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Del Capitolio a la política local: así cambió el extremismo en EE.UU. tras el 6 de enero

Los grupos radicales han resurgido tratando de imponer sus ideas en las juntas escolares y otros órganos locales: “Vamos a recuperar esto pueblo por pueblo”, dice Steve Bannon.

Por Brandy Zadrozny y Ben Collins - NBC News

Denise Aguilar estuvo en Washington el pasado 6 de enero: figuraba como oradora en el escenario de Health Freedom, uno de los muchos eventos que se desarrollaron horas antes de que un amplio grupo de movimientos de extrema derecha y de partidarios de Donald Trump asaltaran el Capitolio federal.

Poco después de los disturbios, Aguilar aseguró, en un video que fue eliminado de la red social Instagram: “Asaltamos el Capitolio y los patriotas rompieron las puertas”, “estamos reclamando nuestros estados”. Ese día, Aguilar llamó a la “revolución”.

Casi un año después, reapareció con otro tono en un evento un poco más discreto: una reunión de la junta escolar en el condado californiano de San Joaquin, al sur de Sacramento. Esa tarde, se estaba evaluando el mandato sobre las vacunas contra el COVID-19 para los estudiantes del distrito y ella estaba ahí para alzar su voz contra las orientaciones gubernamentales.

El vuelco de lo nacional a lo local tiene un propósito.

Los grupos extremistas en Estados Unidos han resurgido en los últimos meses tras un periodo de calma luego del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.
Los grupos extremistas en Estados Unidos han resurgido en los últimos meses tras un periodo de calma luego del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.Chelsea Stahl / NBC News | Getty Images

“Entendimos que ir al Capitolio y trabajar en esa parte en particular no haría nada porque esos legisladores ya han tomado sus decisiones”, dijo Aguilar a NBC News al salir de la reunión en la ciudad de Stockton en diciembre.

“Se trata de la legislación local, tus distritos escolares locales, la Junta de Supervisores del Ayuntamiento”, indicó. “Esta gente vive en nuestra comunidad. Trabajan aquí y tendrán que darnos la cara todos los días”, apuntó.

Esta gente vive en nuestra comunidad. Trabajan aquí y tendrán que darnos la cara todos los días”

Denise Aguilar,  INTEGRANTE DE UNA MILICIA

El cambio de enfoque de Aguilar es una señal de una transformación más amplia en la mayoría de los grupos extremistas que participaron en asalto al Capitolio el 6 de enero.

Tras una pausa, movimientos como Mamalitia, la milicia integrada por mujeres a la que pertenece Aguilar, entre otros, se centran hoy en la política local, principalmente en juntas escolares y juntas de salud de sus condados, donde han encontrado éxito oponiéndose a todo, desde medidas de mitigación del COVID-19 hasta propuestas para el currículum de escuelas públicas.

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En meses recientes, tratando de conseguir cambios a nivel local, han resurgido grupos extremistas domésticos que van desde el movimiento conspirativo QAnon, los Proud Boys hasta milicias y reconocidos nacionalistas blancos.

Pero no solo es la estrategia la que ha cambiado. La mayoría de estos grupos de extrema derecha también han adaptado sus estructuras y la forma de comunicarse, reveló un futuro informe del Digital Forensic Research Lab en el Atlantic Council, un centro de estudios sin ánimo de lucro.

Ese análisis, que rastreó extremismo violento nacional y violencia política desde el 6 de enero a través de reportes en los medios y redes extremistas conocidas, halló que, pese a un declive inicial, estos movimientos han evolucionado y resurgido, motivando acciones locales mientras reclutan y esparcen sus mensajes en debates de guerra cultural que incluyen vacunas, raza y educación.

“El panorama de extremismo doméstico fue afectado por el 6 de enero”, aseguró Jared Holt, miembro del Digital Forensic Research Lab y autor del nuevo reporte. “Pero el extremismo es dinámico y fluido. Siempre trata de adaptarse para encajar en el recipiente que lo contiene”, explicó.

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En el evento en la ciudad de Stockton, Aguilar habló afuera con un megáfono y, adentro, tomó el micrófono y alentó a la junta a que “retaran los mandatos estatales”.

Inmediatamente, Aguilar fue seguida por otros dos padres quienes alegaron que la radiación de la radiofrecuencia de las computadoras que se usaron para las lecciones virtuales envenenaron a sus hijos causándoles síndrome de la Habana, un misterioso malestar cerebral reportado por varios diplomáticos y oficiales de los servicios de inteligencia de Estados Unidos.

Minutos después, la Junta de Educación acordó oponerse al aún pendiente mandato de vacunación. Los manifestantes dieron una ovación a la junta escolar.

Enfoque local

Tras su fallido intento de revocar lo que percibieron como una elección presidencial fraudulenta, los extremistas se han replegado.

Estos movimientos enfrentaron “una masiva crisis de relaciones públicas”, indicó Holt.

“Muchos de estos movimientos pasaron el 2020 incrementando su visibilidad, formando sus filas, yendo a los mitines conservadores en los Capitolios estatales, oponiéndose durante el verano a los manifestantes contra la injusticia racial y mostrándose activos durante la elección que le siguió. Todo ese impulso se esfumó rápidamente”, explicó. 

Después empezaron los arrestos. Más de 700 personas han sido acusadas por delitos presuntamente cometidos el 6 de enero en el Capitolio. Muchos de los detenidos han sido vinculados, por la fiscalía, investigadores y periodistas, a grupos extremistas como los Proud Boys, QAnon, las milicias Oath Keepers y Three Percenters, así como a supremacistas blancos.

Pero para la primavera había llamados internos a reenfocarse.

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Steve Bannon, exasesor de Trump e impulsor de los mitines del 6 de enero Stop the Steal, pidió a los seguidores de su movimiento de nacionalismo de extrema derecha que se involucraran en las políticas locales.

“Vamos a recuperar esto pueblo por pueblo”, instruyó en mayo a los oyentes de su podcast. Una investigación de la agencia de noticias Propublica descubrió un inusual aumento de los funcionarios del partido a nivel local tras el mitin de Bannon.

Este cambio permitió a los grupos extremistas “evadir el escrutinio, la vigilancia y la atención que tal vez hubieran recibido al operar a nivel nacional”, afirmó Holt. 

Aunque los extremistas están menos dispuestos a comunicar sus actividades de lo que lo estaban en años recientes, reportes de noticias han documentado algunos de sus esfuerzos, particularmente el acoso a funcionarios y la interrupción a los gobiernos locales.

Las escuelas públicas en Vancouver, Oregon, cerraron en septiembre después que el grupo de extrema derecha Patriot Prayer, conocido en noreste del Pacífico por atacar a oponentes políticos en violentos mitines a favor de Trump en la ciudad de Portland, desataron el rumor de que un niño fue arrestado por negarse a usar mascarilla.

Vamos a recuperar esto pueblo por pueblo"

Steve Bannon,  EXASESOR DE TRUMP

La falsa afirmación fue amplificada por los miembros de los Proud Boys lo que resultó en una protesta anti mascarillas afuera de una escuela secundaria.

En octubre, más de una docena de “enojados y agitados” integrantes de United American Defense Force, una milicia de Colorado, se presentaron en una reunión de la junta escolar para oponerse a los mandatos sobre los cubrebocas.

Cambiar los mensajes

No es solo el público, el mensaje también ha cambiado. 

“Muchos de estos incidentes siguen ocurriendo cerca de las principales áreas metropolitanas, de las zonas de gran población, pero los objetivos ya no son causas nacionales”, dijo Holt. 

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Durante el verano, los seguidores de QAnon modificaron su creencia de que Donald Trump era su salvador para incluirse a sí mismos como parte de un plan para rescatar al mundo. En los populares foros de QAnon, las personas influyentes instaron a sus seguidores a participar en los comités, consejos escolares y a presentarse a las elecciones a cualquier nivel. Además de actuar como músculo para las concentraciones antivacunas en Nueva York y Los Ángeles, los Proud Boys han sido una presencia intimidatoria en las escuelas.

En noviembre, 10 miembros del grupo asistieron a una reunión del consejo escolar en los suburbios de Illinois para protestar contra un libro de temática LGBTQ en su biblioteca. Se burlaron de los estudiantes que acudieron a apoyarlo y los llamaron “pedófilos”, reportó el diario local Chicago Sun-Times. 

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“Si nuestra presencia aumenta la presión y hace que nos convirtamos en una distracción para llevar a cabo los asuntos y que simplemente cambien el mandato de las mascarillas para que nos vayamos, eso es una victoria”, aseguró en noviembre a un reportero local uno de los miembros de Cape Fear Proud Boys en Carolina del Norte.

Fuera de la vista y en internet

Los esfuerzos por organizar actos tras el 6 de enero fueron rápidamente rechazados una vez que empezaron las detenciones. Así que, en lugar de concentrarse en el Capitolio o en sus sedes estatales, la extrema derecha volvió al internet. 

“No es necesario celebrar un acto cada fin de semana para mantener una de estas comunidades”, explicó Megan Squire, investigadora principal de análisis de datos en el Southern Poverty Law Center, que hace un seguimiento al extremismo en internet. “Se puede alimentar una comunidad en línea”, agregó.

Después del 6 de enero, varias plataformas y empresas de infraestructura digital, algunas de estas ya habían prohibido a varios grupos implicados en el asalto, tomaron medidas. 

Los extremistas reaccionaron mudándose a espacios alternativos sin moderación que les permiten transmitir sus mensajes y ganar dinero mientras lo hacen.

“Hay millones de sitios que ofrecen streaming y la mayoría están monetizados”, explicó Squire. 

Dejar las plataformas masivas también le ha dado a los extremistas una razón para unirse.

El foro TheDonald, que salió del sitio Reddit para convertirse en un portal independiente que albergó el contenido más violento a favor de Trump, incluyendo planes específicos para penetrar el Capitolio, solo ha crecido en el último año. Se relanzó bajo patriots.win y se expandió para hospedar a nuevas comunidades de extrema derecha que han sido expulsadas de Reddit, según el informe de Digital Forensic Research Lab. 

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Algunos como Mike Lindell, propietario de una compañía de almohadas y fundador de los mitines Stop the Steal, creó su propio espacio en línea.

Nick Fuentes, un nacionalista blanco influyente de 22 años que pidió a sus seguidores reunirse en la Freedom Plaza el 6 de enero para “tomar su país a la fuerza”, abrió su servicio de streaming tras ser echado del servicio de transmisión en vivo DLive, que usaba antes del asalto al Capitolio. 

“Regresamos”, anunció Fuentes en una transmisión en octubre desde su nueva plataforma. “No podemos ser censurados. No nos pueden expulsar. Todos estamos aquí”, aseveró.

"Las toxinas siguen ahí"

El Gobierno está tomando más en serio la amenaza del extremismo interno. 

Un comité especial de la Cámara de Representantes investiga el ataque al Capitolio y el presidente, Joe Biden, estableció una estrategia nacional que dedica 100 millones de dólares al Departamento de Justicia para investigar esta amenaza.

Grupos nacionalistas blancos empiezan a resurgir planeando eventos a gran escala que habían cesado tras el letal mitín en 2017 Unite the Right en Charlottesville, Virginia. 

“Nuestras demostraciones son una exhibición de nuestra capacidad unificada de organizarnos y mostrar nuestra fuerza”, aseguró Thomas Ryan Rousseau, fundador del grupo nacionalista blanco Patriot Front.

El incidente en vehículo en el que seis personas murieron y más de 60 resultaron heridas durante un desfile en la ciudad de Waukesha, Wisconsin, ha animado a grupos y movimientos nacionalistas blancos que buscan actos motivados por la raza para incitar a la violencia y división.

“Estas comunidades extremistas pueden ir y venir e incluso alcanzar su límite pero no se van a desintegrar”, aseguró Brian Levin, director del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo en California State University, en la ciudad de San Bernardino. 

“Es como golpear el mercurio con un martillo. La distribución y el tamaño variará pero las toxinas siguen ahí”, apuntó.