Este policía dijo que estaba herido por los disparos de un francotirador. Buscaron al culpable. Después descubrieron que se lo había inventado todo

Ángel Reinosa ha sido suspendido de su puesto después de reconocer que se inventó completamente la historia y que nunca fue víctima del tiroteo que denunció haber vivido

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El pasado miércoles, se desencadenó en Lancaster, California, una persecución policial. Un agente de la oficina del sheriff del condado de Los Ángeles afirmó que había sufrido heridas después de que un francotirador le disparara desde una ventana cuando él se encontraba en el aparcamiento de la estación local del alguacil de ese condado. 

Las autoridades se lanzaron a la caza del culpable, pero no consiguieron dar con ningún sospechoso. Más tarde, descubrieron el por qué: el policía se lo había inventado todo

El capitán Kent Wegener, responsable de la investigación, lo explicó a los medios este sábado. Ángel Reinosa —así se llama el agente involucrado— admitió que el relato que suministró a sus compañeros a la hora de denunciar el ataque “estaba completamente fabricado”, según afirmó su superior.

El comienzo de esta situación surrealista se dio cuando Reinosa, de 21 años, aseguró que a las 2.48 p.m, del miércoles, hora local, le dispararon mientras estaba realizando una operación de descarga de un coche patrulla.  

“Me están golpeando desde el norte del helipuerto de Lancaster”, alertó, tal y como se escucha en unas grabaciones radio obtenidas por NBC LA. “Creo que tengo una herida en el hombro derecho”, agregó. 

Después, hubo cierta confusión. Mientras que Reinosa fue rescatado por algunos compañeros, decenas de agentes se desplegaron durante horas para interceptar al presunto autor de los disparos. Como Reinosa dijo que le habían disparado desde una ventana, los policías inspeccionaron, piso por piso, un edificio ubicado cerca del estacionamiento

En un primer momento, un portavoz del sheriff dijo que había otros agentes heridos, pero más tarde los investigadores desmintieron esta afirmación. También dieron una actualización sobre el estado de salud de Reinosa. “El policía herido se encuentra en condiciones estables y con buen estado de ánimo”, tuiteó el miércoles por la noche la oficina del sheriff. 

Hubo un momento en que la policía detuvo a dos sospechosos, pero luego los soltó, al darse cuenta de que no tenían nada que ver con lo que estaba pasando. El jueves por la mañana, las autoridades dieron por concluida la operación sin que se hubiera producido ningún otro arresto. 

SOSPECHAS

Los investigadores comenzaron a sospechar de la veracidad del relato de Reinosa cuando este llegó a la sala de emergencias y pareció evidente que no tenía lesiones visibles, según contaron varias fuentes policiales a NBC LA. Por el otro lado, los investigadores sí notaron unos agujeros en la camisa de su uniforme. 

Pero estos no coincidían en la posición con los puntos en los que Reinosa decía haber recibido los disparos, es decir el hombro y un costado, observaron. Y tampoco encontrar indicios durante el registro del edificio indicado como el lugar de procedencia de los balazos. "Esto no tiene sentido", concluyó un agente.

Reinosa confesó que todo era mentira este sábado durante una entrevista con los investigadores. Los agujeros en la camisa se los hizo él mismo con un cuchillo para aparentar que le habían disparado. Lo demás fue fruto de su fantasía. 

“No hubo francotiradores, no hubo disparos ni heridas de bala en el hombro”, afirmó tajantemente Wegener. Sin embargo, el joven policía todavía no ha dado una motivación por sus acciones. Las fuentes consultadas por NBC LA aseguraron que recientemente tuvo malas calificaciones en los entrenamientos a los que se sometió.

Reinosa —cuyo caso recuerda el de un agente de la escuela de policía de Los Ángeles que en 2011 creó una situación parecida y tuvo que pagar 300.000 dólares de indemnización a la ciudad— ha tenido que dejar su posición de trabajo y será ahora sujeto a una investigación como sospechoso de delitos, según explicó este sábado por la noche Robin London, una de las investigadoras, durante la precipitada conferencia de prensa convocada para explicar lo que pasó. 

La oficial no pudo esconder su “increible decepción” por lo acontecido.