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Una vacuna logra resultados alentadores en la lucha contra el cáncer de piel más letal

Tras extirpar quirúrgicamente un melanoma, existe un alto riesgo de que vuelva a aparecer. Pero una vacuna de ARNm intenta enseñar al cuerpo a reconocer el tumor y a combatirlo.

Por Linda Carroll y Reynolds Lewis — NBC News

En 2019, Gary Keblish recibió de su cirujano un diagnóstico que lo dejó atónito. El lunar plano de color marrón oscuro que tenía en la espalda desde que tenía memoria se había convertido en un melanoma que ya estaba avanzado y le ponía en riesgo de muerte.

“Me sentí entumecido”, dijo en una entrevista este profesor de Brooklyn, que ahora tiene 61 años. Afortunadamente, Keblish pudo apuntarse a un pequeño ensayo clínico para probar una vacuna preventiva que podría evitar que la enfermedad reapareciera.

El ensayo se centró en una vacuna personalizada con tecnología de ARNm que utilizaba mutaciones para atacar mutaciones exclusivas del cáncer del paciente, pero no las células sanas del organismo.

Todos los participantes en el ensayo recibirían el fármaco de inmunoterapia Keytruda (pembrolizumab), el tratamiento estándar para pacientes con melanoma de alto riesgo como Keblish. Dos tercios de los participantes recibirían además la vacuna.

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Keblish fue uno de los que recibieron la vacuna, que enseña al sistema inmunitario del organismo a reconocer las células cancerosas como diferentes de las normales para que, junto con el fármaco inmunoterápico, pueda atacarlas. 

Después de dos años, el cáncer de Keblish no ha reaparecido.

Los beneficios de una vacuna personalizada

Este domingo se presentaron en la reunión anual de la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer los resultados del ensayo de fase 2, que demostraron que la combinación de la vacuna y la inmunoterapia reduce el riesgo de recurrencia casi a la mitad.

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Se trata del primer ensayo aleatorizado y controlado que demuestra los beneficios de este tipo de vacuna contra el cáncer, según el doctor Jeffrey Weber, investigador principal, subdirector del Centro Oncológico Perlmutter de la NYU Langone y profesor de Medicina en la Facultad de Medicina Grossman de la universidad NYU.

Para probar la eficacia de la vacuna, el equipo internacional de investigadores reclutó a 157 pacientes con melanoma cuyos tumores habían sido extirpados quirúrgicamente y que presentaban un alto riesgo de sufrir una recurrencia de sus cánceres. de ellos, 50 recibieron únicamente la medicación de inmunoterapia y los otros 107 recibieron también la vacuna personalizada.

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Una de las formas que tiene el cáncer de eludir el sistema inmunitario consiste en engañar al organismo haciéndole creer que la amenaza ha pasado, momento en el que entra en acción el sistema de frenado natural que impide que el sistema inmunitario permanezca constantemente activado. Weber compara el funcionamiento del pembrolizumab con el de cortar un cable de freno atorado en un coche para que pueda avanzar. 

Una vez que el sistema de frenado se ha desactivado parcialmente, “el sistema inmunitario funciona realmente bien”, dijo Weber, añadiendo que el inconveniente de “cortar el cable del freno” es que el sistema inmunitario permanece activado y algunas personas acaban con inflamación y algo parecido a una enfermedad autoinmune.  

Otra forma en que el cáncer puede evitar ser destruido es mediante mutaciones, de modo que los soldados del sistema inmunitario dejan de reconocerlo como una amenaza.

Gary Keblish.
Gary Keblish.Courtesy Paul Keblish

Ahí es donde entra en juego la vacuna personalizada de ARNm. Tras extirpar el tumor de un paciente, los médicos identifican las proteínas específicas de ese tumor y de ninguna otra célula del organismo. Hasta 34 proteínas del tumor de un paciente fueron entonces el objetivo de la vacuna.  

En el ensayo, el 40% de los pacientes que sólo recibieron el fármaco inmunoterápico sufrieron una recurrencia del cáncer durante los dos años de seguimiento. En comparación, el 22.4% de los pacientes que recibieron el fármaco más la vacuna tuvieron una recurrencia, lo que supone una diferencia del 44% entre los dos grupos.

Según el doctor Antoni Ribas, catedrático de Medicina de la Universidad de California en Los Ángeles y director del Programa de Inmunología Tumoral del Centro Oncológico Integral Jonsson de la UCLA, los nuevos resultados son significativos.

"Es la primera vez que se demuestra que una vacuna contra el cáncer tiene este nivel de beneficio, cerca de un 50% de disminución del riesgo de recaída”, dijo Ribas. “Nos dice que estas vacunas realmente funcionan y pueden activar una respuesta inmunitaria contra el propio cáncer del paciente”.

Los resultados del ensayo son “muy emocionantes”, afirmó Thomas Marron, director de la Unidad de Ensayos de Fase Temprana del Instituto Oncológico Tisch y profesor asociado de medicina en la Facultad de Medicina Icahn del Mount Sinai de Nueva York.

“Una vez extirpado el tumor, sabemos que puede reaparecer porque pequeños fragmentos microscópicos han viajado a otra parte del cuerpo y se han instalado allí”, explica. La recurrencia suele aparecer rápidamente, entre seis meses y dos años.

Lo bueno de la vacuna de este estudio es que ataca hasta 34 mutaciones, explica Marron. “Es como tirar 34 veces a puerta. Estás enseñando al sistema inmunitario a reconocer 34 cosas distintas que son exclusivas de ese cáncer”.

Los investigadores esperan que el ensayo de fase 3, cuyo inicio está previsto para este verano, arroje resultados similares. Con el seguimiento y la monitorización, podrían pasar al menos dos años antes de que se registren los datos en la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) y hasta tres años antes de que se apruebe el uso en pacientes, dijo Weber.

Aun así, se trata de un avance emocionante en el campo de las vacunas contra el cáncer, sobre todo para detener el melanoma, la forma más mortal de cáncer de piel, según los expertos.

El estudio es “importante porque es el primer estudio aleatorizado de una vacuna contra el cáncer con un criterio de valoración clínicamente significativo: impedir que los tumores vuelvan a aparecer”, afirmó la doctora Margaret Callahan, directora de investigación del Programa de Inmunoterapia del Memorial Sloan Kettering, que expresó un cauto optimismo sobre los resultados.

“Se trata de un avance emocionante en el campo de las vacunas contra el cáncer, un campo en el que es muy difícil progresar”, dijo.