Por The Associated Press
[Una versión anterior de este artículo identificó incorrectamente el nombre de la víctima estadounidense; ha sido actualizado para corregirlo.]
La madre de los dos surfistas australianos muertos en México rindió un emotivo homenaje a sus hijos el martes en una playa de San Diego.
“Nuestros corazones están rotos y el mundo se ha convertido en un lugar más oscuro para nosotros”, declaró Debra Robinson, mientras luchaba contra las lágrimas. “Eran jóvenes que disfrutaban juntos de su pasión por el surf”.
Sus hijos, Callum y Jake, fueron presuntamente asesinados por ladrones de autos en Baja California, al otro lado de la frontera de San Diego, alrededor del 28 o 29 de abril.
Robinson también lloró la muerte del estadounidense que pereció con ellos, Carter Rhoad.
El lugar junto a la playa en el que habló, al otro lado de la frontera con la ciudad de Tijuana, no era una coincidencia. Señaló que su hijo Callum “consideraba Estados Unidos su segundo hogar”.
Robinson señaló que a su hijo Jake le gustaba tanto el surf que, como médico, le gustaba trabajar en hospitales cercanos a la playa.
“La pasión de Jake era el surf, y no era casualidad que muchos de los hospitales en los que trabajaba estuvieran cerca de playas donde se practicaba este deporte”, afirmó.
Conteniendo las lágrimas, Robinson transmitió un mensaje final que coincidía con el estilo de vida aventurero de sus hijos.
“Vive mejor, brilla más y ama en memoria de ellos”, afirmó.
Robinson dio las gracias a las autoridades australianas y a quienes la apoyan allí y en Estados Unidos.
Aunque agradeció al embajador de México en Australia, no lo hizo con las autoridades locales de Baja California, que encontraron los cadáveres de sus hijos y de Carter Rhoad.
Sus asesinos arrojaron los cuerpos de los hombres a un pozo situado a unos seis kilómetros del lugar donde habían sido atacados en un campamento junto a la playa. Los investigadores se sorprendieron cuando, debajo de los cadáveres de los tres extranjeros, fue hallado un cuarto cuerpo que llevaba allí mucho más tiempo, lo que sugiere que la banda llevaba tiempo trabajando en la zona.
Robinson dijo que los cuerpos de sus hijos, o sus cenizas, acabarán siendo llevados de vuelta a Australia.
“Ahora es el momento de llevarlos a casa con sus familias y amigos”, afirmó. “Y el océano los espera en Australia”.
Los fiscales han identificado a tres personas como posibles sospechosas, dos de las cuales fueron sorprendidas con metanfetaminas. Una de ellas, una mujer, tenía el teléfono móvil de una de las víctimas cuando fue capturada. Los fiscales indicaron que los dos estaban detenidos a la espera de que se les imputaran cargos por drogas, pero siguen siendo sospechosos de los asesinatos.
Un tercer hombre fue detenido acusado de un delito equivalente al secuestro, pero eso fue antes de que los cadáveres fueran encontrados. No estaba claro si podría enfrentarse a más cargos, ni cuándo.
Se cree que el tercer hombre participó directamente en los asesinatos. De acuerdo con la legislación mexicana, los fiscales lo identificaron por su nombre de pila, Jesús Gerardo, alias “el Kekas”, palabra popular que significa quesadillas o tortillas rellenas de queso.
Tenía antecedentes penales que incluían tráfico de drogas, robo de vehículos y violencia doméstica. Las autoridades dijeron estar seguras de que hay más personas implicadas.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, declaró a una emisora de radio de la ciudad natal de los Robinson, Perth, en el estado de Australia Occidental, que todos los padres sentían la pérdida de la familia.
“Creo que el corazón de toda la nación está con los padres de Callum y Jake Robinson. Perder un hijo o una hija es la peor pesadilla de cualquier padre. Perder a estos dos hermanos es horrible y [ofrezco] mi más sentido pésame. Estoy seguro de que toda la nación está con los padres y con los demás familiares y amigos de estos dos jóvenes australianos”, declaró Albanese a Perth Radio 6PR.
Albanese afirmó que se acordó de cuando su único hijo, Nathan Albanese, viajó el año pasado a la edad de 22 años a un festival de música en España.
“Te preocupas, pero también piensas que eso es parte de la tradición australiana: es viajar con una mochila y conocer gente y es cómo creces como persona también, así que quieres animarlos [a que lo hagan]”, declaró.
En 2015, dos surfistas australianos, Adam Coleman y Dean Lucas, murieron en el estado occidental de Sinaloa, al otro lado del golfo de California –también conocido como Mar de Cortés– desde la península de Baja California. Las autoridades dijeron que habían sido víctimas de bandidos de carretera. Tres sospechosos fueron detenidos en ese caso.