Samantha Taylor quedó con la mitad de su cara paralizada después de que una cirugía para extirparle un tumor en el cerebro le provocara un derrame cerebral.
Samantha sufría de mareos en su adolescencia que, a veces, la despertaban en medio de la noche.
"Me despertaba en la noche con un dolor de cabeza y paredes giratorias. Solo duraban unos segundos, pero siempre estaban ahí en las primeras horas y me despertaban", platicó a Daily Mail.
La joven de entonces 18 años, acudió al médico, pero lo que nunca imaginó fue que se tratara de un pequeño tumor en su cerebro.
Una biopsia confirmó que la masa de Taylor era un astrocitoma pilocítico, un raro tumor cerebral.
Dicha masa surge de células en forma de estrella en el cerebro llamadas astrocitos, pero se desconoce su causa.
Los médicos le dijeron que lo mejor era no operarla porque la masa no era cancerosa y sus síntomas eran menores.
Taylor tenía chequeos cada seis meses para monitorear el desarrollo de la anomalía, pero cuando sus síntomas permanecieron moderados, los doctores redujeron sus citas a solo una por año en 2014.
Justo cuando creyó que todo estaba bajo control, sus mareos regresaron cuatro años después, lo que provocó que tuviera una visión borrosa y la sensación de movimientos bruscos de su cabeza.
Tras ello, Taylor tuvo que someterse a una cirugía cerebral en junio de este año para extirparle en tumor, que ahora había crecido a más de 2.2 centímetros.
Sin embargo, los expertos piensan que un derrame cerebral durante la operación la dejó con parálisis en el lado derecho, lo que la dejó con dificultades para ver, comer y beber adecuadamente.
"Me operaron en junio de 2019, donde creen que podría haber sufrido un derrame cerebral. Mi cerebro no recibió ningún suministro de sangre durante la cirugía y eso explica por qué mi lado derecho está mucho más débil", explicó.
"Debido a mi parálisis facial, no pude comer adecuadamente, usar una pajita o apagar una vela hasta hace poco. Cuanto más movimiento tengo en mi mejilla, más fácil es hacer estas cosas", relató.
Una parálisis facial ocurre durante un accidente cerebrovascular cuando los nervios que controlan los músculos de la cara se dañan en el cerebro.
Algunas personas se recuperan en cuestión de unos días, pero otros pueden tardar meses y muchos más nunca se recuperan.
Por fortuna, la rehabilitación de Taylor ha sido exitosa, y hasta hace unas semanas por fin logró usar una escalera mecánica.
"Tuve una sesión de fisioterapia dedicada a dominar una y subí y bajé una hasta que tuve confianza. Creo que vivir en Londres y no poder usar una era un obstáculo, ya que significaba que no podía llegar a ninguna parte, pues todas las estaciones del metro tienen una", admitió.
Ahora Samantha ha creado una cuenta de Instagram para inspirar a otros que sufren de tumores cerebrales.
"Quiero que las personas conozcan mi historia y presionen para que no sean dados de alta, incluso si se les dice que tienen un tumor de crecimiento lento que aún no ha cambiado", advirtió.
"Esto podría salvar vidas. Tuve mucha suerte de que el mío creciera en ese último escaneo, pero si no fuera así, habría crecido hasta un punto en el que habría sido mucho más riesgoso eliminarlo", finalizó.
¿Qué es el astrocitoma pilocítico?
Es un tumor raro que ocurre en niños y adolescentes. Por lo general, es benigno y crece lentamente en el área que se desarrolla y normalmente no se disemina a otras partes del cerebro.
Este se forma a partir de células cerebrales llamadas astrocitos, que se combinan con otras para formar un tejido protector alrededor del cerebro y la médula espinal.
Según la National Organizations for Rare Disorders sus síntomas difieren según la ubicación del tumor en el cerebro, pero los afectados pueden experimentar:
1. Dolores de cabeza.
2. Náuseas.
3. Problemas de equilibrio.
4. Anomalías de la visión.
5. Vómitos.
6. Convulsiones.
Su tratamiento depende de dónde se ubique y si se ha diseminado a otras zonas del cuerpo.
Comúnmente es extirpado por un neurocirujano. Luego, el paciente se somete a quimioterapia o radiación.
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