Por Deon J. Hampton, Jonathan Dienst, Ken Dilanian y Corky Siemaszko - NBC News
El hombre que mató a ocho personas a tiros e hirió a media docena en un centro comercial de Allen fue identificado el domingo como Mauricio García, un presunto neonazi de 33 años, según informaron dos fuentes policiales a la cadena de noticias NBC News.
Un policía que se encontraba en el centro comercial Allen Premium Outlets, a 25 millas al norte de Dallas, mató al asesino el sábado tras el tiroteo masivo. García, quien residía en Dallas, estaba armado con un "rifle de asalto tipo AR-15", según dijo el presidente, Joe Biden. Tenía además chaleco antibalas y una pistola, según informó una fuente policial a NBC News. En su auto encontraron más armas.
García llevaba un parche en el pecho que incluía las siglas “rwds”, según dos altos funcionarios de las fuerzas del orden, que creen que las letras significan “right wing death squad” (“escuadrón de la muerte de extrema derecha”), una frase usada en la ultraderecha.
Un análisis preliminar de las que se cree que son las cuentas de redes sociales del asesino reveló cientos de publicaciones que incluyen retórica extremista violenta por motivos raciales o étnicos, además de material neonazi y apologías de la supremacía blanca, según han declarado dos altos funcionarios de las fuerzas del orden.
La policía y los Rangers de Texas, en colaboración con el FBI y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, están investigando el tiroteo como un caso de extremismo violento por motivos raciales o étnicos, dijeron los dos funcionarios citados.
Las autoridades creen que actuó solo, y están investigando a su familia y amigos para intentar discernir sus motivaciones. Es el segundo tiroteo masivo más letal del año en Estados Unidos y el segundo en Texas en poco más de una semana.
Una vecina del sospechoso identificada como Julie contó que el hombre a veces trataba de saludar, pero que era "algo raro". "No era alguien con quien pudieras mantener una conversación". Aun así, dijo que quedó "muy impactada" cuando supo que García estaba involucrado en la masacre del centro comercial.
Otra vecina, Gilda Bailey, contó que vio tres patrullas de policía estacionadas afuera de su casa cuando llegó por la tarde. Ella vio que los oficiales no dejaron que los familiares del atacante entraran a la residencia y luego el FBI sacó artículos de su casa. “No entiendo qué lo motivó”, afirmó Bailey.
Otro vecino dijo que vivir tan cerca de un presunto asesino en masa era "escalofriante". "La simple idea de vivir a unas pocas casas de alguien que puede hacer esto puede asustarte y volverte más precavido", dijo Moises Carreón, de 52 años. "No entiendo por qué alguien puede tener motivo alguno para dispararle a inocentes".
"Salimos corriendo, la gente pisaba a los niños"
Un empleado de 16 años de un puesto de pretzels, Maxwell Gum, describió que hubo una estampida de clientes cuando comenzó la balacera. Gum se refugió con otras personas en un almacén.
"Salimos corriendo, la gente pisaba a los niños", comentó Gum. "Mi compañero de trabajo recogió a una niña de 4 años y se la entregó a sus padres".
Un video que circuló en redes sociales tomado con la cámara de un vehículo muestra a un hombre armado que se baja de un auto afuera del centro comercial y dispara contra personas en una acera. En la grabación se oyen más de tres decenas de disparos.
Fontayne Payton, de 35 años, estaba en una tienda H&M cuando oyó los disparos a pesar de sus auriculares.
"Sonaba muy fuerte, sonaba como si fuera justo afuera", explicó.
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Los empleados guiaron a los compradores a una sala trasera con una puerta que podía cerrarse, dijo. Cuando les dieron permiso para salir, Payton vio ventanas rotas en la tienda y un rastro de sangre hasta la puerta. Cerca se veían sandalias abandonadas y ropa ensangrentada.
Cuando salió, Payton vio los cuerpos de los fallecidos.
"Rezaba para que no fueran niños, pero parecían niños", dijo. Los cuerpos estaban cubiertos con sábanas blancas, derrumbados sobre bolsas [de compras]. "Me destrozó ver eso".
Un poco más lejos vio el cuerpo de un hombre corpulento vestido de negro. Asumió que era el atacante, declaró, porque a diferencia de los otros cadáveres no estaba cubierto.
Tarakram Nunna, de 25 años, y Ramakrishna Mullapudi, de 26, relataron que vieron lo que parecían ser tres cuerpos inertes en el suelo, incluyendo uno que parecía ser el de un oficial de la policía y otro de un guardia de seguridad del centro comercial.
Otro comprador, Sharkie Mouli, de 24 años, dijo que se escondió en una tienda Banana Republic durante el tiroteo. Cuando salió vio lo que parecía ser un policía inconsciente en el piso junto a otra persona.
"Vi su arma justo al lado de él y a otra persona que estaba muriendo", relató Mouli.
Stan y Mary Ann Greene estaban mirando artículos en la tienda Columbia cuando comenzó el tiroteo.
"Habíamos acabado de llegar unos minutos antes y de pronto escuchamos unas explosiones fuertes", relató.
Los empleados cerraron las puertas de seguridad y llevaron a todo el mundo al fondo de la tienda hasta que la policía llegó y los escoltó hasta afuera, dijo Greenes.
Eber Romero compraba en una tienda Under Armour cuando una de las cajeras le dijo que había un tiroteo.
Cuando salió de la tienda, contó Romero, el centro comercial parecía vacío y todos lo establecimientos estaban cerrados. Entonces vio cristales rotos y las víctimas en el piso.
Otra testigo, Kingsley Ezeh, afirmó que estaba caminando dentro del centro comercial cuando todo el mundo empezó a correr al unísono.
"Alguien está disparando"
"Me volteé y vi a dos mujeres que corrían hacia mí. Una de ellas dijo: 'Alguien está disparando, alguien está disparando'", contó.
Detrás de las mujeres que huían, Ezeh pudo ver a un hombre que se agarraba el cuello, de donde "le estaba saliendo sangre".
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Entonces se escondió con otros en el fondo de una tienda por cerca de una hora hasta que la policía llegó. Otros testigos dijeron que permanecieron escondidos durante dos horas hasta ser rescatados.
Según Kimberly Blakey, ella y su hija de 14 años estaban en el medio de un grupo de conductores que trataban de huir en sus autos en el estacionamiento del centro comercial durante el ataque.
"Los disparos fueron seguidos. No paraban", afirmó.
En medio de las prisas para huir, Blakey inicialmente se dirigió en la dirección en que venían los disparos, hasta que su hija le dijo que tenían que darse la vuelta. Pero cuando trataron de alcanzar la salida, se quedaron atascadas en medio de otros autos que estaban tratando de hacer lo mismo.
Ahí fue cuando su auto recibió dos impactos de bala. "Le dije a mi hija que se agachara. Lo hizo y escuché que empezó a rezar", explicó.
Ambas pudieron salir del estacionamiento y no pararon hasta llegar a casa, cuando Blakey se dio cuenta que tenía un neumático desinflado y una luz encendida en el tablero del auto.
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De acuerdo con Tiffany Gipson, empleada del restaurante de hamburguesas Fatburger, el tiroteo fue chocante. Ella y algunos clientes se escondieron en un pasillo detrás del establecimiento.
"Nunca había visto algo así. Esto es muy traumático para mí, que ya sufro de ansiedad y convulsiones", comentó Gipson.
El centro comercial, que es operado por Simon Property Group, ocupa 69 acres y tiene más de 120 tiendas. La compañía agradeció a los servicios de emergencia y al policía que eliminó al atacante.
"Estamos horrorizados con la tragedia sin sentido de hoy [sábado] e indignados por la violencia que continúa plagando a nuestro país", indicó la compañía en una declaración.
Estados Unidos ha sufrido al menos 199 tiroteos masivos en lo que va de año, según la organización Gun Violence Archive, que define los tiroteos masivos como aquellos en los que mueren cuatro o más personas, sin incluir al perpetrador del ataque.
Con información de The Associated Press, NBC y CNN.