Por Kevin Breuninger - CNBC
Zapatillas deportivas. Perfumes. Tarjetas coleccionables. Biblias.
Éstos son sólo algunos de los productos que Donald Trump promociona en su campaña para derrotar al presidente, Joe Biden.
Los artículos se suman a un extenso catálogo de productos con la marca Trump, desde filetes hasta velas perfumadas, que el empresario convertido en presidente ha ido licenciando a lo largo de los años.
Pero a medida que las arcas de su campaña se reducen y su fortuna se ve amenazada, Trump –quien nunca ha separado por completo su carrera política de la financiera– está mezclando activamente sus negocios con su candidatura a la Casa Blanca.
“No hay precedentes de este nivel” de actividad empresarial durante una campaña presidencial, declaró a CNBC Lawrence Lessig, profesor de la Facultad de Derecho de Harvard, aunque “la tendencia se ha ido consolidando durante muchos años”.
Brendan Fischer, subdirector ejecutivo Documented, una organización supervisora de la presencia de dinero en la política, se mostró de acuerdo.
“No se me ocurre ningún otro ejemplo moderno de un candidato presidencial que promocione una serie de productos bienes para su beneficio privado”, afirmó.
Para un candidato normal, esa actividad podría desencadenar una investigación sobre la financiación de su campaña, pero es probable que no ocurra en el caso de Trump, quien ha estado vendiendo productos con su marca mucho antes de entrar en la política, amplió Fischer.
“Trump es un caso único”, recalcó.
Esa singularidad se puso de manifiesto el pasado martes, cuando Trump presentó su última promoción: una Biblia por 60 dólares que incluye copias de los documentos fundacionales de la nación, junto con la letra de la exitosa canción de la estrella de la música country Lee Greenwood: God Bless the U.S.A.
La canción de Greenwood, quien se ha asociado con Trump para promocionar el costoso sagrado libro, es un tema habitual en los mítines de campaña del virtual candidato republicano.
Trump hizo aún más explícita la conexión de la campaña en un video en el que anunciaba la venta del libro, y advertía que los derechos de los estadounidenses están amenazados: “Vamos a conseguir darle la vuelta [a esta situación]”. También invocó varias veces su lema de campaña, Make America Great Again.
No está claro cuánto dinero gana Trump con la Biblia –recibe derechos de autor por su venta, según dijo a The New York Times una persona familiarizada con el acuerdo–, pero lo que obtenga irá a parar a su billetera.
La página de internet que promociona la Biblia afirma que no tiene ningún vínculo con la campaña de Trump. En cambio, utiliza el nombre y la imagen de Trump bajo una licencia pagada de una empresa llamada CIC Ventures LLC.
En la declaración del estado financiero de Trump en 2023 se le califica de “gerente, presidente, secretario y tesorero” de CIC Ventures, y se indica que es el único propietario de la empresa. Trump ha ganado más de 5 millones de dólares por conferencias mediante la empresa, según el reporte. Los registros de negocios de Florida muestran que la dirección de CIC es la misma que la del club de golf de Trump en West Palm Beach, Florida.
Lessig señaló que los movimientos empresariales de Trump no parecen violar las normas éticas o financieras de la campaña.
“No creo que haya ningún problema ético en ello, siempre y cuando se cumplan los requisitos de información adecuados”, señaló.
“Es muy posible que haya un problema estratégico o de marca en ello, pero eso es lo mismo que con cualquier discurso político”, añadió.
Un portavoz de la campaña de Trump no respondió inmediatamente a una petición de comentarios de CNBC.
El apoyo bíblico de Trump se produjo durante la Semana Santa, el período previo a la Pascua y un tiempo sagrado para los cristianos. También tuvo lugar menos de seis semanas después de que el expresidente viajara a una convención de zapatillas deportivas en Philadelphia para lanzar su propia línea de tenis.