Una empresa subsidiaria de la compañía automovilística Hyundai explotó en los últimos años a menores migrantes, algunos latinos, en una factoría en Montgomery (Alabama), según una investigación publicada este viernes por la agencia de noticias Reuters.
Los niños trabajaban en la planta de estampado de metales de la empresa SMART, que suministra piezas para el ensamblaje de los modelos de auto Elantra, Sonata y Santa Fe.
Una decena de empleados y extrabajadores de la factoría contaron a Reuters que la contratación de menores de edad es una práctica habitual de SMART, a pesar de que las leyes federales prohíben a las personas de menos de 18 años estampar y prensar metales por la necesidad de usar maquinaria peligrosa. La ley de Alabama, además, requiere que los menores de 17 años estén escolarizados.
Los menores de edad eran contactados a través de agencias de contratación, de acuerdo con empleados y extrabajadores de la fábrica, así como funcionarios locales entrevistados por Reuters.
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SMART negó en un comunicado haber contratado "a alguien que no era elegible para el empleo" y dijo que cubre vacantes con personal de agencias de empleo temporal, de las que dijo que espera "que sigan la ley al reclutar, contratar y colocar a los trabajadores".
La desaparición de una niña guatemalteca
Entre los menores presuntamente explotados había una adolescente guatemalteca de 14 años y sus dos hermanos, de 12 y 15 años, según denunció su padre, Pedro Ji, a Reuters.
La familia de la joven, que residía en la localidad de Enterprise (Alabama) denunció su desaparición a principios de febrero. Las autoridades la localizaron en Georgia junto a un migrante guatemalteco de 21 años llamado Álvaro Kukul. La niña contó que había viajado allí en busca de otras oportunidades laborales.
Su caso llevó a que SMART despidiera a un número indeterminado de trabajadores menores, según fuentes consultadas por Reuters.
"Grave escasez de mano de obra"
Un extrabajador de SMART, un migrante de avanzada edad que prefiere no ser identificado, explicó que en sus tiempos había unos 50 menores en la factoría. Otra exempleada, también sin identificar, aseguró que en su turno había una docena de niños.
Una exempleada que se identificó como Tabatha Moultrie, de 39 años, aseguró que la planta de montaje necesita mano de obra migrante para mantener su producción diaria y reconoció haber trabajado con una niña migrante que "parecía tener 11 o 12 años".
El director general de SMART, Gary Sport, pidió a finales de 2020 a funcionarios consulares estadounidenses en México un visado para un trabajador mexicano, alegando que la fábrica sufría una “grave escasez de mano de obra".
Además, una cuarentena de trabajadores mexicanos demandaron a SMART y otras empresas que ayudan a contratar a inmigrantes con visas de trabajo, al señalar que fueron reclutados como ingenieros pero se les obligó a realizar tareas de menor cualificación.