sombreros y camisetas con la imagen de un AR-15, un arma que reconoce que puede parecer “ mezquina y desagradable". Por eso, cuando deja a sus hijos en la escuela, tiene cuidado de no usarlos. “No quiero que alguien me grite en el estacionamiento”, señaló Clark.
Clark está profundamente preocupada por los tiroteos masivos y dice que no está segura de una solución. Pero prohibir el AR-15 no es la respuesta, dijo.
“Cuando se usa en situaciones de asesinatos en masa, es fácil decir que esa es la causa, vayamos después de eso y se detendrá. Simplemente no creo que ese sea el caso”, afirmó Clark. “Es un problema muy difícil y horrible, y no creo que podamos perseguir una sola cosa. Si lo hacemos ilegal, los malos seguirán atrapándolos y los buenos no podrán, y tendrán menos opciones para defenderse".
Los efectos de las prohibiciones en los tiroteos masivos son difíciles de determinar. Los investigadores han descubierto que el número de víctimas disminuyó cuando una prohibición nacional de ciertos tipos de armas semiautomáticas, incluidos los AR-15, estuvo en vigor de 1994 a 2004.
Los investigadores también dicen que el número de tiroteos masivos aumentó después de que terminó la prohibición. Pero reconocen que es difícil probar causa y efecto. Los investigadores de Rand, una organización sin fines de lucro dedicada al análisis de políticas, analizaron varios estudios sobre prohibiciones estatales y federales y encontraron que la evidencia no era concluyente.
Muchos funcionarios han culpado a las enfermedades mentales no tratadas por los tiroteos masivos y han pedido una mayor inversión en servicios de salud mental como solución. Pero los expertos dicen que la enfermedad mental no es un factor clave en la mayoría de los tiroteos masivos, y afirmar que un vínculo estigmatiza injustamente a las personas que viven con enfermedades mentales.
Es imposible saber con certeza cuántas personas poseen AR-15 porque el Gobierno federal tiene prohibido mantener un registro nacional de propiedad de armas. La Fundación Nacional de Deportes de Tiro, un grupo comercial de la industria, examinó tres décadas de datos de fabricación, importación y exportación y estimó que en 2020 había 24.4 millones de AR-15 en circulación privada en los Estados Unidos (la fundación llama al arma un “rifle deportivo moderno”). Una encuesta de 2021 de la Universidad de Georgetown a propietarios de armas en Estados Unidos proyectó que 24.6 millones han tenido un rifle AR-15 o similar.
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Los propietarios de armas han dicho en encuestas que usan AR-15 para protección personal, tiro recreativo, tiro competitivo y caza. Las ventas a menudo aumentan cuando los propietarios de armas perciben que los políticos buscarán regulaciones de armas más estrictas, lo que generalmente ocurre después de tiroteos masivos de alto perfil, dicen los investigadores. La compra de armas también se disparó durante la pandemia de coronavirus.
Los compradores de armas se han vuelto más diversos en los últimos años, con un crecimiento particular en mujeres y clientes negros, según los minoristas. Esa tendencia probablemente se aplica al AR-15, aunque los datos no son tan específicos, según Matt Manda, gerente de asuntos públicos de la Fundación Nacional de Deportes de Tiro.
Las técnicas de comercialización de la industria de las armas han sido examinadas por el Congreso. Una investigación de 2022 realizada por el Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, dirigida por demócratas, señaló que las compañías de armas “promocionan el pedigrí militar de los rifles de asalto, hacen referencias encubiertas a supremacistas blancos violentos como los Boogaloo Boys y se aprovechan de las inseguridades de los hombres jóvenes al afirmar que sus armas los pondrán “en la cima de la cadena alimentaria de testosterona”.’”
Representantes de dos de los principales fabricantes de armas testificaron en una audiencia del comité en julio de 2022 que la culpa debería centrarse en las personas que usaron las armas para matar a personas, no en las armas en sí. “Estos asesinatos son problemas locales que deben resolverse localmente”, opinó Marty Daniel, el entonces director ejecutivo de Daniel Defense.
En esa audiencia, y en muchas otras en todo el país en las que se han debatido nuevas restricciones de armas, las familias de las personas asesinadas en tiroteos masivos se unieron a los defensores para presionar por nuevas regulaciones sobre rifles semiautomáticos como el AR-15.
Kimberly Rubio, cuya hija de 10 años, Lexi Rubio, murió en un ataque en 2022 en una escuela primaria en Uvalde, Texas, ha sido una de ellas.
En mayo, se presentó en el Capitolio de Texas para presionar a un comité legislativo estatal para que respaldara un proyecto de ley que elevaría la edad mínima para comprar rifles semiautomáticos de 18 a 21 años. El comité votó a favor, pero las posibilidades de que el proyecto de ley se convierta en ley son remotas porque no cuenta con el apoyo del gobernador Greg Abbott.
“Al final de cada día, solo soy una madre que quiere a mi hija de vuelta. Y una madre que no quiere que otra madre conozca mi dolor", señaló Rubio.