¿Conspiró el equipo de campaña de Donald Trump con el Gobierno ruso antes de las elecciones presidenciales de 2016?
¿Obstruyó el presidente a la justicia durante la investigación posterior para esconder las huellas de ese supuesto crimen?
Durante casi dos años, el fiscal especial Robert Mueller y un equipo de decenas de expertos y agentes del FBI investigó a las órdenes del Departamento de Justicia estas dos cuestiones.
El pasado viernes entregó su informe, que había sostenido muchas especulaciones, había alimentado la posibilidad de un juicio político para apartar a Trump de la Casa Blanca, y había concitado descalificaciones brutales del propio presidente contra Mueller y su investigación.
El informe sigue siendo secreto, y nada de su contenido se conoce.
Pero el domingo, el fiscal general, William Barr, al que el propio Trump había elegido para el cargo sólo hace unos meses, comunicó al Congreso su interpretación del informe: que no hubo conspiración con Rusia, y que Trump no obstruyó a la justicia.
La primera conclusión la fundamentó en una supuesta frase textual del informe: “No se puede establecer que miembros de la campaña de Trump conspiraran o se coordinaran con el Gobierno ruso en actividades para interferir en las elecciones”.
La segunda conclusión la decidió él, reconociendo que en el informe no se decía que Trump hubiera obstruido a la justicia, pero tampoco que no lo hubiera hecho.
El presidente y los republicanos consideraron que esas cuatro páginas de conclusiones del fiscal general constituían una exoneración total. Los demócratas han exigido que se haga público el informe completo.
El diario The New York Times y la cadena NBC han informado este jueves que el informe, que tardó casi dos años en elaborarse”, tiene más de 300 páginas. Sólo conocemos cuatro páginas de “conclusiones principales” redactadas en apenas dos días por el fiscal general, al que designó el propio Trump.
El presidente ha usado esas cuatro páginas para descalificar e insultar a la prensa y pedir la renuncia de congresistas demócratas.
Hasta ahora, el informe sigue siendo secreto por decisión del Gobierno de Trump.