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"Esto es un ejemplo del futuro": cómo la Convención Nacional Demócrata cambiará las convenciones de ahora en adelante

Las imágenes de escenarios vacíos y delegados usando mascarilla por el coronavirus parecían de un cuento de ciencia ficción, pero el formato virtual fue oportunidad también para acercar el evento a cualquiera con una conexión de internet, en una nueva era marcada por el aislamiento. Las convenciones ya no serán las mismas.
/ Source: Telemundo

Por un momento, la escena parecía familiar. Joe Biden se dirigía a la cámara con mirada profunda y gestos breves, finalmente pronunciando el discurso para el que se preparó durante medio siglo de trabajo político. Al fondo las banderas estadounidenses eran el escenario perfecto, mientras él decía: “Aquí y ahora les doy mi palabra: si me confían la presidencia, recurriré a lo mejor de nosotros, no a lo peor. Seré un aliado de la luz, no de la oscuridad”.

Sin embargo, no hubo una descarga de aplausos atronadores, ni lluvia de globos y confeti o abrazos masivos, de hecho, las multitudes que físicamente suelen vitorear a los candidatos estadounidenses a la presidencia estuvieron ausentes de la Convención Nacional Demócrata que se desarrolló en una sala vacía del Chase Center en Wilmington, Delaware.

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Como en una fábula de ciencia ficción, salida de la mente del escritor británico George Orwell, el candidato demócrata estuvo rodeado de pantallas que lo mostraban ante sus simpatizantes y le mostraban a él a sus electores, que aplaudían y sonreían con pancartas. Era la política entrando al universo de las series de ciencia ficción como Black Mirror o La dimensión desconocida.

Un momento de la tercera noche de la convención demócrata. En el centro, la candidata vicepresidenta Kamala Harris.
Un momento de la tercera noche de la convención demócrata. En el centro, la candidata vicepresidenta Kamala Harris.AP / AP

Fue la demostración más patente del imperio de la biología, por encima de cualquier aspiración humana, el reflejo de una época moldeada por el coronavirus que solo en Estados Unidos ha provocado más de 5,579,000 contagios superando la barrera de las 174,000 muertes.

La fórmula demócrata de Biden y Kamala Harris, a diferencia de sus contrapartes republicanas, demostró el respeto que sienten por los virus manteniendo siempre las medidas de distancia social y usando mascarillas durante un evento de cuatro días que estuvo cuidadosamente diseñado para la era de las redes sociales.

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Si la Convención Republicana de 1968, donde Richard Nixon ganó la nominación, fue el evento que introdujo a los mítines políticos en el reino de la televisión, esta convención marcó la consagración de otro tipo de interacción entre los líderes y ciudadanos. Aunque cumplió con su cuota de show televisivo con las actuaciones de Maggie Rogers, Billie Eilish y Billy Porter, entre otros, se notó el cambio de mentalidad en el programa planificado.

El baño de masas que nutre a los candidatos y emociona a los electores experimentó una mutación más: hizo la transición a una virtualidad que, pese a las advertencias de las voces de los malos presagios, era una evolución natural que implica la vital conexión con un electorado que, cada vez más, vive a través de las redes sociales.

El mismo Biden, quien en meses recientes fue criticado por su estrategia digital y la falta de carisma que muestra en sus intervenciones, lo admitió al declarar: “Dudo que alguna vez volvamos a las convenciones que organizábamos en el pasado. Esto es un ejemplo del futuro”.

El duelo en redes

Uno de los grandes aciertos de los organizadores demócratas fue diseñar un espacio mediático para que los millones de estadounidenses afectados por los estragos del coronavirus pudieran compartir sus penas.

Los eventos del lunes incluyeron un segmento llamado ‘In Memoriam’ en el que se transmitieron secuencias de personas en sus casas, sin sonido, compartiendo su duelo con diversos actos, mientras sonaba ‘I Remember Everything’, una canción de John Prine, quien murió de COVID-19 en abril.

“El coronavirus ha dejado en claro que hay dos Estados Unidos: el país donde vive Donald Trump y el país en el que murió mi padre”, dijo Kristin Urquiza, quien perdió a su padre por el COVID-19. Él había votado por Trump.

La aceptación de la enorme encrucijada que atraviesa el país marcó el discurso que Biden pronunció el jueves. Difícilmente otro líder político de Occidente posee un historial de duras pérdidas familiares como el suyo: dos hijos y su primera esposa.

“Sé lo que se siente perder a alguien a quien amas. Conozco ese profundo agujero negro que se abre en tu pecho (...) Sé lo mezquina, cruel e injusta que puede ser a veces la vida”, dijo en uno de los momentos más recordados de su intervención que fue ampliamente comentada en redes.

El pase de lista

Como en cada convención, los delegados de los 50 estados y siete territorios de Estados Unidos nominaron al candidato presidencial demócrata. En otras ocasiones solía ser un momento predecible en el que, durante unos pocos minutos, cada líder tenía la oportunidad de resaltar las cualidades de la persona que apoyan para la presidencia. El peso de cada intervención era retórico, una apuesta total por el lenguaje con el fin de conmover, generar empatía y emocionar.

En esta ocasión, los políticos vieron como una ventaja su ausencia en la convención y decidieron grabar videos mostrando lo mejor de sus estados logrando una conexión instantánea con un electorado abatido por la crisis del COVID-19. En retrospectiva fue un total acierto que generó grandes reacciones en las redes, momentos conmovedores y, por supuesto, burlas y memes.

Para muchos fue conmovedor ver a representantes como Terri Sewell, de Alabama, recordando al recientemente fallecido John Lewis, desde el puente Edmund Pettus en Selma, donde ese líder demócrata marchó en 1965 para exigir el derecho al voto; al activista Howard Chou en el majestuoso parque Red Rocks de Colorado; y al delegado Carmelo Ríos de Puerto Rico quien, de manera contundente y en español, dijo: “Los puertorriqueños somos ciudadanos estadounidenses, algo que Donald Trump parece haber olvidado en los momentos más difíciles que enfrentó nuestra isla”. 

Sin embargo, la intervención que se volvió viral y que quizá sea la más inolvidable —por la cantidad de memes y bromas que ha generado— fue el video del representante Joseph McNamara, por Rhode Island, quien con el mar de Iggy’s Boardwalk al fondo, pronunció su nominación acompañado por un chef ejecutivo que cargaba una gran bandeja de calamares fritos.

El universo técnico

A pesar de las críticas por los bajos ratings de algunas jornadas, quizá esta manera tradicional de la televisión de medir el éxito de un evento no sea la manera más idónea para medir el de esta convención virtual.

Más que un programa se trató de una experiencia mediática, en la que sus diversas expresiones en plataformas de transmisión, medios convencionales y redes sociales conforman una apuesta por interactuar con los votantes de una nación que, ciertamente está en crisis, pero sigue siendo un país sumamente interconectado.

Ante tamaño reto, hay que destacar la importancia de los 13,500 trabajadores de empresas tecnológicas como Facebook, Google, Netflix y Disney que se ofrecieron como voluntarios en su tiempo libre para ayudar a los candidatos demócratas, a nivel estatal, con herramientas digitales y de mercadotecnia social. La mayoría pertenece a Tech for Campaigns, un grupo fundado en 2018 que ha trabajado en 468 proyectos relacionados con las elecciones.

Una distancia inclusiva

Aunque suene paradójico, este evento signado por la distancia física y las participaciones telemáticas permitió la participación de líderes, voceros, activistas y miembros del Partido Demócrata pertenecientes a los más diversos espectros económicos y minorías sociales.

Además, la ausencia de una multitud enorme que despersonaliza a los simpatizantes en una masa rugiente fue sustituida por breves apariciones de personas que, efectivamente, podían ser identificadas de manera más clara por los televidentes.

La singularidad de esas interacciones fue menos frenética, pero le dio al evento un toque cálido, personal y casi casero, en una época donde millones de personas se comunican con sus seres queridos y compañeros de trabajo a través de las cámaras debido al confinamiento.

“Sin Joe Biden yo no estaría aquí hablando con ustedes”, dijo Brayden Harrington, un joven de 13 años que conoció al candidato durante las elecciones primarias demócratas. “Me dijo que éramos miembros del mismo equipo: los dos tartamudeamos”, dijo en un emotivo video que se volvió viral.

Aunque estas reuniones políticas suelen apelar a la inclusión pero, finalmente, son manejadas por los pequeños grupos de poder, la Convención Nacional Demócrata logró proyectar una ilusión de cercanía en una época determinada por el mayor distanciamiento social que se ha visto en generaciones.