Este reportaje fue publicado originalmente en Buzzfeed News
Los organizadores de una caravana centroamericana que viaja a través de México dijeron el martes que a pesar de los planes de las autoridades de inmigración de disolver el grupo, seguirían avanzando.
Irineo Mujica, director de Pueblos Sin Fronteras, que organizó la caravana, dijo que continuará hacia la ciudad de Puebla y luego hacia Ciudad de México. A partir de ese momento, sin embargo, solo aquellos que parecen tener solicitudes de asilo válidas en México o en Estados Unidos continuarían viaje hacia el norte.
"Eso no significa que la caravana esté terminando", dijo Mujica a una multitud de migrantes centroamericanos. "La caravana termina cuando terminemos nuestra agenda".
El lunes, el Instituto Nacional de Inmigración de México dijo que planeaba disolver la caravana de cientos de centroamericanos antes del miércoles. Sin embargo, Pueblos Sin Fronteras dijo que la caravana no se estaba disolviendo y que algunos migrantes con solicitudes de asilo continuarían avanzando para buscar esa protección.
Los organizadores se negaron a dar cifras específicas sobre cuántos posibles solicitantes de asilo en Estados Unidos o México estaban en el grupo. El martes, funcionarios de inmigración mexicanos estaban intentando obtener un conteo preciso de personas y qué tipo de documento o visa buscaba cada uno.
Todos fueron alentados a solicitar una visa humanitaria con el gobierno mexicano, un permiso para viajar por México con la intención de irse por su cuenta o un permiso para permanecer en el país por 30 días antes de presentar un reclamo de inmigración.
El secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Videgaray Caso, dijo que la caravana se dispersaría gradualmente y que México aplicaría sus políticas de inmigración de acuerdo con sus leyes y no por presiones o amenazas externas.
Esa fue sin duda una referencia al presidente estadounidense Donald Trump, quien ha criticado la respuesta de México a la caravana y el martes dijo que estaba enviando el ejército estadounidense a la frontera, aunque no estaba claro qué tareas tendría una presencia militar estadounidense.
Estados Unidos prohíbe a los militares dedicarse a la aplicación de las leyes.
Temprano en la mañana en el campamento migratorio temporal en Matías Romeo Avendaño, Oaxaca. Foto: Luc Forsyth/Buzzfeed News
En el parque público de Matías Romero Avendaño, un pueblo de unos 38,000 habitantes en el estado mexicano de Oaxaca, funcionarios mexicanos comenzaron a entrevistar a las más de 1,000 personas de la caravana que han estado acampando allí desde el sábado por la noche, tratando de determinar quién buscará una visa humanitaria o un permiso para permanecer en el país temporalmente.
Aquellos que califiquen para cualquiera de esas opciones no continuarán con la caravana más allá de la Ciudad de México.
"En la Ciudad de México, solo continuarán avanzando los casos específicos de asilo que son revisados previamente por un abogado", dijo Mujica. "Seguiremos luchando. La lucha continúa. Adelante, compañeros".
No estaba claro cuántos de los cientos de inmigrantes tenían la intención de quedarse en México o viajar a Estados Unidos.
Muchos dijeron que se sentían cómodos permaneciendo en México. Cristian Figueroa, hondureño, dijo que planeaba pedir permiso para quedarse en México y trabajar en Tijuana, la ciudad fronteriza al sur de San Diego. "Uno se puede encontrar fácilmente con inmigración y pedirán identificación", dijo. "Esta visa es muy importante para mí".
La Secretaría del Interior de México informó que había deportado a 400 migrantes que formaban parte de la caravana. Pero no estaba claro cuándo pudo haber ocurrido; los miembros de la caravana en Matías Romero Avendaño dijeron que no sabían nada de las deportaciones, y un oficial de inmigración afirmó que "eso nunca sucedió" cuando se le preguntó sobre el reporte.
Pueblos Sin Fronteras planea realizar talleres legales para migrantes en Puebla, a unas 340 millas de distancia, donde los abogados asesorarán a las personas sobre si tienen buenas posibilidades de ganar una solicitud de asilo.
Christian Vega, de 22 años, espera tener esa oportunidad. Fue uno de los entre 250 y 300 inmigrantes que abordaron un tren de carga conocido como "La Bestia" en Matías Romeo Avendaño el domingo con la esperanza de acelerar su viaje hacia el norte. Pero regresó después de perder la pista de sus compañeros al bajarse en Medias Aguas, Veracruz.
El joven planea obtener permiso del gobierno mexicano para viajar libremente por el país y pedir asilo cerca de la frontera con Estados Unidos.
"Nada es seguro, lo más seguro es quedarse con la caravana", dijo Vega. "Mi misión es llegar a Estados Unidos".
Vega dijo que fue reclutado por MS-13 para vender drogas para ellos; cuando se negó, lo golpearon y dijeron que lo matarían la próxima vez. Huyó a otra ciudad en Honduras, pero dijo que no podía escapar de la pandilla.
"Siempre te encuentran", aseguró.