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Así es el verdadero trabajo de un rastreador de contactos en la pandemia de COVID-19

Desde conectar a las personas con programas de asistencia alimentaria o internet asequible, hasta gestionar el cuidado de niños y explicar las medidas de salud pública, los rastreadores de contactos tienen un papel subestimado en la pandemia.
Solo el rastreo de contactos no es suficiente para detener la pandemia, pero este mecanismo sí ha evitado muertes durante la emergencia sanitaria.
Solo el rastreo de contactos no es suficiente para detener la pandemia, pero este mecanismo sí ha evitado muertes durante la emergencia sanitaria. Getty Images

Por Dan Corey, Maura Barrett y Ludwig Hurtado - NBC News

Dominique Bruneau Saavedra pasa interminables horas al teléfono como parte de su trabajo como rastreadora de contactos en la pandemia de COVID-19, informándoles a los residentes del condado de San Miguel, Colorado, si han estado expuestos al virus y ubicando a sus contactos recientes.

Pero su trabajo no termina ahí.

Saavedra, quien trabaja en un equipo de 15 personas, es una de apenas tres rastreadores de contactos que hablan español en el Departamento de Salud y Medio Ambiente del condado, que se ocupa de una comunidad mayoritariamente rural apoyada en gran medida por el turismo de invierno. Cada vez con más frecuencia, termina dedicando su tiempo a contarle a la gente sobre los programas de asistencia alimentaria o responder preguntas sobre cómo pueden obtener un acceso asequible a Internet.

“Mucha de nuestra gente trabaja en restaurantes y de ahí es donde consiguen su comida. Pero cuando no puedes ir a trabajar, ¿cómo la consigues?", dice Saavedra. "Respecto a los niños en la escuela, cuando tienen que tomar las clases en línea porque deben permanecer en cuarentena, a veces no tienen Internet".

Incluso cuando las vacunas contra el COVID-19 aprobadas por la FDA representan una luz al final del túnel, los expertos en salud pública advierten que pasarán meses antes de que Estados Unidos comience a contener la pandemia. Mientras los rastreadores de contactos luchan por mantenerse al día con los crecientes casos de coronavirus en el país, reciben cada vez más llamadas de personas que recurren a los servicios sociales para necesidades como la alimentación y el cuidado infantil.

Kris Knudsen (arriba a la izquierda) Kailee Leingang y Dominique Bruneau Saavedra
Kris Knudsen (arriba a la izquierda) Kailee Leingang y Dominique Bruneau Saavedra, trabajan como rastreadoras de contactos en Estados Unidos. NBC News

Al servir de guía hacia esos recursos a quienes han estado expuestos al virus, los rastreadores de contactos les proporcionan también un incentivo para aislarse y no exponer a otros, comenta Crystal Watson, investigadora principal del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud, cuyo trabajo se centra en la respuesta global a la pandemia. Esta parte del trabajo de los rastreadores, agrega Watson, constituye un servicio crítico que ayuda a mitigar la propagación del virus.

“Tenemos rastreadores de contactos y trabajadores de la salud pública haciéndoles las compras a las personas y consiguiéndoles todos sus medicamentos, gestionando el cuidado de niños o adultos para las personas que puedan tener estas necesidades en el hogar”, dice.

"En algunos casos, también les proveen ingresos suplementarios, incluso a aquellas personas que tienen puestos con salarios por hora y no perciben dinero durante esas semanas que están en cuarentena, sin trabajar".

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Además de hacer malabarismos con su trabajo diario en una organización local sin fines de lucro, Saavedra trabaja rastreando contactos con gran parte de los residentes de habla hispana de su región. A menudo, su trabajo incluye explicarles las medidas de salud pública a las personas que rastrea y conectarlas con recursos comunitarios que de otra manera no conocerían.

En Alaska, Kris Knudsen, una rastreadora de contactos de la Universidad de Alaska Anchorage, dice que el trabajo puede ser abrumador, pero que tiene un impacto y es necesario.

“Tenemos que estar fuera durante horas y horas todos los días”, comenta. "Me he despertado a las 3 de la mañana diciendo: 'Dios mío, ¿qué me olvidé de comunicar?' O, 'Dios mío, olvidé gestionar la entrega de comida a esta familia o los pañales a esta otra'".

Más de cinco meses después de que expiró la ayuda suplementaria por desempleo de 600 dólares semanales aprobada bajo la legislación CARES, los estadounidenses incapacitados para trabajar de forma remota se han visto obligados a regresar a sus empleos en persona, potencialmente exponiéndose al COVID-19 ellos mismos, y a quienes los rodean.

Una encuesta del centro de investigaciones Pew realizada en julio —cuando el aumento diario de casos representaba solo una fracción de lo que es actualmente— mostró que del 32% de los estadounidenses que dicen que sería "muy o algo difícil" someterse a una cuarentena, alrededor del 40% asegura que la razón principal es que no pueden faltar al trabajo.

"Si no tienen dinero para la comida, no podrán sobrevivir de todos modos", dice Watson. "Entonces, lo que se necesita es que los empleadores proporcionen licencias pagadas a las personas que necesitan estar en cuarentena, no solo a las personas que necesitan tomar una licencia por enfermedad".

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Una cantidad récord de 50 millones de estadounidenses podrían experimentar inseguridad alimentaria debido a la pandemia de coronavirus este año, incluidos unos 17 millones de niños, según la organización sin fines de lucro Feeding America. Los rastreadores de contactos se han convertido en fuentes vitales de información para ayudar a evitar que las personas expuestas al coronavirus pasen hambre.

Kailee Leingang, una rastreadora de contactos de la Universidad de Dakota del Norte, considera que debería haber una guía federal sobre el rastreo de contactos en todo el país.

“Mucha gente está muriendo y mucha gente está enferma y se siente miserable - y pasando dificultades incluso para pagar las facturas en este momento. Y no parece que haya suficiente ayuda”, dice.

Pero mientras que millones sufren dificultades económicas y las camas de los hospitales se están llenando en todo el país con el aumento de contagios, incluso los aspectos básicos del rastreo de contactos se han vuelto más difíciles.

La transmisión comunitaria es tan grande que el rastreo de contactos solamente no es suficiente para contener el virus, dice Watson. Pero, acota, aún puede reducir la transmisión en alguna medida y salvar vidas.

Después del aumento repentino de casos con el invierno, el rastreo de contactos será aún más importante para mitigar contagios mientras los estadounidenses esperan poder ser vacunados a gran escala, comenta.

“Una vez que logremos a niveles más bajos de transmisión —donde gran parte de la población afectada pueda ser identificada y sus contactos rastreados— entonces se podrá utilizar como una herramienta más específica reducir la transmisión a gran escala y regresar a un mayor estado de normalidad más rápido”, dice.

Pero hasta que la propagación dentro de las comunidades se reduzca a un nivel manejable, los rastreadores de contactos continúan trabajando las 24 horas del día para aplanar la curva mientras Estados Unidos enfrenta lo que se espera sean los días más mortíferos de la pandemia. Los trabajos de rastreadores son remunerados y requieren formación especializada.

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Leingang se despierta a las 5.00 am para completar sus tareas escolares de Enfermería antes de ocuparse de su carga diaria de casos en Dakota del Norte. Luego trabaja desde el amanecer hasta pasada la puesta del sol, a veces llega a los contactos demasiado tarde. "Recuerdo los nombres de todos y cada uno de mis casos que han fallecido", dice.

“No somos necesariamente como una enfermera o un médico o alguien como un oficial de policía en primera línea”, dice. "No creo que alguien entienda realmente la angustia y la montaña rusa emocional que atraviesas como rastreador de contactos hasta que haces el trabajo".

Pero Leingang dice que no se rendirá: "Cada caso con el que me comunico está salvando al menos a otras cinco personas de la comunidad de que eso les suceda".