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Estas dos jóvenes fueron brutalmente asesinadas. La misteriosa pista era una foto terrible

Un incendio destruyó la casa en la que las niñas dormían tras celebrar su 16 cumpleaños. Se hallaron dos cadáveres. Pero ni rastro de las jóvenes. La única pista eran unas misteriosas fotos. Te contamos cómo se ha resuelto este crimen.

El 29 de diciembre de 1999, Ashley Freeman cumplía 16 años. Tras celebrarlo en una pizzería de Vinita, un pueblito de Oklahoma de apenas 6.000 habitantes, volvió a la caravana donde vivía su familia a pasar la noche con su mejor amiga, Laurie Bible, de su misma edad. De madrugada, la vivienda fue consumida por las llamas. Entre los restos calcinados, se encontró el cuerpo de Kathy Freeman, la madre de Ashley. Pero ni rastro de su marido, Danny, y las dos adolescentes.

El forense determinó que la mujer había muerto de un balazo en la cabeza. Al día siguiente, los padres de Laurie regresaron al lugar a buscar pistas. Encontraron un cadáver que los investigadores habían pasado por alto: el cuerpo de Danny, totalmente calcinado, y muerto también de un balazo. La policía volvió a registrar el lugar: ni rastro de Ashley y Laurie.

Se las buscó durante años, incluso en México y en Canadá. El pasado lunes, casi 20 años después, tres personas fueron acusadas al fin de su desaparición. Dos de ellas están muertas. La otra, Ronnie Busick, de 66 años, se enfrenta a cuatro cargos de asesinato.

Y además están las fotos, las horrorosas fotografías cuya existencia siempre se rumoreó, y que resultaron ser reales, según el diario The Washington Post.

Busick, un ex presidiario arrestado en Wichita (Oklahoma), actuó presuntamente en connivencia con Warren Philip Welch y David Pennington, ambos ya fallecidos. Welch era quien guardaba como trofeos en una maleta de cuero una docena de fotografías tomadas con una cámara instantánea Polaroid, en las que aparecían las jóvenes atadas y amordazadas sobre una cama. Se las mostraron a varias personas, amenazándolas de muerte para asegurarse su silencio. Nadie habló.

Según el relato recabado por los investigadores, los tres criminales acudieron a la caravana del matrimonio por un asunto de drogas. Tras matarlos, secuestraron a las niñas “para divertirse”. Durante días, las violaron, y, finalmente, las estrangularon. Sus cuerpos terminaron en un pozo. Aún no han sido encontrados.