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Puerto Rico sigue a oscuras, incomunicada y pendiente de una presa agrietada

La ayuda federal comienza a llegar a una isla sin teléfono, luz, agua potable y combustible, y donde algunas poblaciones siguen sin dar señales de vida aún

Guajataca (Puerto Rico).-  Los ciudadanos del norte de la isla de Puerto Rico comienzan a regresar paulatinamente a sus hogares tras el paso del huracán María, mientras la ayuda federal llega en buques tras la apertura del puerto de la capital, San Juan, donde han atracado 11 barcos cargados con agua, lonas, generadores y comida, y se esperan docenas más en las próximas horas. 

Numerosas poblaciones siguen aún sin electricidad, teléfono, agua potable o combustible tras el paso de una tormenta que ha dañado las infraestructuras de una isla sumida en una profunda crisis económica y con una deuda de 73.000 millones que, por ejemplo, ha quebrado la compañía eléctrica local. El resultado: continuos apagones incluso antes de la tormenta, por la falta de mantenimiento.

Ciudadanos esperando combustible en San Juan de Puerto Rico. (Foto: Iván Cruz)

La histeria está empezando a extenderse”, explica el alcalde de Manati, una ciudad costera del norte de la isla sin combustible ni agua potable. “El hospital está a punto de colapsarse, está en su capacidad máxima”, lamenta, “necesitamos que alguien nos ayude de inmediato”.

El huracán ha dejado al menos 10 muertos en la isla, incluidos dos agentes de policía que se ahogaron en las inundaciones en la ciudad occidental de Aguada. Las autoridades temen que la cifra aumente a medida que las poblaciones aún aisladas se pongan en contacto con la capital. En la costa norte, por ejemplo, sigue sin haber señales del vecindario de Fátima, en la ciudad de Vega Alta. “Necesito llegar hasta allí hoy mismo”, explica el alcalde, Óscar Santiago, “no mañana, hoy mismo”.

“Ésta es sin duda la mayor catástrofe de la historia moderna de Puerto Rico”, afirma el gobernador, Ricardo Rosello, que ha pedido ayuda adicional al Gobierno federal. “Puerto Rico será prácticamente incapaz de recaudar impuestos el mes próximo”, explica.

Las autoridades puertorriqueñas han alabado la ayuda prestada por Washington tras la tormenta: “Es la primera vez que recibimos este tipo de coordinación federal”, ha señalado la comisionada Jennifer Gonzalez, representante sin derecho a voto en Washington de los 3,4 millones de ciudadanos de la isla, que no tienen congresista ni voz ni voto en las elecciones presidenciales.

El embalse de las ciudades de Quebradillas e Isabela, en el norte del país, que se rajó durante la tormenta, sigue aguantando mientras el torrente de las lluvias llena el lago Guajataca, sostenido por esta de 345 yardas construida en 1928.

Unas 70.000 personas del área deberían ser evacuadas, según las autoridades oficiales, aunque el alcalde de San Sebastián, una población cercana, cree que el número sería menor.  El gobernador ha asegurado que la presa ha sufrido “un daño notable” y podría romperse en cualquier momento. “No sé cuánto aguantará”, ha señalado Roselló.

Unas 1.360 de las 1.600 torres de señal celular fueron derribadas por la tormenta, y el 85% de los cables de internet están dañados. Con muchas carreteras bloqueadas, es imposible saber aún el estado de muchas poblaciones. Unas 15.000 personas siguen en refugios.