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Baleados por cometer un error: los más recientes tiroteos en EE.UU. exponen una aterradora realidad

“Nos estamos convirtiendo en una nación fuertemente armada, con mucho miedo, enojo y ansiosa de halar el gatillo”, asegura el senador demócrata Chris Murphy sobre tres balaceras de las que fueron víctimas personas que se equivocaron de casa o de automóvil.

Por Daniel Arkin - NBC News

Un adolescente de 16 años toca el timbre de una puerta. Una joven de 20 entra con su auto por error a la calzada privada de una casa. Varias porristas paran en un supermercado y una de ellas se monta en el auto equivocado.

En los tres casos, hechos banales, nada peligrosos, terminan en horribles casos de violencia con armas. Ralph Yard recibió un disparo en la cabeza. Kaylin Gillis murió de un tiro. Payton Washington y una amiga resultaron heridas.

En una era de tiroteos masivos frecuentes, los estadounidenses saben muy bien que una tragedia puede esperarles en cualquier lugar: escuelas, iglesias, oficinas, tiendas de alimentos, cines. Pero estos tres incidentes en el curso de sólo seis días han reforzado la corrosiva sensación de que en realidad no hay ningún lugar seguro, ni siquiera el portal de una casa ordinaria o una calle cualquiera en la ciudad de Kansas.

[Seis muertos, tres de ellos niños, tras tiroteo en escuela de Nashville. La persona que abrió fuego fue abatida por la policía]

"La verdad es que estamos viviendo en una nación que está cada vez más disparando primero y haciendo preguntas después. Creo que la gente está molesta y asqueada ante esto", declaró John Feinblatt, presidente de Everytown for Gun Safety, una organización que apoya medidas para el control de las armas. "Creo que los padres se están preguntando: ¿Mi hijo es el próximo?"

Revólveres son mostrados durante una feria de armas en Las Vegas, Nevada.
Revólveres son mostrados durante una feria de armas en Las Vegas, Nevada. AP

Simpatía, luto y confusión

Los tres tiroteos han atraído la atención nacional y provocado una ola de simpatía, luto y confusión. Esos incidentes pueden parecer particularmente sin sentido porque las víctimas eran todas jóvenes con un futuro por delante.

Yarl es un estudiante avanzado y músico. Gillis aspiraba a convertirse en bióloga marina. Washington tiene una beca de acrobacias en la Universidad Baylor, después de que se gradúe de secundaria.

Yarl, quien es negro, estaba recogiendo a sus hermanos gemelos, más jóvenes que él, el pasado jueves en la noche y tocó el timbre de la casa equivocada. El dueño, quien es blanco, le pegó un tiro en la cabeza, que le fracturó el cráneo y lo dejó con una traumática herida encefálica, indicó la policía. El dueño disparó una segunda vez cuando ya el adolescente estaba en el piso.

Los fiscales en el Condado Clayton, Missouri, han presentado dos cargos contra Andrew Lester, de 84 años, el dueño de la casa: asalto en primer grado y acción criminal con un arma. Lester se declaró no culpable. Yarl se está recuperando de sus heridas.

Gillis estaba en un auto con tres amigos cuando entraron a la calzada privada de una casa en la parte alta del estado de Nueva York que, por error, pensaban que pertenecía a alguien que conocían, explicó la policía. El sospechoso, Kevin Monahan, de 65 años, supuestamente disparó dos veces contra el auto desde su portal. Uno de los disparos mató a Gillis, quien estaba sentada en el asiento del pasajero.

Monahan fue encausado por asesinato en segundo grado. Se declaró no culpable y permanece detenido sin derecho a fianza.

En el pueblo de Elgin, en Texas, cuatro porristas regresaban del área de Austin justo a la medianoche del martes cuando pararon en un supermercado H-E-B, donde varias personas habían estacionado sus autos. Cuando una de las muchachas accidentalmente trató de montarse en un auto equivocado, el hombre armado que estaba adentro se bajó y disparó cinco veces, de acuerdo con el dueño de un gimnasio donde ellas entrenan.

Los disparos alcanzaron a dos de las muchachas, incluyendo a Washington, de 18 años. El sospechoso, Pedro Tello Rodríguez, Jr., de 25 años, ha sido acusado de conducta letal, un delito grave de tercer grado, indicó la policía.

Respaldo al control de armas

Los incidentes han renovado e intensificado los llamados a favor de legislaciones más estrictas para el control de armas, las cuales seguramente van a experimentar una fuerte resistencia por parte de los legisladores republicanos a nivel nacional y estatal.

Esos hechos también han puesto bajo escrutinio las leyes sobre defensa personal conocidas como stand your ground (defiende tu territorio), incluyendo la de Missouri.

Stacey Graves, jefe de la Policía de la Ciudad de Kansas, dijo que los investigadores considerarán si Lester tuvo justificación para disparar bajo la ley estatal de defensa personal.

Dave Workman, vocero de la Fundación de la Segunda Enmienda, un grupo a favor del derecho a las armas, afirmó que la organización estaba "alarmada" por las noticias de los tiroteos, y añadió que las acusaciones en el caso de Yarl estaban "probablemente justificadas".

"Todos tenemos el derecho a la defensa personal y todos tenemos el derecho a estar seguros en nuestras casas pero, sobre todo, tiene que haber una amenaza clara a nuestra seguridad. No se trata de que alguien toque el timbre de la puerta", comentó Workman, quien es instructor de armas certificado.

Preocupación en todo el país

Los incidentes tienen lugar tras una ola de tiroteos masivos en Nashville y Louisville, y en medio de preocupaciones sobre delitos y seguridad pública en algunas ciudades estadounidenses.

En un sondeo publicado el año pasado, 8 de cada 10 estadounidenses respondieron que la violencia con armas estaba en aumento y tres cuartos la identificaron como un gran problema. En una encuesta publicada este año, la mayoría de los estadounidenses aseguró que ellos o un miembro de su familia habían experimentado la violencia con armas.

A los ojos de algunos observadores, los tiroteos apuntan a una enfermedad fundamental en la vida estadounidense: el tóxico trago de la paranoia, la falta de confianza y las sospechas que envenenan muchas de nuestras interacciones diarias. Algunas de ellas llevan a hechos de sangre.

En una entrevista, Christian Heyne, vicepresidente de política y programación para la Campaña Brady para Prevenir la Violencia con Armas, una organización a favor del control de armas, culpó en parte a la creciente "retórica violenta" en el discurso político dominante.

El senador Chris Murphy, demócrata por Connecticut y uno de los más firmes defensores del control de armas en el Congreso, describió la actual situación en términos oscuros en el Senado el miércoles.

El senador Chris Murphy, demócrata por Connecticut, es un firme defensor del control de armas.
El senador Chris Murphy, demócrata por Connecticut, es un firme defensor del control de armas. AP

"Nos estamos convirtiendo en una nación fuertemente armada, con mucho miedo, enojo y ansiosa de halar el gatillo, que las armas son ahora la manera en que expresamos nuestras frustraciones", afirmó. "Esta es una distopía. Estoy aquí para decirles que es una distopía que hemos elegido nosotros mismos".

"No tiene que ser así", añadió Murphy. "Las porristas no tienen que recibir disparos cuando entran a un auto equivocado. Los adolescentes no tienen que morir porque su música es muy alta. Los niños no deben temer por sus vidas cuando van a la escuela o cuando recogen a sus hermanos en una casa en el vecindario".

"Podemos hacerlo mejor", continuó. "Podemos ajustar el dial para no vivir en esta distopía".