Nuevamente, Meghan Markle se encuentra en el ojo del huracán, aunque esta vez no fue por su escotado vestido que usó en un evento en Nueva York, sino por aquella demanda que entabló por violación de la privacidad contra el “Mail on Sunday”.
Resulta que la ex actriz admitió ante la justicia británica que le mintió al tribunal, pues sí había facilitado información a los autores de una biografía no oficial sobre ella y su esposo, contrario a lo que había indicado anteriormente en el juicio contra este diario británico.
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Y es que todo comenzó cuando Markle se había alzado con la victoria legal tras acusar a la publicación de haber manipulado una carta escrita en 2018, en la que pedía a su padre Thomas Markle, que dejara de hacer declaraciones y de mentir en los medios sobre el porqué de la ruptura de la relación entre padre e hija.
Sin embargo, ahora estas acusaciones de la duquesa de Sussex quedaron en entredicho, luego de que Jason Knauf, el ex secretario de comunicación de la pareja real, saliera a contar un testimonio que dejó muy mal parada a Meghan.
Resulta que este hombre quiso demostrar que “Meghan Markle buscaba regularmente influir en la opinión pública”-, ya que Knauf afirmó haber proporcionado, en nombre de Megan y el príncipe Harry, informaciones privadas a los autores de la biografía no oficial, “Finding Freedom”.
Sumado a esto, también se presentó ante el tribunal un testimonio escrito, donde Meghan admitió haber participado en la redacción del libro, lo que ella y el príncipe Harry habían negado, hasta entonces, y se disculpó por no haberlo especificarlo en primera instancia.
“Reconozco que Knauf facilitó información a los autores y que lo hizo a mi leal saber y entender”, explica, pero añade que “se desconoce el alcance de la información que compartió (él)”, ¡ah, qué cosas!
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