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Caso Gabriel Fernández: retiran los cargos por negligencia a los trabajadores sociales vinculados a su muerte

El niño de 8 años fue asesinado y torturado hasta la muerte por su madre y el novio de esta en 2013. Cuatro trabajadores sociales fueron acusados de negligencia criminal. Este jueves, siete años después del brutal asesinato de Gabriel, los cargos en contra de estos fueron retirados.
Gabriel Fernández.
Gabriel Fernández, de 8 años, murió a consecuencia de la tortura que le propinaban su madre y el novio de esta.J. EMILIO FLORES / LA OPINIÓN
/ Source: Telemundo

Gabriel Fernández tenía 8 años cuando fue asesinado y torturado hasta la muerte por su madre y el novio de esta en 2013. Antes del terrible suceso fue víctima de múltiples torturas: lo golpeaban, lo dejaban mucho tiempo sin comer, lo encerraban en un armario, incluso le dispararon con una pistola de aire comprimido y hasta lo golpearon con un bate en los dientes.

Pero a la tortura que sufrió Gabriel, de Palmdale, California, por parte de sus padres se suma la presunta negligencia por parte de cuatro trabajadores sociales que quedarán libres este jueves de los cargos con los que fueron acusados en el manejo de este caso que conmocionó al sur de California.

Gabriel murió en mayo de 2013. Murió por traumatismo y negligencia, según la oficina del forense. Su cuerpo presentaba una fractura de cráneo, costillas rotas y quemaduras en todo el cuerpo.

Las trabajadoras Stefanie Rodríguez, Patricia Clement, y sus supervisores Kevin Bom y Gregory Merritt fueron acusados cada uno de un delito grave de abuso infantil y de un delito grave de falsificación de registros públicos, en 2016, luego de la muerte del niño.

Manejaron mal las pruebas de abuso que el menor enfrentó a manos de sus torturadores y pasaron por alto repetidas señales de alerta, alegaron los fiscales. Por ello, fueron acusados ​​de negligencia criminal.

Pero este jueves, siete años después del brutal asesinato de Gabriel, los cargos de delitos graves en contra de los trabajadores sociales fueron retirados por la Corte Superior del condado de Los Ángeles, tras la determinación tomada por una corte de apelaciones.

"Respetamos la decisión de la corte. Con los años, hemos tomado medidas significativas para mitigar el riesgo y mejorar nuestra capacidad en todo el condado para servir mejor a niños y familias vulnerables y como departamento, seguimos comprometidos a garantizar que la reforma continúe", declaró el Departamento de Niños y Familias del Estado (DCFS, por sus siglas en inglés) tras el cierre del caso.

El juez de la Corte Superior del condado de Los Ángeles, George Lomeli, había establecido la responsabilidad de la madre del menor, Pearl Sinthia Fernández, de 37 años, y su novio Isauro Aguirre, de 39.

"No hace falta decir que la conducta fue horrenda e inhumana. Va más allá de lo animal porque los animales saben cómo cuidar a sus crías", fue su argumento contra Fernández, quien fue condenada a cadena perpetua por su participación en su muerte.

El juez Lomeli rechazó hace dos años una moción para desestimar los cargos en contra de los trabajadores sociales por haber mostrado “un respeto impropio por la vida humana" y "una falta de vigilancia".

Pero en enero, un panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones del 2º Distrito aseguró que Lomeli debería haber concedido dicha moción.

En su fallo del 6 de enero, el panel encontró que Rodríguez, Clement, Bom y Merritt "nunca tuvieron el deber requerido de controlar a los abusadores y no tuvieron cuidado o custodia de Gabriel" en cuanto al cargo de abuso infantil en contra de ellos y que no eran "oficiales" en el sentido que implica la sección del Código de Gobierno en cuanto a la falsificación de registros públicos.

Jennifer García, que fue maestra de Gabriel, denunció varias veces la situación ante el DCFS, sin ver que se tomara ninguna medida.

La profesora hizo la primera llamada denunciando que el pequeño sufría abusos durante más de seis meses antes de que muriera, declaró, cuando el propio Gabriel le contó que su madre le había pegado con la hebilla de un cinturón y le había hecho sangrar, y le preguntó si eso era “normal”.

Un mes después de esto, Gabriel llegó a clase con heridas en la cabeza y mechones de pelo cortados, y contó a García que su madre le había dado un puñetazo en la cara. Su profesora llamó de nuevo al DCFS, pero “a medida que pasaba el tiempo y aparecían nuevas heridas, empecé a sentir que nada estaba pasando [con el caso]”.

En enero de 2013, el pequeño llegó a la escuela con moretones por todo el rostro y le confesó a su profesora que su madre le había disparado en la cara con una pistola de balines mientras hacía ejercicio.

El 24 de mayo de 2013 Gabriel falleció.

Con información de Los Angeles Times y Telemundo 52.

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