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Viaja primer opositor cubano que enfrentó al gobierno como estudiante

Viaja primer opositor cubano que enfrentó al gobierno como estudiante

Orlando Matos/NBC News

La Habana, 2 de febrero.- El joven Eliecer Avila dejó atrás al mismo tiempo una aduana y una barrera que cae, al convertirse en el primer disidente de la isla que con éxito puso a prueba la flexibilidad de las nuevas reglas migratorias, recientemente aprobadas por el gobierno.

Avila este sábado voló con destino a Suecia en su primer viaje fuera del país  “invitado por amigos cubanos que viven en el exterior”, experiencia que considera lo enriquecerá “al conocer otros modos de vida”.

Aunque posee el pasaporte cubano “hace más de dos años, incluso prorrogado”,  sólo en el transcurso de la semana que concluye consiguió la visa Schengen, con la cual visitará “varios de los países” del tratado europeo, dijo sin especificar cuáles.

El periplo, del cual no reveló programa de tipo alguno más allá de comprobar “con sus propios ojos cómo viven los cubanos fuera de la isla y los ciudadanos de otras partes del mundo”, proyecta cumplirlo en unos tres meses.

Después cree tener “la seguridad de que pueda regresar porque tengo ese derecho y creo que un país que se jacte de tener un sistema basado en el derecho de ese individuo no podría negarme esa posibilidad", afirmó convencido.

Avila protagonizó cinco años atrás un vuelco inesperado a una reunión entre estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas y Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional de la isla, cuando le formuló preguntas fuera de guión sobre la realidad cubana.

Una interrogante en torno a los viajes al exterior de los cubanos, provocó una desconcertante respuesta del también integrante de la cúpula del partido comunista de la isla, al tratar de justificar las restricciones impuestas por el gobierno en la materia.

“Si todo el mundo, los 6 mil millones de habitantes pudieran viajar  a donde quisieran, la trabazón que habría en los aires del planeta sería enorme”, armó como argumento en esa ocasión el dirigente.

La vida del “guajirito tunero” universitario comenzó entonces una transformación radical. Asegura que pasó “de ser de un estudiante adoctrinado a  un profesional revolucionario, en el sentido de lo que universalmente entendemos por ser un revolucionario".

Define que su teorización toma distancia de los supuestos de la jerarquía cubana que lo concibe como “ser seguidor de una sola ideología o un solo hombre”, lo que puntualiza “es un concepto totalmente errado”.

Califica la reforma migratoria como “positiva” en el sentido de que posibilitará “a un buen número de cubanos de viajar al exterior, tener una perspectiva personal del mundo y de cómo viven otras sociedades, otras culturas, cómo se desarrollan otras economías".

Avila que se gana la vida en la actulidad “criando puercos” pues el salario “de un ingeniero no alcanza para cubrir las necesidades básica” en Cuba, estima que esa apertura al mundo cambiará mentalidades entre los isleños.

"Yo creo que en la medida que vamos obteniendo un poquito más de libertades ?por qué no? eso va generando nuevas necesidades y yo creo que el futuro está ahí: en seguir conquistando la solución a nuestras necesidades, no solo materiales, sino espirituales, sociales, como individuo y como país".