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El acceso a las armas triplica el riesgo de suicidio, según nuevo estudio 

En 2018, más de 393 millones de armas pertenecían a civiles de todo el país.

WASHINGTON.— El fácil acceso a las armas triplica el riesgo de muerte por suicidio en Estados Unidos, que supera a otros países industrializados en la violencia derivada de las armas, según un estudio divulgado este lunes por el Comité Económico Conjunto del Congreso.

El informe, realizado por el personal demócrata del Comité, ha precisado que, en 2017, año del que se tienen los datos más recientes, un promedio de 129 personas se quitaron la vida en Estados Unidos, o un total de más de 47,000 ese año.

El fácil acceso a las armas ha contribuido a la “epidemia de suicidios” en este país, un problema que además ocasiona gastos médicos y pérdidas laborales por 70,000 millones de dólares al año, o un promedio de alrededor de 1,5 millones de dólares por cada suicidio, según el informe. 

El informe se suma a otro publicado el mes pasado por la oficina de la congresista demócrata por Nueva York, Carolyn Maloney, que indicó que la violencia derivada por las armas, en general, ocasiona gastos por más de 200,000 millones de dólares. 

Durante una conferencia de prensa, Maloney, vicepresidenta del Comité, urgió este lunes al Senado a que someta a voto sendos proyectos de ley ya aprobados en la Cámara de Representantes para mitigar los efectos de la proliferación de las armas. 

El vínculo entre el acceso a las armas y las tasas de suicidio demuestra la urgencia de reformar las leyes sobre la compraventa de armas, porque el suicidio se cobra la vida de “demasiadas personas” y priva al país de sus talentos y contribuciones, dijo Maloney. 

“Si pudiésemos reducir los suicidios cometidos con armas, tendríamos un avance sustancial en torno a la epidemia de la violencia de las armas en Estados Unidos… no tenemos una respuesta para el cáncer, pero sí sabemos qué hacer para reducir el acceso a las armas”, argumentó Maloney. 

En declaraciones a Noticias Telemundo, Maloney refutó el argumento de la Administración Trump y sus aliados republicanos de que el problema no es la disponibilidad de las armas sino que se trata de un asunto de salud mental.

“Somos el único país industrializado con un nivel tan elevado de muertes por causa de las armas… si las armas nos hicieran más seguros, como argumentan algunos, seríamos el país más seguro del mundo”, subrayó Maloney.

Es que, según datos de una encuesta global de armas, en 2018 hubo más de 393 millones de armas en manos de civiles en EEUU, cuya población totalizó 328 millones. Y aunque los estadounidenses son alrededor del 4% de la población mundial, conforman el 46% de todas las 857 armas civiles en todo el planeta.

“Japón no tuvo ni una sola muerte por armas el año pasado. Esto es algo muy frustrante, es indignante, y el Senado tiene allí las medidas que les hemos mandado. ¿Qué están esperando?”, afirmó Maloney. 

Un análisis de 14 estudios científicos determinó que el fácil acceso a las armas triplica el riesgo de morir por suicidio, indicó el informe. Además, alrededor del 85% de quienes intentan suicidarse con un arma, mueren, pero si no tuvieran acceso a un arma de fuego, el 95% sobrevive el intento.

Según el informe del Comité, que se apoya en datos de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el suicido es la principal causa de muerte violenta en Estados Unidos, y en 2017 las armas contribuyeron al 35% de los incidentes. 

En general, el fenómeno del suicidio con armas tiende a ocurrir más en zonas rurales, donde impera una cultura de las armas de fuego, y entre hombres blancos y mayores. 

La tasa de suicidios aumentó en un 30% en las últimas dos décadas, un fenómeno posiblemente relacionado con la recesión económica a partir de comienzos del nuevo siglo y la crisis financiera de 2008, según el documento.

Aunque la situación económica mejoró en Estados Unidos, la tasa de suicidios no ha bajado: en 2017, de los 47,173 suicidios reportados, el 51% ocurrió con el uso de un arma de fuego, precisó el informe.

El año pasado, el CDC indicó que alrededor de 218,000 personas usaron un arma para quitarse la vida entre 2006 y 2016. 

Desde el podio, Dorothy Paugh, una veterana militar, recordó que el suicidio es un trauma que ha golpeado duro a su familia: en la década de 1960, su padre se quitó la vida a los 51 años de edad, y en 2012, un hijo de ésta, le siguió los pasos al abuelo.

Junto a otras activistas, Paugh instó al Senado a que apruebe medidas que ayuden a salvar vidas, y así evitar el dolor que han sufrido miles de familias por culpa del suicidio. 

Eliminar las armas de personas que no deben tenerlas es algo que se puede hacer con rapidez, eficacia y a bajo costo, argumentó Paugh. 

En febrero pasado, la Cámara Baja aprobó sendos proyectos de ley bipartidistas para restringir el acceso a las armas, pero el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, ha bloqueado su voto definitivo. 

Uno de ellos, el “H.R.8”, obligaría a todos los concesionarios de armas, con o sin licencia federal, a revisar los antecedentes criminales de todos los compradores de armas, mientras que el “H.R.1112” impondría un periodo de espera de diez días antes de vender las armas. 

La Casa Blanca prácticamente ha dado por muerta cualquier colaboración con la bancada demócrata en prioridades legislativas, especialmente desde el inicio de las investigaciones preliminares para un posible juicio político contra el presidente Donald Trump.