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Cinco claves sobre la acusación criminal contra Trump por los intentos de revertir la victoria de Biden en las elecciones

La imputación de cuatro cargos hecha por un gran jurado en la capital significa la primera vez que el sistema judicial de EE.UU. busca castigar a un exlíder por sus acciones en relación con la transferencia pacífica de poder.

Por Katherine Doyle - NBC News

Un gran jurado de Washington, D.C., presentó una nueva acusación penal de cuatro cargos contra el expresidente Donald Trump por sus esfuerzos para revertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 y subvertir votos legítimos.

La acusación del fiscal especial Jack Smith es el resultado de meses de investigación a las acciones de Trump. El gran jurado escuchó el testimonio de aliados del expresidente, asesores y funcionarios, incluido el exvicepresidente Mike Pence.

Si bien se trata de la tercera acusación criminal contra Trump, es probable que los cargos más recientes signifiquen un golpe político más fuerte, ya que marcan la primera vez que el sistema judicial de Estados Unidos busca castigar a un exlíder por sus acciones en relación con la transferencia de poder.

Al presentar la acusación en la capital este martes, el fiscal especial afirmó que su oficina "buscará un juicio rápido" de manera que la evidencia pueda ser evaluada en corte y juzgada por un jurado de ciudadanos.

Estas son cinco claves de la imputación:

Se le acusa de tres conspiraciones

Los cargos detallados en la acusación de Smith enumeran tres conspiraciones dirigidas contra la función gubernamental básica de celebrar unas elecciones libres y justas.

En primer lugar, Smith acusó a Trump de conspirar para defraudar a Estados Unidos. Esta acusación se basa en lo que los fiscales describen como el uso de "deshonestidad, fraude y engaño" para obstruir el proceso electoral.

En segundo lugar, la acusación asegura que hubo una conspiración para obstruir el procedimiento oficial de las elecciones, en particular el recuento de los votos del Colegio Electoral, el 6 de enero.

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Finalmente, citó una conspiración contra el derecho al voto, y alegó que Trump y sus co-conspiradores buscaron, con toda intención, desalentar a los votantes.

Trump recibió un cuarto cargo: obstrucción e intento de obstruir el proceso de certificación de votos.

Los seis co-conspiradores

La acusación se refiere a seis co-conspiradores anónimos, que no fueron acusados, quienes ayudaron a Trump en sus esfuerzos por anular los resultados de las elecciones y aferrarse al poder, entre ellos un funcionario del Departamento de Justicia, un consultor político y cuatro abogados. Algunos de ellos ya han sido identificados.

El primer co-conspirador mencionado es probablemente Rudy Giuliani, cuyo abogado le dijo a NBC News que parecía ser su cliente pero que podía probar que Trump estaba actuando de buena fe, no de manera maliciosa.

Otros parecen ser, con base en anteriores reportes de prensa sobre sus acciones, ahora descritas en la acusación, las siguientes personas: el abogado John Eastmen, cuyo abogado confirmó que era probablemente él el individuo descrito en la acusación; la abogada Sydney Powell; el exfuncionario del Departamento de Justicia Jeffrey Clark, y Kenneth Chesebro, un abogado acusado de participar en el plan de los "electores falsos".

Presión a funcionarios de siete estados

Según la acusación, Trump presionó a funcionarios en siete estados para subvertir los resultados de las elecciones y cambiar los votos electorales: Arizona, Georgia, Michigan, Pennsylvania, Nevada, Nuevo México y Wisconsin.

Trump perdió en los siete estados, pero por márgenes que variaron. Fue derrotado en Georgia por menos de 12,000 votos, que representa menos de un punto porcentual. Sin embargo, perdió en Nuevo México por 100,000 votos, el equivalente a más de 10 puntos porcentuales.

Algunos electores falsos "fueron engañados para participar" en el plan, de acuerdo con el documento.

Presión a siete legisladores

Aunque muchos de los detalles del esfuerzo para anular las elecciones de 2020 se hicieron públicos durante las audiencias públicas y el informe del comité de la Cámara de Representantes sobre los sucesos del 6 de enero, la acusación proporcionó algunos detalles nuevos.

En particular, Trump y sus aliados siguieron tratando de ponerse en contacto con los legisladores mucho después de que estallara la violencia en el Capitolio.

Trump y sus aliados contactaron a siete legisladores, precisó la acusación, incluyendo seis senadores y un congresista.

"En una de las llamadas, el co-conspirador 1 dejó un mensaje de voz dirigido a un senador de Estados Unidos que decía: 'Necesitamos, amigos republicanos, que demoren [el proceso] para que las legislaturas les hagan llegar más información. Sé que se están reuniendo a las 8 pm esta noche, pero la única estrategia que podemos seguir es objetar en muchos estados y plantear problemas para llegar hasta mañana, idealmente hasta el fin de mañana", aseguró la acusación.

La primera enmienda y advertencias

Trump fue notificado en varias ocasiones que sus reclamos sobre las elecciones no eran válidos. Mike Pence y varios funcionarios sénior del Gobierno le advirtieron al expresidente y sus co-conspiradores que sus esfuerzos para seguir en el poder podían llevar a disturbios civiles.

El 4 de enero, después de que un co-conspirador reconoció ante un asesor sénior de Trump que "no había una corte que aprobara su propuesta" de rechazar los votos a favor de Joe Biden, el asesor respondió: "Ustedes van a crear revueltas en las calles".

La acusación reconoce el derecho de Trump bajo la Primera Enmienda a mentir sobre el resultado de las elecciones y que los resultados habían sido fraudulentos. El expresidente también estaba en su derecho de retar los resultados, mediante recuentos, auditoria de votos o presentando demandas.