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Dos devastadores sismos sacuden México el mismo día con 32 años de diferencia

El sismo de este martes coincidió con el 32 aniversario de la mayor catástrofe que ha sufrido México.

El potente sismo de 7,1 grados que sacudió este martes el centro de México coincidió con el 32 aniversario del terremoto de 1985, el más devastador en la historia del país, que dejó un saldo de al menos 10 mil muertos.

Este martes comenzó en la capital mexicana con un ejercicio masivo de protección civil supervisado por el propio jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Angel Mancera. Sonaron las alarmas y miles de mexicanos procedieron a evacuar disciplinadamente más 4 mil 319 edificios públicos.

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La alerta sonó en el simulacro y calló en el sismo real

El simulacro se basó en un sismo ficticio de 8 grados en la escala de Richter, con duración de un minuto y epicentro en Tecpan, Guerrero.

Pocas horas después, las alarmas tardaron en sonar, pero la sacudida fue tan potente, que no dejó lugar a confusión alguna. El sismo tuvo una magnitud de 7,1 grados, y su epicentro estuvo localizado en la localidad al sureste de Axochiapan, en la frontera entre los estados de Puebla y Morelos.

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Decenas de edificios se han derrumbado en ambos estados y en la propia capital mexicana.

El saldo preliminar es de más de un centenar de muertos y severos daños a la infraestructura.

El sismo de 1985, el más mortífero en la historia de México, tuvo una magnitud de 8,1 y su epicentro estuvo localizado en el Pacífico, frente a las costas del estado de Michoacán. Aunque sacudió a todo el país, la mayoría de los daños se registraron en la capital.

La cifra de víctimas ha sido situada en unas 10 mil, aunque algunos consideran que está cerca de los 30 mil.  Las autoridades tuvieron que colocar los cadáveres en un estadio de béisbol y usar hielo para retrasar su descomposición. Al menos 4 mil personas fueron rescatadas con vida de los escombros. Numerosos edificios públicos y gubernamentales, entre ellos hospitales, quedaron reducidos añicos.

Los restos humanos seguían hallándose meses después.

La magnitud de la devastación ha sido atribuida en buena medida a las violaciones de los reglamentos de construcción y urbanísticos, el uso de materiales deficientes, escasa supervisión de las obras en construcción y la corrupción.

Justamente poco antes del sismo de este martes, la escritora Elena Poniatowska leía a estudiantes y académicos reunidos en la Universidad Autonóma de México (UNAM) algunos fragmentos de su libro Nada, Nadie, Las Voces del Temblor sobre el terremoto de 1985.

“¿Es verdad que la fuerza sísmica fue mayor que la tolerable o como lo cree la conciencia popular, los edificios se cayeron porque estaban mal construidos?”, se preguntó la escritora ante su audiencia.

En los meses venideros, muchos mexicanos se repetirán la misma pregunta.