Por Mark Stevenson- The Associated Press
La embajada de Estados Unidos en Ciudad de México anunció este viernes que el Gobierno de Joe Biden levantará la prohibición de inspeccionar los aguacates mexicanos, dando vía libre así para la reanudación de las importaciones de esta fruta desde el país vecino.
La suspensión de las inspecciones había amenazado con bloquear una industria valorada en 3,000 millones de dólares anuales, disparando además el precio pagado por los consumidores en Estados Unidos.
El embajador, Ken Salazar, dijo en un comunicado que la decisión se produjo después de que México y Estados Unidos acordaran "promulgar las medidas que garanticen la seguridad" de los inspectores agrícolas encargados de asegurarse de que los aguacates no sean portadores de enfermedades o plagas que puedan dañar los huertos estadounidenses.
Salazar no describió esas medidas o si abordarían los informes de los productores y empacadores mexicanos que pierden con las medidas sanitarias diseñadas para proteger a los productores de aguacate de Estados Unidos.
Las evaluaciones se detuvieron la semana pasada después de que uno de los inspectores estadounidenses fuera amenazado en el estado de Michoacán, donde los cultivadores son habitualmente objeto de extorsión por parte de los cárteles de la droga.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos dijo el jueves que el inspector había recibido una amenaza "contra él y su familia".
El inspector había "cuestionado la integridad de un determinado envío, y se negó a certificarlo basándose en cuestiones concretas".
Michoacán es el único estado mexicano certificado como libre de plagas y capaz de exportar aguacates al mercado estadounidense. Ha habido informes frecuentes de que algunos empacadores en México están comprando aguacates de otros estados no certificados, y tratando de hacerlos pasar como si fueran de Michoacán.
"Me complace informar que hoy el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha determinado que reanudará inmediatamente su programa de inspección de aguacates en Michoacán", escribió Salazar.
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La prohibición de una semana ya había hecho mella en los recolectores de aguacate en Michoacán, que esta semana se plantaron en una carretera a las afueras de la ciudad de Uruapan pidiendo donaciones después de haber perdido su trabajo.
Con carteles que decían donaciones voluntarias” y 'nos ganamos la vida con la recolección de aguacates', esperaban a que los automovilistas depositaran las monedas que les sobraban en los baldes que sostenían.
Hubo indicios de que el suministro puede haber aumentado desde que se anunció la suspensión de la inspección el sábado pasado y que el daño a la industria del aguacate mexicana, plagada de violencia, puede ser duradero: podría impulsar a las empresas que importan aguacates a mirar más allá de México, que actualmente suministra alrededor del 80% de las importaciones estadounidenses de la fruta.
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Perú, Colombia y Chile ya envían aguacates a Estados Unidos, pero en cantidades que son sólo una pequeña fracción de la producción de México. Eso puede cambiar.
"Estuve hablando con algunos compradores de aguacate a nivel nacional, y de cara al futuro, saben que necesitan diversificar los proveedores", dijo Miguel Gómez, profesor de economía aplicada y gestión en el Cornell SC Johnson College of Business. "La cuestión es que se dieron cuenta de que sería muy arriesgado depender de una sola fuente".