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Alerta por los crímenes de odio a los latinos en EE.UU.: cada vez son más y más graves

"Las personas no se sienten seguras ni siquiera para salir a la tienda, para hacer cosas de todos los días, como llevar a los niños a la escuela, ir a comprar comida, simplemente caminar en la calle. Uno se siente en peligro todo el tiempo”, dice una experta.

Deborah Archondo dice que le gusta cuando su sobrino juega con sus carritos en el taller mecánico de la familia en El Paso, Texas. "Él es inocente, muy guapo, un niño feliz que es un milagro que se haya salvado", explica en una entrevista con Noticias Telemundo.

Lo que no le gusta es cuando, en juegos infantiles, el niño toma un arma de juguete y quiere dispararle a los malos. A la mujer, de 43 años, todavía le tiembla la voz cuando habla del 3 de agosto de 2019, el día en que Andre y Jordan Anchondo, su hermano y su cuñada, murieron acribillados mientras protegían de las balas a su hijo, que entonces tenía sólo dos meses, en el tiroteo racista contra hispanos en un centro comercial Walmart en El Paso.

"Antes de eso, a mí lo único que me había pasado era que me robaron el estéreo de mi carro en 1998. Ahora también somos víctimas de ese rencor, ese odio que cambió por completo El Paso", asegura Deborah Anchondo, quien ayuda a criar a Paul Gilbert, el hijo de su hermano.

Deborah Anchondo junto con su sobrino Paul en El Paso, Texas.
Deborah Anchondo con su sobrino Paul, en El Paso, Texas.Deborah Anchondo

Patrick Crusius, el hombre blanco que asesinó a tiros a 23 personas, la mayoría de ellas latinas, en el ataque de El Paso, fue sentenciado en julio a 90 cadenas perpetuas tras declararse culpable de cargos federales de crimen de odio por uno de los peores tiroteos masivos de la historia reciente del país. Aún podría recibir la pena de muerte en un juicio estatal por los asesinatos cometidos durante la masacre.

“Ese tiroteo no sólo mató a mi hermano y a mi cuñada, también se llevó a mi papá, Gilberto Anchondo, que se murió en el 2021. Él no aguantó el dolor, no dormía, siempre estaba pensando en Andre, lo extrañaba mucho. Yo digo que se fue para reunirse con él”, explica Deborah Anchondo con tristeza.

Una investigación del Centro para el Estudio del Odio y Extremismo de la Universidad Estatal de California concluyó que las 10 ciudades más grandes de Estados Unidos registraron en 2022 un aumento significativo en crímenes de odio, con incrementos medios del 22% hasta sumar entre todas la cifra récord de 1,889 casos.

"2021 también fue un año récord. En 2022 los crímenes de odio se estabilizaron, pero no en todas partes. No pasó en ciudades como Nueva York, Los Ángeles o Chicago", explica Brian Levin, director del centro de estudios en una entrevista con Noticias Telemundo.

Los Ángeles, la segunda ciudad más grande del país, registró el mayor número de delitos de odio, con la cifra récord de 609, de los que 195 fueron contra negros, 98 contra gays, 91 contra judíos, y 88 contra latinos. Chicago, la tercera ciudad del país (un 85% más), seguida de Austin, en Texas (59%).

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"Estamos viendo que diferentes grupos de personas en Estados Unidos se ven involucrados en teorías de la conspiración, que a veces son contra musulmanes, a veces contra afroestadounidenses, y también contra latinos", explica Levin.

A nivel nacional, las estadísticas anuales del FBI publicadas el 16 de octubre muestran que los crímenes de odio aumentaron un 47% de 2019 a 2022. Poco más del 60% de esos delitos suceden por motivos raciales, y alrededor del 15% responden a motivos religiosos.

"Hemos notado un aumento real en los crímenes de odio dirigidos contra los judíos, los negros y las personas que se identifican como hispanos o latinos. Y este impacto lo siente la gente directamente", explica Rachel Carroll Rivas, subdirectora de investigación del Southern Poverty Law Center.

En 2022, el FBI registró 11,643 delitos de odio, la cifra más alta jamás registrada y rompiendo el récord alcanzado ya un año antes (10,840 incidentes). "Los crímenes de odio han aumentado de manera bastante constante desde los últimos ocho años. Pero hay ciertos grupos que han sufrido ese aumento de manera desproporcionada, y la comunidad hispana es un ejemplo", explica Carlos Cuevas, académico de la Universidad Northeastern que ha colaborado con investigaciones del Departamento de Justicia.

"Aumento significativo" en delitos a hispanos

Según el informe del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo, que se publicará en las próximas semanas y al que Noticias Telemundo tuvo acceso en primicia, los crímenes de odio contra hispanos aumentaron un 41% entre 2020 y 2021, hasta llegar a la cifra récord de 698.

“En 2021 hubo un aumento significativo de los delitos de odio contra la comunidad latina. Aumentaron en Phoenix, Chicago, Nueva York, Boston, Houston, Austin y Fort Worth”, explicó Levin.

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"Yo estaba acostumbrada a responder a casos, por ejemplo, de vendedores ambulantes agredidos por la policía, que la policía llegaba y les tiraba su comida o les quitara sus carritos, su mercancía. Ahora ya no, ahora la mayoría de los ataques vienen de otras personas, otra gente", explica Ivette Xochiyotl Boyzo, activista e investigadora de La Raza Database Research Project.

De acuerdo con la Oficina del Censo, los 61 millones de latinos en el país representan el 19% de población; según Pew Research, el 70% vive en 112 condados con más de 100,000 personas de etnia latina.

En algunas de las mayores ciudades de Estados Unidos con un gran porcentaje de población hispana se registraron cifras récord de este tipo de delitos, según los registros del centro. Por ejemplo, en 2022, Los Ángeles registró 88 crímenes de odio contra latinos, que es la mayor cifra documentada entre las grandes ciudades del país.

"Algunas de las principales cosas que vemos son amenazas, y simples agresiones. Esos son los tipos más comunes de delitos de odio contra los latinos. Pero están ocurriendo otros tipos de agresiones más graves, y estamos preocupados por este aumento", advierte Levin, quien ha investigado este tipo de crímenes durante más de 30 años.

Las otras ciudades que lideran esta estadística fueron Phoenix con 15 delitos de odio, y Chicago con 12. Según los expertos del centro, los aumentos en los crímenes contra latinos fueron más frecuentes en las urbes del Medio Oeste o del Este, con caídas en el Suroeste.

"Las personas no se sienten seguras ni siquiera para salir a la tienda, para hacer cosas de todos los días, como llevar a los niños a la escuela, ir a comprar comida, simplemente caminar en la calle, uno se siente como que está en peligro todo el tiempo", asevera Boyzo.

Los medios también reflejan ese incremento en la cobertura de los incidentes y ataques contra la comunidad hispana. El 24 de agosto, un hombre y una mujer de Columbia, Carolina del Sur, se declararon culpables de delitos federales motivados por el odio tras protagonizar una ola de robos armados contra hispanos. El 10 de agosto, Alan Dale Covington, de 55 años, fue condenado por el delito de odio al agredir a tres hombres, miembros de la familia López que regentaban una tienda de neumáticos en Salt Lake City.

En julio, la Fiscalía de Maryland presentó cargos por delito de odio contra un hombre acusado de matar a tres personas hispanas y herir a otras tres en una disputa por un lugar de estacionamiento. Un hombre de El Bronx, en Nueva York, fue acusado en febrero de delitos de odio después de que agrediera a una mujer hispana de 72 años y le gritara insultos raciales, según la Fiscalía.

“Es raro porque parece que las cosas son igual que siempre, pero en realidad todo cambia. Uno vive con miedo después de los tiroteos, la gente está tensa y se nota el cambio con uno, en las costumbres. La gente no es la misma después de esos crímenes”, dice Deborah Anchondo, la hermana de una de las víctimas del tiroteo de El Paso.

Los peligros de la retórica antiinmigrante

En la última década, uno de los patrones que han detectado los investigadores del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo es que los crímenes de odio contra latinos aumentan cuando hay noticias nacionales que involucran a personas hispanas. Sucedió por ejemplo cuando hubo una amplia cobertura mediática de las caravanas de migrantes que viajaban al norte desde Centroamérica.

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"El uso que hacen los políticos de la retórica intolerante en torno al aumento de los cruces fronterizos influye en estos incidentes", dice Levin, del Centro para el Estudio del Odio y Extremismo. "Además, es posible que muchas personas no reporten estos delitos, por eso la policía y los Gobiernos locales deberían realizar actividades de divulgación en diferentes idiomas, como el español, para informar sobre los recursos para víctimas de delitos de odio", agrega.

El número de delitos de odio contra latinos puede ser mayor porque los departamentos de policía no registran de manera uniforme su información racial y étnica, lo que afecta al registro de datos.

"Muchas comunidades en Estados Unidos no informan de las cifras de estos delitos", explica Carroll Rivas, "en algunas ciudades la policía está reportando cero, tenemos condados enteros que no reportan nada. Y esto es muy problemático porque significa que estas cifras, que son mayores que nunca, en realidad son un subregistro. Así que el problema es mucho mayor", concluye.

Muchos estudios han demostrado que algunas personas hispanas son menos propensas a denunciar los delitos por la desconfianza en la policía, los incidentes de discriminación o la preocupación sobre su estatus migratorio.

"Mucha gente tiene miedo de llamar a la policía porque no tienen papeles y eso es terrible porque son delitos que quedan impunes. También hemos notado que en las comunidades donde las personas hispanas están más integradas, las cifras de delitos son un poco más bajas, y eso posible que eso sea positivo en el futuro", explica Cuevas, el investigador de la Universidad Northeastern.

Otro elemento que los investigadores resaltan es la proliferación de teorías de la conspiración que estigmatizan a minorías y fomentan el odio a comunidades diversas étnicamente, como los hispanos.

"Hay grupos antiinmigrantes activos que han tomado el poder en muchos ámbitos políticos, además repiten conspiraciones falsas y racistas que crean una cultura donde los crímenes de odio prosperan y suceden", asevera Carroll Rivas.

El poder del perdón

Han pasado más de cuatro años desde el tiroteo de El Paso, y los crímenes de odio en Texas siguen aumentando, según los datos del Departamento estatal de Seguridad Pública, que en 2022 registró 549, un 6.4% que el año anterior.

"La historia de los latinos está ausente en las escuelas públicas y en el discurso estadounidense, todo eso crea una situación peligrosa para nuestra comunidad. En Texas, mi estado natal, los crímenes de odio contra los latinos se han triplicado en la última década, por eso creo que los estereotipos y el hecho de borrar nuestra historia tiene consecuencias reales en la vida de la gente", afirma Joaquín Castro, congresista demócrata por Texas.

El pasado mes de julio, víctimas del tiroteo de El Paso pudieron confrontar al asesino en la corte. Ahí estuvo Deborah Anchondo, temblando por la emoción e inundada de recuerdos de su hermano y su cuñada, que fueron asesinados mientras protegían a su hijo. Anchondo dice que, en vez de llenar de insultos a Crusius, decidió leer una carta de su sobrino dirigida a su hermano asesinado.

"Sé que me miras desde el cielo, y un día volveré a verte a ti y a mi mamá. Te amo mucho y gracias por querer tenerme", finaliza la misiva de Anchondo, quien dice que Crusius rompió a llorar con sus palabras.

A pesar de la devastación emocional que la muerte de su hermano ha implicado para su familia, Anchondo dice que luchan para salir adelante y, sobre todo, para que el pequeño Paul Gilbert sea feliz.

"Yo perdoné a ese hombre, al asesino de mi hermano. No creo en la pena de muerte, siento que es peor saber que vas a estar el resto de tu vida en una celda", dice, "es peor vivir todos los días pensando en lo que hizo, en las vidas que terminó, en los sueños que acabó".



La periodista Estephani Cano colaboró en este reportaje.

Si usted, o alguien que usted conoce, es víctima de un delito de odio puede reportarlo llamando al 911 o al 1-800-225-5324 del FBI. También puede reportar el incidente en  tips.FBI.gov o civilrights.justice.gov.