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Irán libera a cinco prisioneros estadounidenses tras un polémico canje que llevó a Biden a descongelar $6,000 millones

Un avión catarí ha despegado de Irán con los cinco prisioneros, que viajan acompañados por dos de sus familiares, así como por el embajador catarí en Irán.

Irán y Estados Unidos intercambiaron prisioneros el lunes después de que casi 6,000 millones de dólares en activos iraníes congelados fueran liberados por el Gobierno de Joe Biden, un elemento clave del canje que desató polémica en Washington D.C.

Un avión catarí ha despegado de Irán con los cinco prisioneros estadounidenses, le confirmó un alto diplomático de la región a NBC News. Los prisioneros liberados van acompañados por dos de sus familiares, así como por el embajador catarí en Irán.

A pesar del acuerdo, es casi seguro que las tensiones seguirán siendo elevadas entre Estados Unidos e Irán, que están enzarzados en varias disputas, entre ellas el programa nuclear de Teherán. Irán afirma que el programa es pacífico, pero ahora enriquece uranio más cerca que nunca de los niveles permitidos para la fabricación de armas.

Nasser Kanaani, vocero de la cancillería iraní durante un discurso en Teherán, Irán.
Nasser Kanaani, vocero de la cancillería iraní durante un discurso en Teherán, Irán. AP

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Nasser Kanaani, fue el primero en avisar que el canje tendría lugar el lunes. Dijo que el dinero en efectivo que se buscaba para el intercambio, que había sido retenido por Corea del Sur, se encontraba ahora en Catar.

Kanaani hizo sus comentarios durante una conferencia de prensa emitida por la televisión estatal, pero la emisión se cortó inmediatamente después de sus declaraciones.

"Afortunadamente, los activos congelados de Irán en Corea del Sur han sido liberados y, si Dios quiere, hoy empezarán a estar totalmente bajo el control del Gobierno y de la nación", declaró Kanaani.

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"En cuanto al tema del canje de prisioneros, se producirá hoy y cinco prisioneros, ciudadanos de la República Islámica, serán liberados de las cárceles de Estados Unidos", añadió. "Cinco ciudadanos encarcelados que estaban en Irán serán entregados a la parte estadounidense".

Dijo que dos de los presos iraníes se quedarán en Estados Unidos.

Mohammad Reza Farzin, jefe del Banco Central de Irán, acudió más tarde a la televisión estatal para confirmar que se recibieron más de 5,500 millones de euros —5,900 millones de dólares— en cuentas en Catar. Meses atrás, Irán había previsto recibir hasta 7,000 millones de dólares.

Washington no hizo comentarios de inmediato sobre el anuncio. El intercambio se produce antes de la reunión de los líderes mundiales en la Asamblea General de la ONU esta semana en Nueva York, donde hablará el presidente de Irán, Ebrahim Raisi.

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Días antes de que los estadounidenses fueran liberados, los legisladores republicanos en Washington criticaron el acuerdo, diciendo que equivalía a pagar por un "rescate" y que sólo animaría a Irán a encarcelar a más extranjeros.

Un acuerdo similar realizado en 2015, durante la Administración Obama —en el que se permitía que Irán tuviera acceso a fondos bloqueados al mismo tiempo que se liberaba a los estadounidenses retenidos en ese país— también fue criticado por los republicanos, que lo consideraron una capitulación ante Teherán.

Pero las familias de los estadounidenses liberados afirman que sus seres queridos se convirtieron en rehenes que fueron capturados bajo falsas acusaciones y que el Gobierno iraní utilizó como un elemento de negociación.

Las familias y algunos antiguos rehenes afirman que la Administración Biden tuvo que utilizar su influencia para garantizar la libertad de los ciudadanos estadounidenses encarcelados, o enfrentarse a la perspectiva de que permanecieran encarcelados indefinidamente. Presidentes anteriores, incluido Donald Trump, también participaron en canjes de prisioneros.

El Departamento del Tesoro supervisará las transacciones de la cuenta gestionada por Catar con los fondos liberados por Estados Unidos. Funcionarios estadounidenses han advertido que Washington está dispuesto a volver a congelarlos si Irán viola las sanciones estadounidenses o no los usa solo con fines humanitarios.

Sin embargo, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, declaró a Lester Holt, de NBC News, en una entrevista exclusiva, que Teherán decidirá cómo gastar los 6,000 millones de dólares.

A la pregunta de si el dinero se utilizaría para otros fines aparte de las necesidades humanitarias, respondió: “Humanitario significa cualquier cosa que necesite el pueblo iraní, así que este dinero se presupuestará para esas necesidades, y las necesidades del pueblo iraní las decidirá y determinará el Gobierno iraní”. Añadió que el dinero se gastará “donde lo necesitemos”.

Hace semanas Irán dijo que los cinco iraníes-estadounidenses habían sido trasladados de prisión a arresto domiciliario como parte de una medida de fomento de la confianza.

El canje se ha desarrollado en medio de una importante concentración militar estadounidense en el Golfo Pérsico, con la posibilidad de que tropas estadounidenses aborden y vigilen buques comerciales en el estrecho de Ormuz, por donde pasa el 20% de todos los envíos de petróleo.

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El acuerdo también ha provocado nuevas críticas al presidente Biden, por parte de republicanos y otros sectores que afirman que la Administración está ayudando a impulsar la economía iraní en un momento en el que Irán representa una amenaza creciente para las tropas estadounidenses y sus aliados en Oriente Próximo. Esto también podría tener implicaciones en su campaña de reelección.

¿Quiénes son los prisioneros liberados?

Uno de los estadounidenses, Siamak Namazi, de 51 años, llevaba casi ocho años encarcelado en Irán, más tiempo que cualquiera de los demás detenidos estadounidenses. Graduado en el instituto White Plains de Nueva York y consultor de negocios graduado en las universidades de Tufts y Rutgers, fue detenido en 2015 y condenado por espionaje en un juicio que solo duró unas horas. Su padre, Baquer Namazi, fue detenido en 2016 cuando viajó a Irán para visitar a su hijo. El mayor de los Namazi fue puesto en libertad el año pasado.

Emad Shargi, de 59 años, un empresario de origen iraní de Washington D.C., que se trasladó a Estados Unidos de joven, fue detenido en abril de 2018. Fue liberado bajo fianza y absuelto de todos los cargos en diciembre de 2019, pero las autoridades iraníes se negaron a devolverle el pasaporte. Fue acusado de nuevo en 2020 y declarado culpable de cargos de espionaje sin juicio previo.

Morad Tahbaz, estadounidense de origen iraní de 67 años que también tiene nacionalidad británica, fue detenido en enero de 2018 y condenado por espionaje en 2019.

Tahbaz formaba parte de un grupo de activistas medioambientales que realizaban investigaciones sobre la población de guepardos iraníes, en peligro de extinción.

Funcionarios estadounidenses dicen que las familias de los otros dos estadounidenses liberados solicitaron que sus nombres se mantuvieran en privado.

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Los grupos de derechos humanos afirman que Irán lleva décadas tomando rehenes y utilizando a prisioneros extranjeros como instrumento para influir en otros gobiernos. Los grupos de derechos humanos también afirman que las acusaciones de espionaje contra los prisioneros estadounidenses carecen de fundamento.

Irán niega la acusación y afirma que todos los presos son tratados de acuerdo con las leyes del país.

Los cinco presos que Irán ha dicho que busca están detenidos en su mayoría por intentar supuestamente exportar material prohibido a Irán, como aparatos electrónicos de doble uso que pueden ser utilizados por un ejército.

El dinero en efectivo es de una deuda que Corea del Sur tenía con Irán —pero que aún no había pagado— por petróleo comprado antes de que Estados Unidos impusiera sanciones a ese tipo de transacciones en 2019.

Estados Unidos sostiene que, una vez en Catar, el dinero se mantendrá en cuentas restringidas y solo podrá utilizarse para bienes humanitarios, como medicinas y alimentos. Esas transacciones están permitidas actualmente en virtud de las sanciones estadounidenses dirigidas a la República Islámica por el avance de su programa nuclear.

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Funcionarios del Gobierno iraní han coincidido en gran medida con esa explicación, aunque algunos partidarios de la línea dura han insistido, sin aportar pruebas, en que no habría restricciones sobre la forma en que Teherán gastará el dinero.

Irán y Estados Unidos tienen un historial de intercambio de prisioneros que se remonta a la toma de la embajada estadounidense en 1979 y a la crisis de los rehenes tras la Revolución Islámica. Su último intercambio importante tuvo lugar en 2016, cuando Irán llegó a un acuerdo con las potencias mundiales para restringir su programa nuclear a cambio de un alivio de las sanciones.

Cuatro cautivos estadounidenses, entre ellos el periodista del Washington Post Jason Rezaian, volaron a casa desde Irán en ese momento, y varios iraníes en Estados Unidos consiguieron su libertad. Ese mismo día, la Administración del entonces presidente Barack Obama envió por avión 400 millones de dólares en efectivo a Teherán.

Este intercambio no incluyó a dos residentes legales permanentes estadounidenses que siguen presos en Teherán. Uno de ellos, Shahab Dalili, fue detenido y encarcelado en 2016 mientras visitaba Teherán para asistir al funeral de su padre, según su familia. Su mujer y sus hijos son ciudadanos estadounidenses y viven en Virginia. Recientemente, su hijo protestó durante días frente al Departamento de Estado, exigiendo que su padre fuera incluido en el canje.

Jamshid Sharmahd, desarrollador de software residente en California, fue secuestrado en 2020 durante una escala en los Emiratos Árabes Unidos y fue trasladado a Irán, según su familia. Es ciudadano alemán y ahora se enfrenta a la pena de muerte acusado del cargo de "corrupción en la tierra". Pero su familia dice que simplemente abogaba por la democracia en Irán.

Con información de The Associated Press y NBC News