El rey Carlos III regresó el martes a sus deberes públicos, al visitar una organización benéfica para el tratamiento del cáncer y comenzando así su regreso gestionado de manera cuidados, después de su propio diagnóstico de cáncer que lo alejó durante tres meses.
Se trató del primer acto público oficial del monarca desde el 6 de febrero, cuando el Palacio de Buckingham anunció que se tomaría un descanso de sus obligaciones públicas para centrarse en su tratamiento contra un tipo de cáncer no revelado.
Será la primera de varias apariciones públicas del monarca en las próximas semanas, mientras se prepara para recibir en junio al emperador y la emperatriz de Japón.
No está claro a cuántos de los actos reales tradicionales del verano, incluido el desfile formal de cumpleaños del rey y las carreras de caballos en Royal Ascot, asistirá mientras continúa su tratamiento. El palacio precisó la semana pasada que los médicos estaban “muy animados” por su progreso, pero que su agenda se ajustaría según fuera necesario para priorizar su recuperación.
Por el momento, la comparecencia del martes brindó al rey otra oportunidad para concientizar sobre los beneficios del diagnóstico a tiempo y el tratamiento del cáncer, así como otros problemas de salud, tal como lo ha hecho en los últimos meses.
A diferencia de la mayoría de los miembros de la realeza que le precedieron, el monarca optó por revelar públicamente detalles sobre su salud cuando se sometió por primera vez a un tratamiento para el agrandamiento de la próstata y después cuando se le diagnosticó cáncer. Esta decisión le sirvió para concientizar sobre estos temas.
Según el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra, el número de personas que solicitan asesoramiento sobre problemas de próstata se multiplicó por 11 en las semanas posteriores al anuncio del rey sobre someterse a tratamiento.