El ministro interino de Salud boliviano, Marcelo Navajas, y al menos tres funcionarios más fueron arrestados y acusados de corrupción este miércoles, en momentos en que el coronavirus azota al país suramericano.
Bolivia estaba inmersa en una crisis meses antes de que llegara el COVID-19, y esa crisis se ha visto magnificada en medio de la pandemia.
El gobierno interino instalado después de que Evo Morales, presidente por casi 14 años, fue separado del poder tenía la única función de convocar a elecciones.
Ese proyecto pendiente se ha visto frenado por el coronavirus SARS-CoV2. Las autoridades temporales consideran que hay riesgo de contagio si se vota en la fecha prevista de agosto, y se ha dejado la cuestión política del país irresuelta cuando se mantiene la polarización social.
Mientras, ese mismo gobierno interino, dirigido por Jeanine Añez, está no solo a cargo de convocar a las elecciones –para las que Añez misma ahora pretende ser candidata– sino que está teniendo que tomar decisiones de envergadura sin contar con el respaldo electoral, ya sean para el tema de salud con una cuarentena instalada a mediados de marzo o para deliberaciones ante la venidera crisis económica debido a la cuarentena.
Hasta el momento hay registro de 4,481 personas contagiadas en Bolivia y de 189 fallecimientos por COVID-19.
“Es un escenario bastante convulso”, dijo a Noticias Telemundo el politólogo boliviano Marcelo Arequipa. “Crisis económica, crisis sanitaria y crisis política. Y en medio de todo ese lío aparecen las denuncias de corrupción”.
Desde principios de mayo también ha habido protestas en contra de la cuarentena, especialmente en Cochabamba, donde mucha gente depende de lo que gana diario para vivir.
Y en el marco de la emergencia sanitaria, el gobierno interino de Añez ha promulgado medidas que le han ganado críticas de los bolivianos, como un decreto que sancionaba difundir cualquier información “que afecte la salud pública”, el cual terminó anulando por las denuncias de que iba a coartar la libertad de expresión.
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El arresto de Navajas sucedió apenas el día después de que se anunció la investigación en su contra, abierta tras reportes periodísticos de que se adquirieron respiradores de una empresa española por hasta tres veces más del precio.
Esos ventiladores, además, resultaron no aptos para cuidados de terapia intensiva, como se requiere para intubar a personas afectadas por COVID-19.
Y los hospitales bolivianos siguen necesitando equipo conforme crecen las infecciones.
Este miércoles, el encargado interino de justicia, Álvaro Coímbra, dijo a televisoras bolivianas que “no importa si es ministro, viceministro o si es director”, todos van a ser investigados por el caso. Añez declaró que habrá “todo el peso de la ley” contra los responsables, integrantes de alto nivel de su propio gobierno interino.
Para Arequipa, el politólogo, la situación exhibió cómo la administración temporal de Añez está cayendo en las mismas tendencias que le fueron muy criticadas a Evo Morales, como un aumento de escándalos de corrupción y la percepción de que los funcionarios se mantienen impunes a costas del pueblo.
Las autoridades interinas “están viéndose rebasadas”, opinó el experto, al intentar tomar riendas de más decisiones de las que les corresponden, entre protestas contra la cuarentena y la demanda de elecciones, y están “reaccionando a la defensiva”.
“Este gobierno creo que siente que tiene que reaccionar de una manera inmediata, incluso saltándose lineamientos legales como la presunción de inocencia, y así meten preso al ministro” con rapidez, señaló el académico.
En lo que continúan las investigaciones sobre los ventiladores, se siguen acumulando contagios y los problemas económicos.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) recalca en un análisis que Bolivia es el país suramericano que menos acciones ha tomado para proteger el empleo y que hacen falta también medidas para paliar el golpe económico que sufrirán los bolivianos.
El que tantos de ellos estén saliendo a las calles en consecuencia, en busca de tener con qué comer, junto con la falta de equipamiento hospitalario, “pudiera detonar de manera muy muy negativa en las próximas semanas” en cuanto a las cifras de contagios, alertó Arequipa.
A todo esto, Arequipa opina que hay tanta gente ya dejando la cuarentena que convocar a las elecciones prometidas en agosto o en septiembre no expondría a muchas personas más, como ha intentado argumentar el gobierno interino.
“Las únicas dos cosas que pudieran distender el panorama serían que se hagan ya las elecciones o que la presidenta renuncie a ser candidata”, dijo, y Añez se centre menos en campaña y más en sacar a Bolivia de la emergencia sanitaria.
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