Una mujer que se hizo pasar por un adolescente para agredir sexualmente a niñas de apenas 13 años ha sido encarcelada durante ocho años. Watts, que vivía con su madre en la localidad londinense de Enfield, utilizaba las redes sociales para contactar con sus víctimas y flirteaba con ellas durante semanas a través de Instagram o Snapchat antes de concertar una cita. La policía cree que Watts posiblemente agredió sexualmenta entre 20 y 50 niñas que no se dieron cuenta de que era una mujer.
Gemma Watts, de 21 años, ocultapa su largo cabello largo atándolo en un moño y vistiendo una gorra de béisbol. También usaba pantalones holgados y una sudadera con capucha para convencer a los jóvenes de que era Jake Waton, de 16 años.
Watts era "experta tanto en manipular a las personas como en el continuo subterfugio", explicó el fiscal Barnaby Shaw en su audiencia de sentencia en el Tribunal de la Corona de Winchester el viernes.
Una de sus víctimas adolescentes, en una declaración de impacto leída a la corte, dijo que su "corazón explotó" cuando la policía le reveló la verdadera identidad de Watts. Las chicas creían completamente que estaban en una relación con un adolescente hasta que los oficiales revelaron que en realidad era una mujer adulta.
La corte escuchó cómo Watts le mintió a una niña acerca de por qué su habitación era rosa, diciendo que era por una prima. Watts se declaró culpable en el mismo tribunal en noviembre de siete cargos de asalto sexual y acoso sexual.
Se declaró culpable de los cargos de relacionarse con cuatro niñas, entre ellas una de 13 años de Hampshire y dos de 14 años y una de 16 años de Surrey, Plymouth y West Midlands.
La sentencia fue impuesta por la jueza Susan Evans QC, que declaró que hubo "planificación y de alguna manera comportamiento depredador". “Su edad hizo más probable que fueran sexualmente ingenuos, impidiendo escapar de su engaño. Ninguno de ellos habría consentido en tener actividad sexual. Y preparó a cada uno de ellos con un contacto telefónico e internet para engañarles sobre su identidad", añadió.
El juez Evans dijo que Watts causó "daños psicológicos graves", pero aceptó su bajo coeficiente intelectual, declaración de culpabilidad, falta de condenas anteriores y una edad relativamente baja en ese momento sirvió como mitigación.
En uno de los casos, cuando Watts se quedó en la casa de una de sus víctimas durante varios días, los miembros de la familia sospecharon de las cosas que dijo e hizo. En una declaración leída en la corte, una de las víctimas de Watts dijo que su "corazón explotó" y su "mundo se detuvo" cuando la policía le dijo que "Jake" era en realidad una mujer adulta.
La niña, que no puede ser nombrada por razones legales, dijo: "Cuando la policía me dijo que Jake en realidad se llamaba Gemma, pensé que esto no era realmente real". Ella dijo que se autolesionó y consideró suicidarse desde entonces y agregó: "Ella está en mi cabeza".
Otra víctima también describió el impacto devastador de los crímenes de Watts y afirmó: "Siempre me pregunto si alguien nuevo es quien dice ser. Confié mucho en Jake y siento que todo fue una mentira".
La detective Constable Phillipa Kenwright, de la Policía Metropolitana, dijo que creía que había más víctimas. “Creo que habrá más víctimas, que estaban en una relación con Watts, que ahora se darán cuenta de que es una mujer. Creo que podría haber entre 20 y 50 ”, señaló.
Patrick Maggs, defendiendo a Watts, dijo que entendía que su ofensa era "grave". “Gemma Watts era la adulta y tenía una responsabilidad, una responsabilidad de cualquier adulto, hacia esos niños. Al menos en el momento en que digo que es relevante que ella operara en su función como una persona mucho más joven que sus años.
"Con el bajo coeficiente intelectual de Gemma Watts, con su inmadurez, invitaría a la corte a que eso represente que seguramente trataría de socializar con aquellos que eran más jóvenes que ella. Cualquier otra cosa que fuera presentar como un niño era indicativo de que Gemma Watts no pudo hacer frente a su propia sexualidad", aclaró.
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