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¿Por qué están tan caros los vegetales? La falta de inmigrantes tiene parte de la culpa

Las verduras congeladas se han encarecido notablemente pese a la bajada de la inflación, y entre las causas citadas por los expertos están los obstáculos a trabajadores extranjeros.

Por Greg Iacurci - CNBC

Aunque la inflación está suavizándose tras los máximos históricos de hace un año, los precios de los vegetales congelados continúan encareciéndose: el costo promedio subió un 18% en 2022, la mayor alza de todos los comestibles, según los datos federales de junio.

Entre todos los bienes y servicios solo unos pocos, como las reparaciones de autos, las comidas escolares y la preparación de la declaración de impuestos, experimentaron una subida tan rápida en el último año. El repunte puede atribuirse a varios factores, como las fluctuaciones en inmigración, los altos costos de la mano de obra y fertilizantes, y los efectos de la guerra en Ucrania, según explicaron economistas y expertos en alimentos.

Aunque quizá el factor clave fue el inusual clima reportado en California, que es “con mucho” el mayor proveedor de frutas y vegetales frescos de Estados Unidos, aseguró Russell Tronstad, profesor y economista agrícola en la Universidad de Arizona.

El récord de lluvias “provoca varios retos”

California sufrió un diluvio de precipitaciones durante el invierno. En algunas zonas se rompieron récords de lluvias, y en la Sierra Nevada se registró la mayor acumulación de nieve de la historia.

El resultado: ríos desbordados, deslaves, inundaciones y tierras de cultivo anegadas. “Algunas zonas quedaron inundadas”, lo que redujo el suministro de hortalizas, explicó Tronstad.

California es el productor más importante de docenas de cultivos, como brócoli, coles de Bruselas, repollo, zanahoria, coliflor, berenjena, kale, lechuga, cebolla, pimiento morrón, espinaca y tomate para alimentos procesados, según el Departamento de Agricultura de California. Y es el único productor de apio y ajo.

En general, representa casi la mitad de la producción de hortalizas del país, según la Universidad Politécnica Estatal de California: sumó el 42% de las ventas totales de verduras del país en 2017, de acuerdo a los datos más recientes del Censo de Agricultura.

Las intensas lluvias “provocaron muchos desafíos” para los productores agrícolas, escribió Pam Knox, climatóloga agrícola de la Universidad de Georgia.

Por ejemplo, destruyó cultivos, retrasó los calendarios de siembra e impidió a los agricultores trabajar en el campo durante semanas.

La guerra en Ucrania y los efectos del COVID-19

Aunque el clima y su impacto negativo en el suministro de cultivos no es el único factor que ha contribuido al aumento en los precios de las verduras congeladas.

“La categoría fue afectada por diversos factores externos”, afirmó Alison Bodor, directora del Instituto de Alimentos Congelados.

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Por ejemplo, la guerra en Ucrania está limitando el suministro de materias primas como el trigo, maíz y soja, elevando los precios y esto ha dado los agricultores un “fuerte incentivo” para sembrarlos en lugar de otros (como las verduras), una dinámica que podría disminuir la oferta de vegetales, indicó Bodor.

“Los costos de cultivos básicos están relacionados y son afectados, por lo que el precio de cultivos especializados como las hortalizas también aumenta”, dijo.

A man looks at frozen foods for sale at a Dollar Store in Alhambra, Calif. on Aug. 23, 2022.
Dollar Store en California. Frederic J. Brown / AFP - Getty Images

Quienes cultivan y procesan los alimentos también deben enfrentarse a otros factores, como los elevados costos del almacenamiento frío, fertilizantes y mano de obra.

Los precios de todos los comestibles fueron presionados en la era de la pandemia de COVID-19 debido a factores adicionales como los inconvenientes en la cadena de suministro y los precios del combustible (para transportar las cosechas a las estanterías de las tiendas). En agosto de 2022 los precios de los alimentos alcanzaron una tasa de inflación anual del 14%, la más alta desde 1979. Desde entonces ha caído por debajo del 5%.

“Todavía estamos lidiando con los efectos por el COVID-19 en todo el sistema”, dijo Trey Malone, profesor y economista agrícola de la Universidad de Arkansas. “No creo que hayamos definido cuál es la nueva normalidad para las compras de alimentos por parte de los consumidores”, agregó.

El impacto de la inmigración y mano de obra

Las fluctuaciones en la inmigración también están provocando el alza en costos de mano de obra para los agricultores, explicaron economistas. Las frutas y verduras se consideran “cultivos especializados” porque su producción requiere mucho personal, pues suelen recogerse con las manos, explicó Zach Rutledge, economista y profesor de la Universidad Estatal de Michigan.

Así, la mano de obra puede representar gran parte de los costos de producción para un agricultor, rozando hasta el 40%, dijo Rutledge.

Los costos laborales aumentaron en el país al ritmo más rápido en décadas durante la pandemia, pues el récord de ofertas laborales llevó a los empresarios a subir los salarios para competir por la mano de obra.

Aunque los agricultores enfrentan obstáculos adicionales. Un 70% de los trabajadores agrícolas en el país son extranjeros, según la Encuesta Nacional de Trabajadores Agrícolas de 2019-2020, de estos el 91% vivía en México antes de llegar a Estados Unidos.

Los datos de la encuesta excluyen a beneficiarios del programa de visas H-2A, que se otorgan a trabajadores agrícolas temporales. El número de trabajadores bajo esta categoría se ha triplicado en la última década y los mexicanos recibieron más del 90% de estas, según la Universidad de California en Davis.

“El sector agrícola está compuesto en gran medida por trabajadores nacidos en el extranjero y procedentes en su mayoría de México”, explicó Rutledge.

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Sin embargo, esa oferta de mano de obra está bajo presión: a partir de principios de la década de 2000 la migración neta de México a Estados Unidos se volvió negativa. Eso significó que más personas abandonaron Estados Unidos en dirección a México, invirtiendo décadas de migración positiva.

Además, el trabajo agrícola es “un trabajo físico difícil y desafiante”, afirmó Rutledge. Es posible que algunos empleados optaron por otros más agradables y mejor pagados en el mercado laboral estadounidense, lo que diluiría aún más el número de personas disponibles.El cambio climático –y las condiciones meteorológicas extremas que causa, ya sean tormentas en California, sequías o inviernos que aumentan las poblaciones de plagas invasoras– también representan una amenaza a largo plazo para los precios de los cultivos, explicó Malone.

“Durante mucho tiempo se prevé problemas con los precios y la inestabilidad, sobre todo con el cambio climático”, afirmó, “estos ecosistemas en los que cultivamos son muy frágiles”.