Por Mike Memoli y Marianna Sotomayor - NBC News
WILMINGTON, Delaware. – Era probablemente uno de los momentos más bajos de la campaña de Joe Biden y todos estaban exhaustos.
Después de un humilde cuarto lugar en los caucus de Iowa y un vuelo nocturno a New Hampshire —donde las cosas no prometían ir mucho mejor—, lo único que impedía que el propio Biden y su equipo de prensa disfrutaran de un sueño desesperadamente necesario era una pequeña reunión municipal con un sindicato en la ciudad de Concord.
Fue allí donde Joe conoció a Brayden.
Owen Harrington llevó a su hijo al evento, con la esperanza de proporcionarle una importante lección de vida: este hombre que había luchado contra la tartamudez en su infancia se convirtió en vicepresidente de Estados Unidos y, quizás, pronto sería presidente.
Y como es New Hampshire, Brayden Harrington, quien entonces tenía 12 años, no solo tuvo la oportunidad de escucharlo hablar, sino también de conocerlo cuando el evento finalizó.
No había una gran multitud, y el personal de Biden esperaba apresurar el evento para poner así final a los dos largos días que habían tenido. Pero la conversación no terminaría rápidamente, una vez que Owen Harrington le presentó a su hijo a Biden.
"Estamos aquí porque él es tartamudo y quería escucharte hablar", le dijo Owen a Biden.
Biden lo abrazó y luego se inclinó para decirle: "No dejes que eso te defina. Eres terriblemente listo. Realmente lo eres. Lo tienes bajo control".
Entonces Biden pidió su número de teléfono.
“Puedo decirles lo que yo solía hacer y cómo lo hacía”, dijo, y agregó que aún mantiene contacto con más de dos docenas de personas tartamudas.
“Tomó mucha práctica, pero te lo prometo. Te lo prometo, puedes hacerlo”, dijo Biden, abrazando a Brayden. Biden actuó como su madre, ofreciéndole al niño la misma confianza que ella le daba cuando él pasaba dificultades para hablar. "Eres guapo. Eres inteligente. Eres un buen chico. Lo digo en serio", añadió.
Biden tomó la mano del niño, mientras este lloraba al escuchar cómo ambos tenían una experiencia compartida sobre la tartamudez.
“Yo sé lo que son los bullies. Tú sabes lo que son los bullies, los niños que se burlan. Eso va a cambiar, cariño. Te lo prometo”, dijo Biden.
Unos minutos después, el asistente de Biden lo instó a continuar saludando a los votantes que faltaban y dar por terminado el día. En cambio, el exvicepresidente invitó a los Harrington a detrás de bastidores para que pudieran pasar más tiempo juntos.
Los reporteros, que esperaron a Biden durante más de 45 minutos, se trasladaron al aire libre a temperaturas bajo cero, preguntándose por qué el candidato se demoraba mucho más de lo habitual.
"Lo único que tenía era tiempo”, recuerda un asistente.
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Ningún miembro del personal de Biden puede decir mucho más sobre esa conversación, porque durante más de media hora estuvieron ellos tres solo en la cocina de un salón sindical mientras el resto de esa pequeña multitud y los reporteros esperaban una oportunidad para hacerle más preguntas.
El encuentro de Biden con este niño tartamudo propició uno de los momentos más emotivos del día final de la Convención Nacional Demócrata.
"Me dijo que éramos miembros del mismo club", dijo Brayden al país este jueves por la noche, "me mostró cómo marca sus discursos para que sean más fáciles de decir en voz alta. Entonces, hice lo mismo hoy".
Esa reunión no fue la última que tuvieron en New Hampshire.
El personal de Biden, bajo su dirección, pidió a los Harrington que intentaran encontrar tiempo para reunirse con él nuevamente antes de las primarias del 11 de febrero y poder hablar más.
Esa oportunidad llegó casi una semana después en una parada matutina en Gilford. Al terminar su media hora de comentarios, Biden destacó a Brayden entre la multitud, y le dio crédito por tener más "coraje y decencia en su dedo meñique que Trump en todo su cuerpo".
Biden también habló sobre el consejo que le dio a Brayden durante un town hall de la cadena CNN esa semana, cómo trabajó para superar su tartamudez de una manera similar al rey Jorge VI (un momento famoso retratado en la película El discurso del rey) marcando sus discursos con barras para separar las palabras y los sonidos.
“Lo que les muestro a estos jóvenes con los que todavía trabajo es que, de hecho, es de vital importancia que no se juzguen a sí mismos por la forma en que hablan. Que no dejen que eso los defina”, dijo, “no tiene nada que ver con tu coeficiente intelectual”.
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Como Brayden dijo este jueves en la noche, esa conversación le ofreció más tiempo para compartir sus consejos sobre cómo combatir la tartamudez. Le mostró un libro de poesía similar al que Biden solía leer en el espejo mientras luchaba contra lo mismo.
Sin hacer nunca una conexión explícita, la campaña de Biden ofreció un fuerte contraste con el presidente Donald Trump, quien se ha burlado de las personas con discapacidades y, dijeron, no tiene comparación con el "superpoder" de Biden de la empatía y la compasión.
"Cuando era un niño, no podía juntar más de tres palabras a la vez", dijo esta semana en una entrevista exclusiva con NBC News, la cadena hermana de Noticias Telemundo, la hermana de Biden, Valerie Biden Owens.
"Pero no iba a ser definido por un bully. Y se hizo de una columna vertebral de acero. Y no será definido por este bully. Y no permitirá que tampoco sean maltratado ningún niño o niña que tartamudee o que no se parezca a nadie más, o que tenga valores diferentes".
Biden terminó el discurso más importante de su vida política citando a uno de esos poetas cuyas palabras solía practicar.
“El poeta irlandés Seamus escribió una vez: 'La historia dice que no hay esperanza de este lado de la tumba pero, una vez en la vida, la gran ola de justicia puede hacer que la esperanza y la historia rimen'. Este es nuestro momento para hacer rimar la esperanza y la historia, con pasión y propósito”, dijo Biden.