Las relaciones de pareja son un mar en calma, siempre que varios factores confluyan en armonía. Uno de ellos son las finanzas. A veces, somos incompatibles a la hora de gastar el dinero… y entonces aparecen los secretos.
Y cuando empiezan los secretos, se corre el riesgo de una infidelidad financiera. ¿Sabías que 1 de cada 20 americanos cometió este “pecado”? Conoce de qué se trata y algunos consejos para evitarla.
¿Lo mío es tuyo y lo tuyo es mío?
Quizás creas que tu relación es cristalina como una gota de agua, y puede que tengas razón. Sin embargo, debes saber que 1 de cada 20 americanos reconoció ocultarle una cuenta bancaria o una tarjeta de crédito a su pareja. Esto reveló una encuesta reciente de CreditCards.com.
Para que te des una idea, esa proporción representa a 13 millones de personas. ¡¿Qué?! Tal como lees, y eso solo incluye a los valientes que lo admitieron en un relevamiento telefónico.
Hay que aclarar que estos secretos financieros no siempre se vinculan con actividades ilegales o inapropiadas. En general se esconden para solucionar alguna situación económica desfavorable, que se teme comunicar a la media naranja.
“Suelen tener buenas intenciones, pero por lo general terminan mal”, señaló al sitio de CreditCards.com Chuck Bentley, CEO de Crown, un ministerio financiero cristiano.
Consejos para que tu pareja no se vaya con otra... cuenta bancaria
• Habla del tema al inicio de la relación. Sutilmente, pregúntale a tu pareja: ¿cómo te gusta gastar tu dinero? ¿Te consideras un gastador o un ahorrador? Es el consejo que da Laurie Berzack, coach de relaciones, en el sitio mencionado.
• Mantengan la independencia. A medida que avance la relación y decidan unir sus ingresos, sigan haciendo gastos por separado. Pero, para ello, debería haber ciertas reglas, un presupuesto, ¡y nada de secretos!
• Intercambien números. Deberían compartir con el otro sus reportes de crédito y las declaraciones de patrimonio neto, recomendó la planificadora financiera, Kathleen Grace, a la agencia Reuters. Y no solo antes de casarse, sino también al irse a vivir juntos.
• Intercambien passwords. No hay necesidad de fusionar todas sus finanzas. Pero sí deberían comunicar al otro sus nombres de usuario y contraseñas de sus cuentas. Ante todo, ¡transparencia!
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