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Investigadores detectan otro efecto secundario grave del COVID-19: la pérdida de memoria

Un nuevo estudio indica que incluso pacientes jóvenes pueden sufrir un deterioro cognitivo hasta siete meses después de haberse infectado.

Por Linda Carroll — NBC News

Muchas personas que se han recuperado de la infección por COVID-19 siguen experimentando deterioro cognitivo más de siete meses después, según una nueva investigación.

El estudio, que describe los tipos de problemas cognitivos sufridos por los pacientes que habían sido tratados en el sistema Mount Sinai en Nueva York, se suma a la creciente evidencia de que hay efectos que se acarrean en el largo plazo. Aquellos que sufrieron coronavirus pueden experimentar innumerables dolencias semanas e incluso meses después de su contagio. 

Hasta el 24% de las personas que se han recuperado de COVID-19 continúan teniendo algún tipo de dificultades cognitivas, incluidos problemas con la memoria, para hacer multitareas, para procesar rápidamente información y para enfocarse, informaron investigadores de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai el viernes en la red abierta de JAMA.

Pacientes de distintas edades han mostrado problemas cognitivos hasta siete meses después de resultar infectados, tanto en casos graves como leves.
Pacientes de distintas edades han mostrado problemas cognitivos hasta siete meses después de resultar infectados, tanto en casos graves como leves.Archivo / AP

“Estamos viendo un deterioro cognitivo a largo plazo en una variedad de grupos de edad y de niveles de gravedad de la enfermedad”, dijo la autora del estudio Jacqueline Becker, neuropsicóloga clínica y científica asociada de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai.

Para la investigación, se realizaron pruebas a 740 pacientes que se habían inscrito para formar parte de un registro dirigido por Mount Sinai, uno de los sistemas hospitalarios más grandes de Nueva York que ha estado tratando a pacientes de COVID-19 desde los primeros días de la pandemia.

Los pacientes, que fueron evaluados entre abril de 2020 y mayo de 2021, tenían 18 años o más, hablaban inglés o español, dieron positivo al virus SARS-CoV-2 y no tenían antecedentes de demencia. Los resultados mostraron una tasa relativamente alta de deterioro cognitivo 7.6 meses después de que los pacientes habían contraído la enfermedad.

El déficit cognitivo más común, que afecta a casi 1 de cada 4 pacientes, fue un problema con el almacenamiento de nuevos recuerdos, seguido de problemas de memoria. Otros desafíos reportados fueron deficiencias en la velocidad para procesar ideas y el funcionamiento ejecutivo, que incluye la capacidad de iniciar, planificar, organizar y emitir juicios.

Si bien los pacientes hospitalizados eran más propensos a tener deterioros cognitivos, los pacientes que solo fueron tratados en el departamento de emergencias también habían desarrollado problemas.

Otros hospitales están registrando complicaciones similares en sus pacientes. En el Northwestern Medical Center, algunas personas que se infectaron con el virus terminaron con problemas cognitivos tan severos que no pudieron cuidar de sí mismos después de ser dados de alta, dijo a NBC News el neurólogo Igor Koralnik, jefe de la división de enfermedades neuroinfecciosas y neurología global.

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“Este estudio confirma lo que también hemos visto en Northwestern: que los problemas cognitivos son persistentes tanto en pacientes que fueron hospitalizados previamente como en pacientes que solo tenían síntomas respiratorios leves”, dijo Koralnik.

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Si bien no es sorprendente encontrar problemas cognitivos en aquellos que estaban tan enfermos que necesitaron la asistencia de respiradores en los hospitales, no está claro por qué los pacientes jóvenes que tenían una enfermedad leve se verían afectados, agregó Koralnik. Además, nadie sabe cuándo, o si alguno de estos pacientes volverá al estado anterior a contraer COVID-19, dijo Koralnik.

Debido a que incluso los pacientes más jóvenes que tenían un caso leve de la enfermedad informaron dificultades cognitivas, Becker recomendó la detección post-Covid para el deterioro mental como un estándar de atención, independientemente de la edad del paciente.

Ver déficits mentales severos en pacientes de 20, 30 y 40 años es “desgarrador”, dijo la doctora Helen Lavretsky, profesora de psiquiatría y directora de la Clínica Post-Covid de UCLA. Algunos dicen que “no pueden funcionar; no pueden pensar; su memoria está deteriorada; se confunden cuando conducen a lugares a los que no saben cómo llegaron”.

Si bien ha habido informes de que la vacunación ayuda contra estos efectos a largo plazo del COVID-19, UCLA ha visto resultados mixtos. Algunas personas mejoran, mientras que otras permanecen igual o empeoran, dijo Lavretsky.

La escala del problema es inmensa. Se han confirmado más de 45 millones de casos de coronavirus en los EE. UU. Si bien la mayoría de las personas que han sido infectadas se recuperan en semanas, hay muchas que están lidiando con síntomas persistentes.

“Entre el 20 y el 30% tendrá esta reacción prolongada”, dijo Lavretsky. “En cualquier situación escolar o entorno de trabajo complejo, esto realmente puede afectar el desempeño. Con suerte, una persona podrá seguir funcionado en un nivel inferior al que acostumbraba”, señaló.

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Actualmente, el único tratamiento son terapias que ayudan a las personas a solucionar sus déficits, dijo Tracy Vannorsdall, profesora asociada de psiquiatría y ciencias del comportamiento en Johns Hopkins Medicine.

Los terapeutas preguntan a los pacientes sobre sus fortalezas y debilidades y luego diseñan un programa que les enseñará a los pacientes cómo usar sus fortalezas para compensar sus debilidades, dijo Vannorsdall.

“Estas personas esperan poder regresar a su trabajo, familia y comunidad y participar en actividades significativas”, dijo Vannorsdall. “Quieren estar en su mejor nivel cognitivo”, señaló.