Ivanka Trump, hija del presidente, Donald Trump, asistió este fin de semana junto a su padre a la cumbre de los 20 países más poderosos del mundo (G-20) en Osaka (Japón), donde incluso participó en actos oficiales. El Gobierno francés ha publicado un vídeo en el que parece ser humillada, tratando de mantener una conversación con líderes internacionales y siendo ignorada, lo que ha provocado críticas políticas por su inusitada presencia en esa reunión.
No es la primera vez que Trump lleva a una cumbre internacional a su hija, que trabaja como asesora en la Casa Blanca junto a su marido, Jared Kushner. En esta ocasión, tuvo la oportunidad de participar en actos oficiales en el que el resto de mandatarios internacionales no aparecen acompañados por, cónyuges o familiares.
Quizá por ello, la publicación del vídeo ha sido interpretada como una posible crítica velada por parte del Gobierno francés a la singular presencia de la hija de Trump en la cumbre.
En la grabación, de 19 segundos, parece intentar conversar con el presidente francés, Emmanuel Macron; el primer ministro canadiense, Justin Trudeau; la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde; y la primera ministra británica, Theresa May. Sus aportaciones, sin embargo, no aparentan ser bien recibidas por el resto de interlocutores.
La congresista Alexandria Ocasio-Cortez ha criticado este incidente, asegurando que, aunque “pueda sorprender a algunos, ser la hija de alguien no es una cualificación profesional”, y, en su opinión, este tipo de episodios “daña la posición diplomática” estadounidense. El congresista Ted Lieu ha pedido explicaciones a la hija del presidente.
Ivanka Trump tuvo después la oportunidad de participar junto a su padre en la histórica visita a Corea del Norte, la primera de un presidente estadounidense.