La organización palestina Hamas (considerada terrorista por Estados Unidos), que gobierna en la franja de Gaza, llevó a cabo este sábado un ataque sin precedentes y en varios frentes contra Israel, disparando miles de cohetes al tiempo que docenas de guerrilleros se infiltraban a través de la frontera de los territorios palestinos y mataban o secuestraban a civiles y soldados israelíes.
La ofensiva tomó por sorpresa a las fuerzas israelíes durante una festividad religiosa, causando más de 200 muertes y más de 1,200 heridos en una veintena de localidades junto a la franja de Gaza, según los servicios de rescate israelíes. En algunos lugares los guerrilleros de Hamas estuvieron horas atacando a civiles y militares, y los combates seguían aún al caer la noche en Israel.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró que su país está "en guerra" y llamó a una movilización general de sus reservistas militares, reavivando en la memoria la guerra de 1973, de la que se cumple medio siglo. El presidente, Joe Biden, telefoneó a Netanyahu y le ofreció su respaldo "inquebrantable" y todo el apoyo necesario para responder al "horroroso ataque" "terrorista.
Netanyahu prometió el sábado una "contundente venganza" por el ataque, en el que el número de muertos en ambos bandos del conflicto se eleva a centenares.
En un discurso televisado el sábado por la noche, Netanyahu dijo que Israel desatará su fuerza militar en venganza por “este día negro”, mientras los cohetes seguían explotando por la noche.
Netanyahu advirtió de que Hamas era responsable del bienestar de los rehenes israelíes y calificó los sangrientos ataques como algo sin precedentes.
Tras una reunión del Gabinete de Seguridad israelí en la tarde del sábado, se tomaron una serie de decisiones operativas, cuyo objetivo –se indic– es destruir las capacidades militares y de Gobierno de Hamas y la Yihad Islámica, para que no puedan atacar a Israel durante muchos años.
"Nos estamos embarcando en una guerra larga y difícil que nos fue impuesta por un ataque asesino de Hamas", afirmó Netanyahu.
Amplió que la primera etapa estaba llegando a su final, con la destrucción de la gran mayoría de las fuerzas de Hamas que se infiltrado en Israel. Al mismo tiempo –aseguró– "hemos iniciado la fase ofensiva, que continuará sin limitaciones ni tregua hasta que se alcancen los objetivos".
Y amplió: "Devolveremos la seguridad a los ciudadanos de Israel y venceremos".
Entre las decisiones adoptadas por el Gabinete de Seguridad estuvo la interrupción del suministro de electricidad, combustible y mercancías a la franja de Gaza.
Por su parte, las autoridades sanitarias de Gaza informaron que al menos 232 personas han muerto y otras 1,700 fueron heridas en la respuesta militar israelí en el territorio, que incluyó ataques aéreos.
Hamas admitió la responsabilidad del ataque, que bautizó como Operación Tormenta de Al-Aqsa. "Ya basta", dijo su líder militar, Mohammed Deif, en un mensaje grabado en el que llamaba a los palestinos a sumarse a la lucha. Según dijo, el ataque responde al bloque israelí de Gaza, a las incursiones militares en Cisjordania, a los episodios de violencia en los lugares santos de Al Aqsa, y al aumento de los asentamientos israelíes en territorios palestinos.
En un discurso en televisión, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró por su parte que Hamas había cometido "un grave error" y prometió que "Israel ganará esta guerra".
Condena de la Casa Blanca al "ataque terrorista"
Biden conversó por teléfono con Netanyahu sobre el "horroroso ataque en curso en Israel", y aseguró que Estados Unidos "condena inequívocamente el espantoso ataque a Israel por los terroristas de Hamas en Gaza". Dejó claro además, según dijo en un comunicado la Casa Blanca, que "está listo para ofrecerle todo el apoyo apropiado al Gobierno y al pueblo de Israel".
"El terrorismo nunca está justificado. Israel tiene el derecho a defenderse a sí mismo y a su gente", agregó, y lanzó además una advertencia clave: "Estados Unidos avisa a cualquier parte hostil hacia Israel a buscar aprovecharse de esta situación, el respaldo de mi Gobierno a Israel es sólido como una roca e inquebrantable".
Netanyahu agradeció a Biden, según escribió, por su "apoyo sin reservas", y dejó claro que "es necesaria una fuerte campaña [militar] que Israel ganará".
La jefa de la Comisión Ejecutiva de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, escribió en la red social X (antes Twitter) que el ataque "es terrorismo en su forma más despreciable", y agregó que "Israel tiene derecho a defenderse de ataques tan atroces".
Rusia, por su parte, aseguró que está en contacto "con todas las partes, incluidos los países árabes", sin especificar cuáles, e instó a "un alto al fuego inmediato", según el viceministro de Asuntos Exteriores y exembajador en Israel y Egipto, Mikhail Bogdanov. "Pedimos el inicio inmediato de un proceso de paz sobre la base de los acuerdos existentes internacionalmente reconocidos", reclamó.
Videos de violencia en las calles
Varias horas después de que comenzara la ofensiva, los militantes de Hamas seguían librando tiroteos en varias comunidades israelíes en una sorprendente demostración de fuerza que sacudió a Israel.
En redes sociales se difundieron videos de guerrilleros de Hamas desfilando por las calles en lo que The Associated Press identifica como vehículos militares israelíes; e imágenes de un soldado israelí muerto en Gaza siendo arrastrado y pisoteado por una multitud que gritaba "Dios es el más grande". En los videos parece haber al menos tres israelíes capturados. El Ejército israelí ha indicado que Hamas mantiene a civiles y soldados secuestrados, sin indicar cuántos, en lo que supone una escalada notable del enfrentamiento.
El ataque se produjo en la celebración del Simjat Torá, un día en el que los judíos completan el ciclo anual de lectura de la Torá, y cuando casi se cumple el aniversario de la guerra de 1973, en el que una coalición de países árabes liderados por Egipto y Siria lanzaron una ofensiva contra Israel cuando se celebraba el día más sagrado del calendario judío, Yom Kippur. Israel ganó esa confrontación.