El Gobierno mexicano, presidido por Andrés Manuel López Obrador, disolvió una selecta unidad antinarcóticos que durante un cuarto de siglo trabajó junto a la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) en el combate al crimen organizado, según informaron dos fuentes a la agencia de noticias Reuters, en un duro golpe a la cooperación bilateral en seguridad.
Era una de las unidades de investigaciones especiales (SIU, por sus siglas en inglés) que operan en unos 15 países y que los funcionarios estadounidenses consideran imprescindibles para desmantelar las poderosas redes de contrabando y atrapar a los capos de la droga en todo el mundo. Las SIU son entrenadas por la DEA pero están bajo el control de los Gobiernos nacionales.
En México, los más de 50 oficiales de esa unidad policial estaban considerados entre los mejores del país y trabajaron en los casos más importantes, como la captura en 2016 de Joaquín El Chapo Guzmán, entonces el jefe del cártel de Sinaloa.
Este cierre pone en peligro los esfuerzos de Estados Unidos para combatir a los grupos del crimen organizado en México, uno de los epicentros del multimillonario comercio mundial de narcóticos, y dificultar la captura y el enjuiciamiento de los capos.
El Gobierno mexicano notificó formalmente a la DEA en abril del año pasado que la unidad había sido clausurada, según un agente con conocimiento del asunto que se negó a ser identificado porque no estaba autorizado a hablar sobre el tema. Una segunda fuente familiarizada con la situación confirmó el cierre del grupo.
“La estrangularon”, dijo el agente, “[esto] hace añicos los puentes que tardamos décadas en armar”. Reuters no pudo averiguar por qué el Gobierno no lo anunció públicamente en su momento.
López Obrador ha puesto trabas a que funcionarios de seguridad extranjeros operen en México, porque a su juicio interfieren en la soberanía del país aunque colaboren con sus instituciones.
Este cierre podría resultar costoso en las calles de Estados Unidos, según Reuters, donde las autoridades luchan para mitigar el alza de sobredosis que el año pasado causó más de 100,000 muertes, en su mayoría vinculadas a una nueva ola de drogas sintéticas producidas por carteles mexicanos.
Una segunda unidad mexicana de la UEI, con sede en la Fiscalía General de la República e independiente del Gobierno de López Obrador, sigue operando.
Para Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA, este cierre y el freno de López Obrador a la cooperación en materia de seguridad perjudicarán a ambos países. “Significará más drogas que van a Estados Unidos y más violencia en México”, aseguró.
El equipo de élite, fundado en 1997, fue el principal conducto para que la DEA compartiera con el Gobierno de México pistas sobre envíos de drogas e indicios obtenidos en suelo estadounidense.
Ejecutó también operaciones en Colombia, Brasil, Bolivia, Ecuador, Guatemala, Perú, República Dominicana, Pakistán, Tailandia y Uzbekistán. En México operó en los sexenios de Vicente Fox (2000-2006), Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018), según el portal SinEmbargo.
La DEA enviaba a los agente mexicanos a sus instalaciones de Quantico, Virginia, para formarlos en vigilancia y control policial.
La detención del general Cienfuegos
Las relaciones entre México y Estados Unidos se tensaron cuando la DEA participó en la detención del general Salvador Cienfuegos, extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional, capturado en Estados Unidos en 2020 por presuntos nexos con el narcotráfico.
López Obrador que llegó a afirmar que la investigación había sido “fabricada” por agentes de la DEA y usada con “fines electorales”.