El Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) anunció este martes que empezó a investigar como posible caso de terrorismo doméstico el tiroteo ocurrido el 28 de julio durante el Festival del Ajo en Gilroy, California, por el que murieron tres personas (dos menores). También indaga las "ideas violentas" del sospechoso de matar a tiros a nueve personas el pasado domingo en Dayton, Ohio.
Los investigadores encontraron indicios de que el presunto atacante de Gilroy, Santino William Legan, estuvo explorando “ideologías violentas”, según afirmó John F. Bennet, agente especial del FBI de San Francisco a cargo. Legan, de 19 años, incluso había desarrollado un listado de objetivos sensibles de un posible ataque, entre ellos grupos religiosos, ambos partidos políticos y juzgados (aunque sin nombres de personas), reveló el agente.
El joven sospechoso del tiroteo actuó durante un popular festival en la localidad de Girloy, donde se crió. Allí abrió fuego contra la multitud y provocó la muerte de Stephen Romero, de seis años, Trevor Irby, de 25, y Keyla Salar, de 13. En el ataque, también resultaron heridas al menos otras 12 personas.
Legan también falleció ese día. En un principio, la policía afirmó que lo abatieron unos agentes que se encontraban en el lugar de patrulla durante el evento. Pero los forenses aseguraron posteriormente que el hombre se suicidó al dispararse.
Antes del asalto, Legan invitó a sus seguidores de Instagram a leer un libro del siglo XIX, popular entre los supremacistas blancos que suelen meterse en páginas web extremistas. También se quejó de la sobrepoblación de las ciudades y la pavimentación de espacios abiertos para dar cabida a las "hordas" de latinos y blancos de Silicon Valley.
Los investigadores federales de Legan aseguraron que no han podido encontrar todavía un motivo del ataque. Sin embargo, Bennet afirmó que no se puede descartar el del nacionalismo blanco como un posible factor.
El joven parecía estar interesado en ideologías violentas en conflicto entre ellas, y ahora las autoridades tienen que averiguar si esta atracción lo empujó a cometer un acto violento, explicó el agente. Bennet también dijo que encontrar indicios de la posible existencia de una motivación ideológica es el elemento que permitió abrir una investigación por terrorismo doméstico, lo que no había sido posible hasta ese momento.
La ley de EEUU, de hecho, no prevé un delito específico de terrorismo interno en sí. El FBI debe buscar una relación entre posibles crímenes de odio, uso de armas u otras posibles violaciones de la ley y motivaciones ideológicas. Por el otro lado, el hecho de pertenecer a una organización supremacista blanca no se considera ilegal de por sí. Sin embargo, tales vínculos con ideologías como la supremacista sí se consideran un delito en casos de terrorismo extranjero, incluso si la investigación no incluye acusaciones de violencia.
Algunos familiares del sospechoso aseguraron en un comunicado que se sentían “horrorizados” por las acciones de las que se le considera responsable. "Nunca hemos tolerado y nunca podríamos tolerar los pensamientos e ideologías de odio que llevaron a esto. Es imposible reconciliarse con el hijo que creíamos conocer", escribieron.
SIGUEN LAS INVESTIGACIONES EN EL PASO
Mientras que el FBI sigue rastreando los movimientos de Legan, sobre todo de tipo digital, para encontrar pruebas de una posible afiliación ideológica, de si estuvo en contacto con alguien o si alguien lo ayudó en planear su acto, las autoridades investigan también lo ocurrido el pasado sábado en la ciudad con mayoría de población hispana de El Paso, Texas, donde un tiroteo masivo en un Walmart provocó 22 muertos.
También en este caso, los hechos se indagan como posible caso de terrorismo doméstico. Uno de los elementos que ahora se analizan para corroborar esta tesis de acusación es un documento con contenido antiinmigrante que se cree que el sospechoso de la masacre, Patrick Wood Crusius, publicó en Internet, en la página extremista 8chan, poco antes de abrir fuego.
El texto arremetía contra los peligros de la inmigración en masa y advertía que, a la larga, los hispanos se apoderarán de la economía y el Gobierno en EEUU. El autor argumentaba que atacar objetivos de baja seguridad era una manera de luchar para recuperar al país de la destrucción.
Los investigadores también contemplan en este caso la posibilidad de que se trate de un “crimen de odio”. Y se evalúa la opción de que se condene a Crusius a la pena capital si se confirmara que fue culpable de estos delitos.
POSIBLE INFLUENCIA DE IDEAS VIOLENTAS TAMBIÉN EN EL CASO DE LA MASACRE DE DAYTON, OHIO
Este martes, también salieron nuevas informaciones sobre el último tiroteo que conmocionó EEUU, el del pasado domingo en Dayton, Ohio, donde un atacante mató a nueve personas antes de ser abatido por la policía.
También el principal sospechoso de esta masacre, Connor Bets, de 24 años, manifestó interés en ideologías violentas, según el FBI. El jefe de la policía de Dayton, Richard Biehl, afirmó que Betts tenía "ideas violentas, que incluyen tiroteos masivos, y había expresado su deseo de cometer uno".
Sin embargo, el agente especial del FBI Todd Wickerham no dijo si la agencia está analizando los hechos como un posible caso terrorismo interno. Explicó que Betts no había estado anteriormente bajo el radar del FBI. Y se negó a detallar qué ideologías específicas podrían estar relacionadas con las acciones de Betts, aunque afirmó que hasta el momento no había evidencia de que estuvieran motivadas por cuestiones raciales.
Una ex novia del hombre afirmó en una entrevista que vio señales de advertencia de que podría perpetrar una masacre de este tipo como que le mostró el video de un tiroteo masivo en su primera cita.
Pero negó que sus acciones pudieran esta motivadas por ideologías violentas. "No se trata de raza, no se trata de religión, no es ninguna de esas cosas", dijo la mujer. "Este es un hombre que sufría y no recibió la ayuda que necesitaba".
Este martes, una asociación de agentes del FBI pidió al Congreso que introduzca un delito federal de terrorismo doméstico, para que se puedan investigar “actos de violencia dirigidos a intimidar la población o influenciar la acción de Gobierno" como tal, sin que tenga que haber una relación con una ideología en concreto.
“De esta manera se aseguraría que los agentes y fiscales tengan las mejores herramientas para combatir el terrorismo doméstico”, afirmaban.
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