IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Buena Vista Social... Mellizos

Buena Vista Social... Mellizos

Por Orlando Matos

La Habana, 7 de octubre.- Buena Vista, un nombre bendecido en la isla. Primero, el barrio habanero. Después, el club de recreo  y el danzón. Más tarde, el disco de Nick Gold y el filme de Win Wenders, con la vuelta al orbe y la fama mundial revivida para la música popular cubana en el cierre de la pasada centuria.

Ahora, en segunda década del siglo 21, Buena Vista relanza su popularidad internacional a partir del hecho insólito de que en una de sus calles, la 68-A, conviven no menos de 12 parejas de mellizos o gemelos, sin parentesco entre los diferentes pares.

Sea un registro o no para los libros Guinness, y por más vueltas que se le ha dado al acontecimiento, nadie puede evitar la cara de asombro e intriga.

Fe Fernández, de 65 años, todos vividos en el tramo de dos cuadras de apenas unos doscientos metros de esta singular calle, afirma que la explicación científica, si la hay, todavía nadie la formula. Y nos detalla la lista de jimaguas -como también se les conoce en Cuba a los mellizos- que viven algunos se han mudado u otros han fallecido en esta vía.

Casi todas las doce parejas de mellizos, en su mayoría idénticos, han nacido aquí, asegura, Fernández, junto a su hermana gemela Esperanza y otra hermana mayor, Caridad, de gran parecido con ellas que las hace parecer trillizas.

Justo una mañana dominical en el hogar de Fernández logramos agrupar a casi toda la grey múltiple, que a fuerza de vivencias comunes es bien llevada, no obstante la diferencia de edades, que va desde pocos meses de vida hasta la tercera edad.

Allí compartimos con las gemelas Sahar y Kamar Youssef Valdés, de 18 años, nacidas en Siria, y que llevan 12 años viviendo en la famosa calle. A estas estudiantes solo las diferencia el peinado, usualmente evitan vestir idéntico y sonrientes rechazaron hablar de novios.

De igual modo nos enredamos en tratar de distinguir a las 2 parejas de mellizos, los cuatro de 6 años de edad, Andro y Leandro Oria, y Gabriel y Savier González, reacios a hablar y prestos a salir corriendo detrás de un balón de fútbol.

Karla y Kamila Rodríguez, de 9, me advirtieron muy serias que sus nombres eran con "k", aseguraron al unísono que las a las dos les gusta la escuela  y con una afinación de admirar nos regalaron a dúo una canción infantil.

Por su parte Cosme y Damián Fernández, de 15, parecían original y “otro” original compartiendo audífonos de su aparato de música en el que escuchaban a Pink Floyd, su banda de rock preferida.

Yusimí Rabí, Katy García y Francisca de Persin, madres de los gemelos presentes en el improvisado convite, no tienen argumentos para explicar la rara abundancia de mellizos en esta calle, pero sí compartieron deliciosas vivencias de la compleja tarea de criarlos.

Así reímos con sus anécdotas de confusiones conducentes a bañar dos veces al mismo crío, o de llevar al médico al que estaba sano o de al cabo de un rato no saber exactamente la libreta de tareas de cuál de los dos se estaba revisando.

Con gracejo criollo, Fernández zanjó el por ahora “indescifrable misterio” de tantos gemelos en 68-A. Con una sonrisa cómplice extendió una sugestiva invitación: "Quien quiera tener mellizos que venga a vivir para acá".

Un poco más en serio, Danilo Velázquez, junto a Fe, uno de los albaceas de esta asombrosa historia, y abuelo de dos mellizas que a la sazón estaban indispuestas, nos llevó hasta el árbol de siguaraya, sagrado en la religión afrocubana, y que muchos señalan como una de las causas que propician tantos gemelos allí.

Además, nos hizo dos revelaciones de investigador empírico del fenómeno. Una: "Son más de doce parejas si sumamos otras que no viven en la calle, pero sí en el barrio. Por lo menos unas dieciséis parejas", calculó.

La otra:  en su opinión hay otra especie vegetal presente en el barrio que él cree tiene que ver con la proliferación de los "jimaguas". Velázquez le sigue "la pista" a la supuesta propiedad de este "arbusto" incluso más allá de los límites de la comunidad.

"Por el momento no te puedo decir más", y nos prometió noticias en cuanto tuviera elementos de mayor contundencia.

Para ratificar aún más esta "casualidad estadística" de la calle 68-A, conversamos también con la maestra jubilada Nuris Saumell, quien nos contó que su hija Yoanka Pons, nacida y criada aquí, fue a vivir a España y allí dio a luz... gemelas. Para constancia nos mostró orgullosa las fotos de sus nietas.

En la despedida igualmente hablamos con Bárbara Álvarez, de 50, "jimagua con un varón que murió de niño" y tía de las gemelas  Daylín y Maylín López, de 18, que nos aclaran que sólo las distinguen un lunar y un piercing, y que no les gusta salir juntas.

A dos pasos de allí y antes de tomar el auto para regresar a la oficina, topamos con Arián y Adrián Cueto, de 11 años, sexto grado, karateca cinta azul uno, "mecánico" de carriolas el otro.

No puedo cerrar este artículo con aires doctorales y darles "una conclusión" sobre "la singularidad de la calle 68-A", sino simplemente hacerles notar esta curiosidad notoria del ya famoso Buena Vista Social... Mellizos.