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EE.UU. responde a la viruela del mono con retrasos en las pruebas y vacunas que no satisfacen la demanda

“Llevamos seis semanas (desde que comenzó el brote) y todavía tenemos problemas con la disponibilidad de pruebas y el suministro de vacunas, como sucedió con el coronavirus”, se queja un epidemiólogo. La Administración Biden dice estar haciendo todo lo posible.

Por Michelle Andrews - KHN

Andy Stone es uno de los afortunados. Este residente de la ciudad de Nueva York vio un tuit de un activista local contra el VIH/sida que decía que habría vacunas contra la viruela del mono disponibles ese día en una clínica de Manhattan. Stone, de 35 años, y su esposo, agendaron citas de inmediato y se vacunaron el mes pasado.

“Quiero hacer lo que pueda para protegerme a mí mismo y a los demás”, dijo Stone, un consultor de marketing que vive en Brooklyn, quien explicó que su médico de atención primaria le aconsejó vacunarse lo antes posible.

Cientos de hombres que se presentaron sin cita y esperaron en una fila serpenteante alrededor del centro médico Chelsea Sexual Health Clinic ese día no tuvieron la misma suerte. Las 200 dosis disponibles se acabaron rápidamente, según el concejal de la ciudad de Nueva York, Erik Bottcher, cuyo distrito incluye el barrio de Chelsea, y quien ha estado pidiendo con urgencia más vacunas.

Andy Stone se vacunó contra la viruela del mono en junio en una clínica de Nueva York. Pudo agendar una cita, pero muchas otras personas no han podido hacerlo debido a la falta de suministro.
Andy Stone se vacunó contra la viruela del mono en junio en una clínica de Nueva York. Pudo agendar una cita, pero muchas otras personas no han podido hacerlo debido a la falta de suministro.Cortesía de Andy Stone

El primer caso de viruela del mono en Estados Unidos se confirmó a mediados de mayo. Mientras los casos ascendían a 767 en todo el país para el 9 de julio, expertos en salud pública han observado semejanzas con la respuesta vacilante del Gobierno ante el COVID-19.

“Llevamos seis semanas y todavía tenemos problemas con la disponibilidad de pruebas y el suministro de vacunas, como sucedió con el coronavirus”, dijo Gregg Gonsalves, profesor asociado de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de Yale.

No es lo mismo que el coronavirus

La viruela del mono (o símica) no es COVID-19. El coronavirus ha matado a más de 1 millón de estadounidenses, pero nadie ha muerto por una infección de viruela del mono en Estados Unidos durante el brote actual. Las personas no pueden contraerla simplemente entrando a una habitación y respirando el mismo aire que una persona infectada.

El virus de la viruela del mono, que pertenece a la misma familia que la viruela, generalmente causa llagas dolorosas parecidas a granos en la cara, las manos, los pies, el pecho o los genitales, junto con fiebre e inflamación de los ganglios linfáticos.

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Hasta que las lesiones formen costras y sanen, las personas pueden infectar a otros a través del contacto físico cercano o al tocar cosas como la ropa de cama que estuvo en contacto con la erupción.

Las personas generalmente se recuperan de la viruela del mono en dos a cuatro semanas.

La mayoría de las infecciones identificadas hasta ahora han sido en hombres que tienen sexo con hombres, y muchos de los casos están en Europa.

Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó el 1 de julio que están surgiendo casos entre otros grupos, en algunos casos, entre personas como miembros del hogar, personas heterosexuales y niños. Hasta el 10% de los pacientes han sido hospitalizados, según la OMS.

Existen vacunas, pero la demanda es mayor

Hay dos vacunas disponibles para proteger a las personas contra la viruela del mono, Jynneos y ACAM2000. Los funcionarios federales se concentran en priorizar el suministro de Jynneos, administrada en dos dosis con 28 días de diferencia, porque tiene menos efectos secundarios y se puede usar en personas inmunocomprometidas. La vacuna ACAM2000 no.

Sin embargo, por el momento, la distribución de vacunas es a cuentagotas, y los proveedores en el frente de batalla dicen que es ahora cuando las necesitan.

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En los últimos días, funcionarios federales han anunciado una respuesta triple al brote de viruela del mono que incluye un mayor despliegue de vacunas, un acceso más fácil a las pruebas y una campaña para educar al público y a los proveedores sobre la enfermedad y promover las vacunas entre las personas con mayor riesgo, particularmente aquellas en la comunidad LGBTQ+.

“Si bien la viruela del mono representa un riesgo mínimo para la mayoría de los estadounidenses, estamos haciendo todo lo posible para ofrecer vacunas a quienes tienen un alto riesgo de contraer el virus”, dijo el secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, en un comunicado. “Esta nueva estrategia nos permite maximizar el suministro de vacunas actualmente disponibles y llegar a quienes son más vulnerables al brote actual”.

Inicialmente, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomendaron que las personas se vacunaran solo si habían estado expuestas a alguien con el virus.

La guía federal se ha ampliado a un grupo mucho más grande, incluidos los hombres que tienen sexo con hombres, y múltiples parejas en zonas en donde el virus está circulando.

El 1 de julio, los CDC dijeron que habían comprado dosis adicionales de la vacuna Jynneos, fabricada por Bavarian Nordic A/S, elevando a 4 millones el número total de dosis disponibles en 2022 y 2023. El 6 de julio, el Gobierno federal dijo que había distribuido 41,520 “cursos para pacientes” de la vacuna en 42 jurisdicciones.

Una gota en el océano

La ciudad de Nueva York recibió 1,000 dosis iniciales que estuvieron disponibles en la clínica de Chelsea, pero luego no recibió ninguna más durante casi dos semanas. En Washington, D.C., 300 citas para vacunas que estaban disponibles a fines de junio se agotaron en minutos.

En Los Ángeles, hasta el 1 de julio se habían distribuido 800 dosis de vacunas a personas cercanas a otras que padecen la enfermedad. En un comunicado de prensa, el Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles dijo que proporcionaría más dosis a los grupos de alto riesgo a medida que aumentara el suministro.

A principios de julio, el Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de Nueva York dijo que había aprobado casi 6,000 dosis adicionales de la vacuna, que estaría disponible en dos clínicas de la ciudad. Sin embargo, una falla en el software impidió programar citas. Se espera una reanudación para la próxima semana, mientras los residentes se muestran exasperados.

La Ciudad ha registrado 160 casos sospechosos de viruela del mono, dijeron las autoridades.

Las dosis para Nueva York serán una gota en el océano, criticaron proveedores de salud. Con tres sedes, el Centro de Salud Comunitario Callen-Lorde atiende a 20,000 pacientes principalmente LGBTQ+, muchos de los cuales están ansiosos por recibir la vacuna, dijeron funcionarios del centro.

“Estamos promoviendo vacunas y trabajando en estrecha colaboración con los pacientes para encontrar acceso”, dijo Anthony Fortenberry, director de enfermería de Callen-Lorde. “Pero en este momento, hay una cantidad muy pequeña de vacunas, y es mucho menor que la demanda”. Allí han atendido 15 casos, el triple que días atrás.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos no respondió a solicitudes de comentarios.

Los epidemiólogos dijeron que las brechas en las pruebas de detección de la enfermedad también están obstaculizando la capacidad de la nación para enfrentar este brote. Sin pruebas generalizadas y rastreo de contactos, el alcance no está claro.

“En este momento, no sabemos si es la punta del iceberg”, dijo Jennifer Nuzzo, epidemióloga de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Brown.

Hasta la fecha, las pruebas han sido manejadas por una red de laboratorios de salud pública y requieren un proceso engorroso con el que muchos médicos no están familiarizados, según algunos críticos.

Como parte de los esfuerzos ampliados que anunciaron los funcionarios federales, cinco grandes laboratorios comerciales comenzarán a realizar pruebas este mes, aumentando dramáticamente la capacidad. Pero estas mejoras sistémicas ofrecen poco consuelo a las personas que están en riesgo en este momento.

KHN (Kaiser Health News) es la redacción de KFF (Kaiser Family Foundation), que produce periodismo en profundidad sobre salud. Es uno de los tres principales programas de KFF, una organización sin fines de lucro que analiza la problemática de salud y salud pública de la nación.